Sinopsis
Cuando la Interpol envía una alerta roja (el mayor nivel de alerta posible emitido para que los cuerpos de Policía de todo el mundo capturen a los criminales más buscados), uno de los mejores agentes del FBI, John Hartley (Dwayne Johnson), es asignado al caso. Esta persecución global lo sitúa en medio de un audaz atraco en el que se ve obligado a asociarse con el mayor ladrón de arte del mundo, Nolan Booth (Ryan Reynolds), para atrapar a la ladrona de arte más buscada del mundo (Gal Gadot).
Crítica de Alerta roja
Que estamos en la era de los blockbusters en streaming ya no impresiona a nadie. Ya sea de producción propia o adquirida a causa de la pandemia, cada vez más son las propuestas de este tipo que llegan directamente a nuestros televisores. Ahora, a través de Netflix en un modo Hollywood más evidente que nunca, nos llega esta película de acción y aventuras escrita y dirigida por Rawson Marshall Thurber (El rascacielos) en la que la plataforma ha tirado la casa por la ventana a nivel presupuestario.
En ella, Thurber nos propone una historia de esas en las que un macguffin de manual adquiere demasiada importancia. Y es que esta trama formada por retazos de algunos referentes y unos huevos legendarios que Marco Antonio le regaló a Cleopatra, no hace más que ganar en ridiculez con el paso de los minutos.
Pero no nos engañemos, pues el hecho de que la película esté escrita y dirigida por la misma persona no significa que esto sea cine de autor independiente, ni mucho menos. Es más, parece que este ni siquiera importa, porque los que protagonizan el cotarro tanto en la cinta como a nivel de marketing son su trío de intérpretes mainstream: Dwayne Johnson (Jungle Cruise), Ryan Reynolds (Free Guy) y Gal Gadot (Wonder Woman 1984).
De los tres, si hacemos caso omiso a su look y a un vestuario que se asemeja muchísimo al de Diana Prince, quizá sea Gadot la que se desvía un poco de lo visto hasta ahora en su carrera. Aun así, en general todos interpretan a sus mismos personajes de siempre. Johnson vuelve a ser un fortachón ‘inteligente’ en otra demostración de sus carencias interpretativas. Es más, puede que aquí ya esté tocando fondo. Por su parte, Reynolds hace de Ryan Reynolds en un personaje cuyos diálogos parecen un copia y pega de sus anteriores trabajos de comedia.
‘Alerta roja’ es una película que cumple su función de una forma mediocre y sin personalidad. Ya no solo por la renuncia a proponer cualquier tipo de innovación o particularidad visual, sino también por un guion que se construye a base de hilar un cliché tras otro, un humor a veces tan bobalicón que parece una parodia, y una gran cantidad de tonterías y sinsentidos que se aprecian a lo largo del metraje.
Estereotipos rusos aparte, todo esto alcanza su punto álgido en una lamentable escena que tiene lugar en una plaza de toros, para así acabar redondeando el desastre con una serie de giros finales realmente simplones que agrandan la tortura por un desenlace demasiado estirado. Y ya con lo del cameo de cierto cantante pelirrojo que dan ganas de llorar mejor corramos un tupido velo. Al final, este no es más que un prescindible ruido de fondo de 200 millones de dólares.
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