Remake innecesario que probablemente solo satisfará a los que nunca hayan disfrutado de la magia de la original.
La vida es cómoda para Reina (voz de Tessa Thompson), una inteligente cocker spaniel que vive en un barrio de clase alta en las afueras. Sus amos, Jaime (Thomas Mann) y Linda (Kiersey Clemons), la miman a diario. Pero cuando un bebé aparece en sus vidas, Reina deja de ser el centro de atención. Todo ello se da a la vez que llega la tía Sara (Yvette Nicole Brown), a quien le gustan los gatos. Pronto Reina se encontrará sola en las calles pero, por fortuna, conocerá a Golfo (voz de Justin Theroux), un espabilado chucho que le enseñará rápidamente a desenvolverse en el mundo.
En 1955, la factoría de Mickey Mouse lanzó al mercado la que sería su clásico nº 15, una película sobre una dulce cocker spaniel de buena familia y un descarado chucho callejero que se encuentran para unir ambos mundos. La cinta, aunque recibió críticas negativas, fue un éxito rotundo en taquilla, además de ser el primer film animado que se estrenó en formato Cinemascope. Así, Disney, en su claro capricho por revivir las glorias del pasado en imagen real, nos trae este remake pensado exclusivamente para su estreno en la nueva plataforma de streaming Disney+. Y esto es algo que se nota en la totalidad de su producción, con un presupuesto claramente inferior al resto de refritos, sobre todo en sus efectos especiales, los cuales rozan el esperpento en ocasiones -la primera vez que vemos a Reina hablar es como un puñetazo en el estómago-.
La responsabilidad de rehacer el clásico recae en el cineasta Charlie Bean (La LEGO Ninjago película), artista que ha consagrado la totalidad de su carrera al sector de la animación. A su lado, y encargados del libreto, nos encontramos con Andrew Bujalski (Apoya a las chicas) y Kari Granlund. Juntos, arriesgan demasiado eliminando algunos de los mejores momentos de la cinta original y se atreven muy poco en los añadidos. Para dar voz a nuestros protagonistas, contamos con Tessa Thompson (Vengadores: Endgame, Men in Black: International) y Justin Theroux (Una cuestión de género, Bumblebee). Además, tenemos secundarios interesantes como el siempre estimado F. Murray Abraham (Robin Hood, Isla de perros) -cantando-, Sam Elliott (Ha nacido una estrella, El hombre que mató a Hitler y después a Bigfoot) o Janelle Monáe (Bienvenidos a Marwen, Harriet: En busca de la libertad).
La realidad es que ‘La dama y el vagabundo’ es un remake innecesario que se aparta demasiado de la magia de su predecesora. Para adaptarla a una mentalidad más actual -recordemos que su precursora se estrenó hace 65 años-, la personalidad de los personajes cambia casi por completo, así como géneros y etnias, cosa que funciona si aceptamos que es un mundo de Disney en el que el rigor histórico no tiene importancia alguna. Escenas memorables de gran calidad musical o emocional que disfrutábamos en la original han sido totalmente eliminadas y sustituidas por otras que restan más que aportan. Y por último, al igual que ocurrió con la nueva versión de ‘El rey león’ (Jon Favreau, 2019), resulta chocante comparar los matices expresivos de la animación tradicional con los rostros inexpresivos generados por ordenador que nos encontramos en ambas cintas, los cuales disminuyen la simpatía y empatía. Sin embargo, siendo objetivo, es una película con la que los más nuevos se deleitarán de principio a fin, y eso es un gran punto a favor.
Puntuación: 5/10