Los nuevos episodios se alejan de la historia original para ofrecernos una
continuación que mezcla espías con drama adolescente.
Hanna arriesga su libertad para rescatar a su amiga Clara (Yasmin
Monet Prince) de las garras del programa Utrax, ahora dirigido por
John Carmichael (Dermot Mulroney) y su segundo al mando,
Leo Garner (Anthony Welsh). Hanna encuentra ayuda en la improbable forma
de su anterior némesis, la agente de la CIA Marissa Wiegler (Mireille
Enos), quien debe proteger a Hanna y a sí misma de la despiadada organización en
la que una vez confió. Sin embargo, a medida que Hanna profundiza en el
escurridizo mundo de The Meadows y conoce a otros como ella, comienza a
cuestionarse su papel en el programa de asesinos de Utrax y, en el fondo,
su verdadero origen.
Nueve años han pasado desde el estreno de ‘Hanna’, la atractiva
cinta dirigida por Joe Wright que combinaba lo mejor del
género de acción con algunas pinceladas de narrativa de cuentos
populares. En la actualidad, su remake en forma de serie llega a su
segunda temporada tras una
primera tanda de episodios que mantenía en cierto modo la esencia de la
historia, pero que añadía
más personajes y cambiaba la mayoría de las situaciones, logrando así
una experiencia completamente nueva.
En esta segunda temporada, la ficción se desmarca por completo del largometraje
para mostrarnos una
continuación que nos sitúa en las entrañas del nuevo complejo de Utrax.
Este desconocido escenario no es la antiestética y fría fortaleza que vimos en
el último episodio, sino
una serie de construcciones coronadas por una enorme mansión en medio de un
paisaje rural. El propósito de este lugar conocido como ‘The Meadows’, no es otro
que el de
preparar a las futuras asesinas con el objetivo de que puedan desenvolverse
en el mundo real.
Tanto el complejo como las historias que se desarrollan en él
nos recuerdan a una mezcla entre algunas obras de aventuras basadas en
internados
y, bromas aparte, al Instituto Xavier para mutantes que podemos ver en
las películas y los cómics de ‘X-Men‘. Así, en este colegio de
alumnas ‘con esteroides’, conoceremos mejor a las
demás participantes en el infame programa de Utrax. Y mientras
la organización moldea todas y cada una de sus vidas, las jóvenes, que
aceptan y abrazan su nueva identidad aún sabiendo que nada de la misma es
real, vivirán situaciones propias de adolescentes a la vez que ponen
puesta a punto a sus mortíferas habilidades.
Es por esto que Hanna, interpretada por Esme Creed-Miles, se ve
rodeada de semejantes después de haber pensado toda su vida que
estaba condenada a la soledad por ser única. Algo que la llevará a
cuestionarse todo a su alrededor:
su lugar en el mundo, su libertad para decidir, sus amigos y enemigos,
incluso el valor de su propia existencia. En este confuso periplo, encontrará a su mayor aliada en su anterior
archienemiga Marissa Wiegler, el personaje de Mireille Enos
(Mi cena con Hervé, Good Omens), regalándonos una
intensa relación de amor y odio constante.
Entre las nuevas incorporaciones con las que nuestra protagonista debe lidiar,
tenemos a nuevos -y prescindibles- enemigos como los interpretados
por Dermot Mulroney (La mensajera, The Purge) y
Anthony Welsh (El escándalo de Christine Keeler, Pure). En el lado de las participantes del programa, encontramos a unos
personajes que se mueven entre una mayor escala de grises y
cuya bondad o maldad no depende de ellas, sino de la
reacción que haya tenido su propia genética a los experimentos. Algo
que marca sus capacidades de empatía y decisión, así como
sus maneras de interactuar con Hanna.
Con nuevos personajes como Clara (Yasmin Monet Price),
Sandy (Áine Rose Daly) o Jules (Gianna Kehl), la segunda
temporada de ‘Hanna’, se aleja de la
oscuridad propia del thriller de acción de la primera entrega y se
decanta por una
efectiva mezcla entre el género de espías y el drama adolescente.
Además, los episodios tienen un ritmo más ágil y cuentan con más subtramas que su predecesora, algo que dota de un mayor dinamismo a la narrativa.
Estos cambios producen en ocasiones la sensación de estar viendo una serie distinta que ha sabido tomar su propio rumbo para evitar la
obligación de tener que ceñirse al material original. A pesar de esto, la
temporada
no renuncia a sus características escenas de lucha y tiroteos dotadas de espectaculares coreografías y violencia explícita.
Además, la ficción nos regala
algunos de los mejores personajes femeninos de acción que podemos
encontrar actualmente tanto en televisión como en el cine.
Puntuación: 7,5/10
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