Obseso de la perfección. Dominador de géneros. Tomador de riesgos. Maestro de la composición y el espacio. Cacique de actores. Experto del tracking y los encuadres fijos. Polémico. Muchos son los calificativos con los que se puede describir al cineasta neoyorquino Stanley Kubrick, una de esas leyendas del cine que no deja indiferente a nadie.
Nacido en 1928 en el seno de una familia judía, Kubrick contaba con una inteligencia superior a la media, algo que jamás se vio reflejado en sus estudios, pero si en su trabajo. El director inició su carrera con la fotografía desde muy joven, donde empezó a interesarse por el cine y dirigió dos cortos documentales titulados ‘Day of the Flight’ y ‘Flying Padre’, ambos en 1951.
A partir de entonces, comenzaría una meteórica carrera provista de todo tipo de experiencias que le sirvieron para mejorar y llevar su famoso perfeccionismo al límite. Con tan solo 13 películas en su filmografía, resulta de los pocos cineastas que pueden presumir de haber realizado tantos filmes que se han convertido en iconos de la cultura pop y por ende, en incuestionables leyendas del séptimo arte.
A continuación, te presentamos un ranking de todas sus películas ordenadas de peor a mejor según los principales sitios web de cine.

Duración: 159 min.
Sinopsis: Bill Harford (Tom Cruise) está casado con Alice (Nicole Kidman), una restauradora de arte. Ambos llevan un matrimonio perfecto, hasta que después de una fiesta, Alice confiesa a Bill que se sintió atraída por otro hombre en el pasado y sería capaz de dejar a Bill y a su hija por él. La confesión desconcierta a Bill, que termina vagando por las calles de Nueva York obsesionado con la imagen de su mujer en brazos de otro.
El cineasta neoyorquino nos dejó una joya póstuma que tardó 400 días en rodar. Debido a su obsesión por la meticulosidad, realizaba pruebas de luces y planos anchos durante más de 2 horas diarias, entre otras cosas. Amada y odiada, la película todavía resulta un completo enigma a causa de sus múltiples capas y la ambigüedad de sus temas. Sexo, celos, riqueza, ocultismo… Una espiral de locura que gira alrededor de un matrimonio desmoronado por una simple conversación. Después de todo, si apenas podemos conocernos a nosotros mismos, ¿cómo pretendemos conocer a los demás?