Sinopsis
Durante la década de los 90, el tráfico de cocaína y el control de las discotecas de Madrid estuvo en manos de una banda que acaparó cientos de portadas y programas de televisión: Los Miami. Su nombre provocaba el pánico de aquel que lo escuchaba. El conocido como ‘El Inmortal’ fue el jefe de todos ellos. Esta historia está inspirada en su reinado y en la ciudad que tantas veces lo vio morir.
Crítica de El Inmortal
Por fin, este jueves llega a Movistar Plus+ su esperada nueva serie original. Creada por José Manuel Lorenzo y dirigida por David Ulloa y Rafa Montesinos, la ficción cuenta un relato completamente dramatizado de una historia real que se desarrolla en un escenario tan cercano que estremece. Así, renunciando en su mayor parte a la mafia como sinónimo de glamour, la producción es mucho más ‘Gomorra’ -comparte título con la película- que ‘Narcos’, y desde luego estamos muy lejos de ese hilarante mundo mafioso ficticio que disfrutamos en ‘Nasdrovia’.
En la ficción, las calles del convulso Madrid de los noventa se erigen como un sucio, sangriento y engañoso teatro de los sueños. Por su parte, la droga se manifiesta como la única excusa que parece ser capaz de unir a la clase media-baja con las más altas esferas. Es por ello que, aquel que no quiere ganarse la vida honradamente, ve en la cocaína el vehículo perfecto para alcanzar sus ambiciones y, de paso, rodearse de aquello que ha mirado desde abajo durante toda su existencia, aunque sea basándolo todo en interés, inseguridad y relaciones volátiles. Así, tras un primer episodio espectacular, esta nueva serie de narcotraficantes nos sumerge en una de esas vorágines de puro entretenimiento televisivo que siempre son tan bienvenidas.

Es cierto que la serie no toma ningún riesgo e incluso a veces peca de repetitiva, ya que su estructura narrativa se apega al camino previsible y existe poco espacio para la sorpresa. Es más, la ficción sigue exactamente los mismos patrones de todo biopic de narcotraficantes que ascienden al poder: egos desmedidos, sexo, violencia, fiestas, drogas a kilos, traiciones, policías corruptos, mujeres rotas y protagonistas que son capaces de hacer cualquier barbaridad con tal de salirse con la suya. No obstante, si realmente sorprende es porque estamos acostumbrados a que este tipo de eventos suceda más allá de nuestras fronteras, pero todo esto ocurrió aquí.
A pesar de que en gran parte la serie sea pura ficción, el número, el nivel y la posición de los involucrados en el ajo es sorprendente. Es una pena que no pueda saberse qué es real y qué no, y en el caso de que sea real, sería interesante conocer quiénes son esas celebridades que corresponden con algunos de los personajes. Y aunque también se le ha cambiado el nombre, aquí lo importante es la vida del fundador de Los Miami. La producción se vuelve tan intimista que uno se pregunta cuál es la verdadera intención de Manuel Lorenzo, pero por fortuna no es la de romantizar a un narco más complejo de lo habitual.
Si llega a romantizar es debido a que a veces lo vemos sufrir en lo personal, o porque somos testigos de cómo cuida de su familia sin importar ninguna condición ni olvidar su origen -al resto de personajes no se les desarrolla demasiado-. Además, en ocasiones se pasa un poco de culebronesca cuando insiste en una y otra vez en las parejas del protagonista, así como de manipuladora en aquellas relaciones que se han desarrollado desde el primer minuto. Sin embargo, el espectador no debe ser tonto y cegarse ante cualquier atisbo de empatía. No digo que cualquiera no tenga el derecho a sentir lo que le de la gana, pero es que aquí no hay ni un solo personaje con un sentido de la moral medio decente.

Es más, con una fotografía muy pegada a los protagonistas y una cámara que se mueve con total libertad, Ulloa y Montesinos se aseguran de que la serie sea todo lo realista y cruda posible. Tanto es así que, por si en algún momento melodramático o excesivamente romántico nos habíamos olvidado, nos recuerdan que estamos ante auténticos criminales con una nueva escena brutal o una conversación tóxica y violenta. Esto, unido a una gran dirección artística y una banda sonora plagada de sonidos noventeros, logra crear una atmósfera a la que a veces nos gustaría volver tanto como salir corriendo.
Además, desde un desquiciado Emilio Palacios hasta las espectaculares Teresa Riott, María Hervás y Claudia Pineda, todo el reparto secundario se encuentra a un nivel descomunal. Una pena que el bueno de Álex García (Sagrada familia), al que la ley también salpicó a principios de año, seguramente será acusado de interpretarse a sí mismo, una afirmación muchas veces errónea que estigmatiza a muchos actores de nuestro país. Pero nada más lejos de la realidad, porque el actor canario nos regala una interpretación llena de matices que fluctúa entre una misteriosa sensibilidad, la brutalidad y una presencia realmente imponente.
Puede que ‘El Inmortal’ no llegue al nivel de esa próxima ‘Antidisturbios’ que tanto estamos esperando pero, sin ninguna duda, Movistar Plus+ ha conseguido otra serie que eleva una vez más la calidad de las producciones televisivas de nuestra industria audiovisual. Es una enérgica, descarnada y ambiciosa aunque consciente mezcla de amor, drogas y violencia que hará las delicias de los aficionados a las series de narcotraficantes, así como de los que sienten nostalgia por el ambiente callejero de los noventa. Por cierto, preparaos ya para una segunda temporada, porque aquí ha quedado mucha tela por cortar.
‘El Inmortal’ se estrena el 27 de octubre en Movistar Plus+.
Recuerda que puedes seguirnos en Facebook, Twitter o Instagram.