Disney+ estrena el jueves 18 de agosto la serie ‘She-Hulk: Abogada Hulka’, la nueva entrega del Universo Cinematográfico de Marvel.
La nueva serie del UCM cuenta la complicada vida de Jennifer Walters, prima de Bruce Banner (Hulk), una abogada soltera de 30 y tantos años que carece de ese superficial carisma necesario para destacar.
Un día, tras un aparatoso accidente de coche, Jen descubre algo que le cambiará la vida para siempre: también resulta ser una masa verde y superpoderosa de 2 metros.
La serie de 9 episodios está escrita por Jessica Gao y protagonizada por Tatiana Maslany, Mark Ruffalo, Tim Roth, Benedict Wong, Ginger Gonzaga, Josh Segarra, Jameela Jamil, Jon Bass y Renée Elise Goldsberry.

Primeras impresiones de She-Hulk: Abogada Hulka
Para lo bueno y lo malo, la nueva serie del Universo Cinematográfico de Marvel podría definirse como una mezcla ligera entre ‘Fleabag’ y ‘Ally McBeal’ aplicada al mundo de los superhéroes. No solo porque Jennifer Walters rompe la cuarta pared de vez en cuando, haciendo así uso de un humor que sorprende por su componente meta, sino también porque vemos cómo nuestra abogada protagonista se enfrenta a su curiosa -pero dolorosa- crisis de los 30 mientras intenta aceptar su nuevo yo.
Jen es una mujer de carrera y de sobrado talento para ejercer su profesión. Sin embargo, la realidad es que la sociedad, desde su jefe hasta la prensa, solo la quiere por ser She-Hulk. Esta es una pequeña pincelada del buen rollo feminista que emana la serie, la cual denuncia con irreverencia y desparpajo todo tipo de violencia simbólica. Además, esta comedia legal feminista de superhéroes cuenta con un tono fresco y divertido, pero también algo ridículo y demasiado apegado a las tendencias de esta cuarta fase.
Ya solo el piloto resulta una experiencia muy distinta a lo visto hasta ahora en el UCM, una impresión que no hace más que crecer a medida que avanzan los episodios. Tras una historia de origen muy rápida y una dinámica tontorrona entre Hulk y Jen, la serie nos lleva por terrenos legales proponiendo casos que coquetean con el formato procedimental. A su vez, nuestra protagonista intenta salir del hastío y enfrentarse a su crisis, pero es aquí cuando la ficción se pierde entre algunos clichés propios de las comedias con personajes femeninos.
De todas las estrenadas, esta también es la serie que se adapta con mayor acierto al formato televisivo. Mucho más que ese homenaje a la televisión que es ‘Bruja Escarlata y Visión’. De hecho, la ficción funciona mejor cuando explota su comedia en el terreno legal. No obstante, en aquellos momentos en los que intenta abarcar otros campos, su tono provoca que el conjunto resulte un tanto desbalanceado. Quizá es una simple cuestión de gustos, pero hay que hilar muy fino para equilibrar un juicio lleno de chistes, con una secuencia de acción y otra de citas online. No siempre lo consigue.

Dicho esto, creo que queda claro que esta no es una serie apta para todos los gustos, ni siquiera para todos los fans del UCM. Sin embargo, el bueno de Kevin Feige y la guionista Jessica Gao son perfectamente conscientes de este pequeño problema. Por ello, aprovechando la coyuntura al fusionar el mundo legal con el superheróico, los responsables han decidido plagar la ficción de cameos para satisfacer el hambre del aficionado general.
Y es que, aunque algunos sean relevantes y otros den vergüenza ajena -hay uno en especial que hace que me pregunte si Feige sigue tomándose en serio su trabajo-, tras cuatro episodios puede que estemos ante la serie más conectada con su universo de todas las estrenadas hasta ahora. Eso sí, con un Hulk demasiado Waititi y ridiculizado por un lado, un Wong caricaturesco por el otro o una Abominación que no es ni la sombra de lo que fue, la sensación de parodia es tal en algunas ocasiones que llega a chirriar más de lo necesario.
Por su parte, Tatiana Maslany (Orphan Black) es uno de los mejores fichajes que ha realizado Feige en los últimos tiempos. Con su carisma, la sensibilidad que emana cuando aborda los problemas más profundos de su personaje, y su talento a la hora de dominar los ritmos de la comedia, Maslany sí que logra erigirse como una protagonista que destaca más allá del festival de cameos y referencias, meta que su guion no consigue al no desarrollarla como debería.
Con todos sus defectos, y más allá de unos efectos especiales que se confirman como irregulares, la verdad es que ‘She-Hulk: Abogada Hulka’ no es una mala serie ni mucho menos. Es entretenida, imprevisible, refrescante para lo que ofrece el UCM y cuenta con todos los ingredientes para generar un gran ‘culto’ a su alrededor. En este sentido, hay que agradecer a Marvel Studios ese afán por ofrecer distintas experiencias con sus series, lo que además le vale para llegar a distintos tipos de público. Y aunque puede parecer que no toma riesgos, esta nueva entrega de la franquicia tiene el potencial para ser su mejor propuesta… o su mayor desastre. El tiempo lo dirá.
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