Sinopsis
En ‘Desencantada: Vuelve Giselle’ han pasado 15 años desde que Giselle y Robert se casaron, pero Giselle se ha desilusionado con la vida en la ciudad, así que trasladan a su creciente familia a la tranquila comunidad suburbana de Monroeville en busca de una vida más de cuento de hadas. Por desgracia, no es la solución rápida que ella esperaba. Los suburbios tienen un nuevo conjunto de reglas y una abeja reina local, Malvina Monroe, que hace que Giselle se sienta más fuera de lugar que nunca.
Frustrada por el hecho de que su felicidad para siempre no ha sido tan fácil de encontrar, recurre a la magia de Andalasia en busca de ayuda, transformando accidentalmente toda la ciudad en un cuento de hadas de la vida real y poniendo en peligro la futura felicidad de su familia. Ahora, Giselle se encuentra en una carrera contra el tiempo para revertir el hechizo y determinar lo que significa para ella y su familia un «felices para siempre».

Crítica de Desencantada: Vuelve Giselle
Y otra vez, Disney+ vuelve a meter el dedo en la llaga de la nostalgia con esta secuela de ‘Encantada: La historia de Giselle’, una de las mejores películas de acción real de Disney de la pasada década. Impresiona que, pese a que su predecesora fuese un tremendo éxito de público, crítica y taquilla, los de la casa del ratón hayan decidido estrenar esta continuación en streaming en vez de darle una oportunidad en las salas de cine. Supongo que los tiempos han cambiado demasiado durante estos 15 años. Esto, unido a la noticia de sus numerosas regrabaciones, la verdad es que no auguraban nada bueno.
La original estaba adelantada a su época y rompía todos los tropos de las películas de princesas de Disney, a la vez que resultaba una graciosa sátira sobre las mismas. Además, enfrentaba constantemente al mundo real y al de los cuentos de hadas con mucha magia y simpatía. No obstante, esta secuela dirigida por Adam Shankman (¿En qué piensan los hombres?) intenta invertir con demasiado esfuerzo todo lo realizado en su predecesora. Tanto que, en vez de ser una continuación que homenajee a la primera película con una voz propia, termina siendo exactamente todo lo contrario a la primera película, en todos los sentidos. La ironía.
Al igual que en su predecesora, al principio parece que la película nos va a torturar con una colección de clichés. En esta ocasión tenemos a la hija dolida recién mudada, sus problemas de imagen, una madre que intenta ayuda su hija consiguiendo el efecto contrario, y discusiones familiares por culpa de la rebeldía de nuestra Morgan mayor. Sin embargo, todo cambia con el deseo de Giselle, y entonces pasamos a tener otra sátira de los cuentos de hadas con un giro que afecta al personaje de Amy Adams, pero este cambio quizá llega demasiado tarde y su ejecución no resulta original, rompedora ni mágica.

Por alguna extraña razón, Giselle no ha cambiado demasiado en 15 años. Se le nota un poco más apagada, eso sí, pero igual de soñadora e ingenua. Y es curioso que Adams, quien aquí abusa de la gesticulación y experimenta al ponerse en modo Gollum durante gran parte de la película, a su vez se le sienta algo maniatada por un director todavía más encadenado. Al menos, la cinta subsana el error de no haber puesto a cantar a Idina Menzel y Patrick Dempsey en la original. Una pena que ambos formen parte de una colección de personajes desperdiciados que solo aparecen cuando al guion le apetece.
Tampoco ayuda que su villana -bueno, una de ellas…- sea un cliché andante que no tiene ni pizca de carisma. No nos vamos a engañar, porque está claro que Maya Rudolph se encuentra muy lejos del nivel de la buena de Susan Sarandon, pero sorprende que los guionistas hayan sido capaces de escribir a una antagonista tan plana. Al menos, la desconocida Gabriella Baldacchino resulta todo un descubrimiento, y si bien su Morgan ya no es esa niña tierna y graciosa de la primera película, la joven actriz estadounidense logra convertirla en un personaje interesante gracias a su sensibilidad y su voz.
‘Desencantada: Vuelve Giselle’ es una película fallida que intenta ser algo más ambiciosa y madura en sus temas, pero acaba resultando demasiado excesiva e irregular en su ejecución y mucho menos brillante en su apartado musical. Su vago guion tiene algunos matices interesantes en lo referente a querer cambiar el mundo por capricho propio y convertirte en un villano por ello, o la poca importancia que tienen la sangre y la procedencia a la hora de la verdad. No obstante ha perdido la frescura, la magia y la relevancia. Y al contrario de la sensación que producía su predecesora, aquí lo más normal sería sentirse bastante desencantado.
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