Este viernes 1 de abril, HBO Max estrena dos thrillers europeos
de distinta temática y procedencia como son 'El informante', un
thriller político de espionaje civil ambientado en la Hungría de 1985 y
'El deshielo', un frío thriller de investigación al más puro estilo
nórdico.
En la Hungría comunista de 1985, 'El informante' cuenta la historia del
campeón de ajedrez Geri (Gergely Váradi), quien está ansioso
por comenzar su segundo año de universidad en Budapest, incluso si eso significa dejar atrás a su hermano pequeño enfermo y al
resto de su familia. Pero Geri tiene un secreto. Sus planes de conocer chicas y
divertirse se ven ensombrecidos cuando la Seguridad del Estado húngaro
chantajea a Geri para que espíe a su carismático compañero de clase Zsolt Száva (Márton Patkós), un líder prodemocracia cada vez más radical. Con Geri haciendo malabares con fiestas y debates políticos, Száva pronto
comienza a darse cuenta de que hay un informante entre ellos. A
medida que el espionaje se convierte en su propia partida de ajedrez, Geri se
debate entre traicionar a sus amigos para salvar a su hermano y la pregunta
diaria: ¿De qué lado debería estar?
En 'El deshielo', después de que se encuentra el cuerpo de una mujer
joven en las aguas heladas del río Oder de Polonia, la detective Katarzyna Zawieja (Katarzyna Wajda) recién viuda dirige la investigación para localizar al asesino. Cuando se hace evidente que la víctima dio a luz poco antes de su muerte, Zawieja, una joven oficial que nunca se da por vencido fácilmente, va en busca del recién nacido desaparecido. Todavía conmocionada por el presunto suicidio de su marido, Zawieja emprende un esfuerzo exhaustivo para resolver el caso, aunque eso signifique enfrentarse a sus propias circunstancias y ponerse a
sí misma, y a su frágil familia, en el punto de mira de los criminales más peligrosos del país. Esta es la búsqueda implacable de Zawieja por la verdad mientras se atreve a enfrentar sus propios demonios y encontrarse a sí
misma.
En El Espoiler hemos podido ver algunos episodios de ambas series y
a continuación os contamos nuestras impresiones.
El informante
A priori, este thriller político de espionaje civil
nos ofrece una premisa mil veces vista antes. Sin embargo, su
interesante contexto histórico y su detallismo
la convierten en una notable pieza de la convulsa historia húngara
reciente. En esta época de comunismo, revolución y ansias de libertad, resulta
interesante cómo nuestro protagonista Geri se infiltra entre las nuevas
juventudes, se adapta a su nueva forma de vida y piensa en formas de llevar a
cabo su misión
pese a no tener ninguna experiencia ni conocimientos de espionaje. Por
supuesto, lo hace tomando muchas decisiones necias por el camino.
Su objetivo es un estudiante revolucionario quien, más bien como excusa para continuar con su megalomanía, desea la democracia en un país completamente dividido y aislado del mundo.
Es una serie entretenida que sorprende por su evolución y sus formas. A
medida que avanza, la ficción poco a poco se aparta de Geri
para profundizar en los demás personajes, siempre a su debido momento,
abriendo así muchos frentes, generando todo tipo de conflictos y revelando
sus verdaderas motivaciones. Y todos ellos resultan atractivos a su manera. No obstante, es verdad que a
veces
fuerza demasiado ciertas situaciones con la idea de generar tensión o
suspense, incluso llega a ser
víctima de esa nostalgia que emana de su propia ambientación. Otro
punto positivo son algunos miembros de su reparto, como es el caso de la
hipnótica Abigél Szõke (Those Who Remained) o Júlia Szász,
quienes interpretan a
unos interesantísimos personajes femeninos que destacan entre tanta
testosterona.
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El deshielo
Desde Polonia y en coproducción con Reino Unido, este thriller nórdico de
investigación al uso resulta una propuesta quizá menos interesante. Es
más, si consigue funcionar y desmarcarse algo del resto es gracias a los
conflictos internos de su protagonista, la detective Zawieja.
Traicionada por el propio sistema al que sirve, Zawieja
se obsesiona con su nuevo caso hasta convertirlo en algo personal, ya
que el mismo comparte ciertas similitudes con la muerte de su marido.
Esto es algo que le hace cambiar de actitud y en ocasiones
exteriorizar sus demonios. Desde luego, no es fácil enfrentarse a
las miradas de pena de los demás mientras cuestionan constantemente su
trabajo por el hecho de ser mujer. Si a esto le unimos la crudeza del caso en sí, con un recién nacido perdido
y una víctima que aparece en un río y parece esconder secretos a lo
Laura Palmer, el panorama para la detective se antoja realmente
sombrío.
No obstante, esto no es 'Twin Peaks', tampoco nos emocionemos. Es una
serie que
se cocina a fuego lento en un ambiente tan frío y oscuro como es costumbre
en este tipo de producciones. Desde las interpretaciones hasta la fotografía, casi todo en ella
tiende a ser abrumador y asfixiante, sobre todo porque
apenas nos movemos de las mismas localizaciones, algo que además
resulta claustrofóbico en una historia de a veces excesiva intensidad
emocional como esta. Una serie plagada de tragedias personales que
a su vez exhibe con rabia la frialdad de la justicia. Los aficionados
de este tipo de series siempre darán la bienvenida a una nueva obsesión, pero
la verdad es que la televisión está plagada de ellas y,
como de momento es el caso de esta, todas son eficaces pero pocas se
atreven a ir más allá.
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