Movistar Plus+ estrena este martes 19 de abril la esperada sexta y última temporada de ‘Better Call Saul’, el exitoso spin-off de ‘Breaking Bad’ creado por Vince Gilligan y Peter Gould.
La última temporada concluye el complicado viaje de transformación de Jimmy McGill en el abogado criminal y buscavidas Saul Goodman. Del cártel a los tribunales, de Albuquerque a Omaha, la sexta temporada sigue a Jimmy/Saul/Gene en su intento de desaparecer del radar de Lalo.
Los nuevos episodios también explorarán en qué punto queda su relación con Kim, quien afronta su propia crisis existencial tras abandonar el bufete y seguir a Jimmy en su particular odisea. Mientas tanto, Mike, Gus, Varga y Lalo siguen sumergidos en su letal juego del gato y el ratón.
En esta ocasión, la temporada de trece episodios se dividirá en dos partes. La primera constará de un episodio cada martes hasta llegar al séptimo. Posteriormente, la serie volverá en julio para emitir los seis episodios restantes. Protagonizan Bob Odenkirk, Jonathan Banks, Rhea Seehorn, Giancarlo Esposito, Michael Mando y Tony Dalton, entre otros.

Primeras impresiones de la sexta temporada de Better Call Saul
En el primero de los dos episodios enviados a la prensa, la larga secuencia de apertura nos avisa de que nos encontramos ante el final de la historia y, por ende, de que a lo largo de la temporada aquellos elementos más salvajes de ‘Breaking Bad’ irrumpirán de manera explosiva. Con Saul y Kim preparando una nueva triquiñuela, Nacho huyendo de los acontecimientos finales de la anterior entrega y Mike desarrollando su compleja relación profesional con Gus, la amenaza de un Lalo desatado promete salpicar a todos y cada uno de nuestros protagonistas.
Este es un hecho apasionante porque, aunque conocemos al dedillo el destino de la mayoría de los personajes, no es un aspecto que rebaje el interés por la trama ni la tensión que generan sus momentos más complicados. Por supuesto, todo el mérito de este logro recae en Gilligan, Gould y su equipo de guionistas, siempre construyendo al milímetro cada escena y midiendo el ritmo de sus capítulos de una forma lo más cercana posible a la perfección.
Al fin y al cabo, si esta es la culminación del descenso a los infiernos de sus protagonistas más conocidos, a su vez esta última entrega responderá aquellas preguntas en relación al enigmático futuro de personajes como Kim. Además, cada vez se nota más el contraste entre la trama de Saul y todo lo que tiene que ver con el cártel. Es más, en estos dos episodios, las rencillas narcos gozan de abundante presencia, pero tanto Bob Odenkirk como Rhea Seehorn logran con sus interpretaciones que sus escenas, mucho más pausadas y basadas en el diálogo, resulten igual de espectaculares a su manera.
Todo ello, unido a algunos regresos y a una gran cantidad de referencias sobre su serie madre, confirma una vez más que nos encontramos ante una serie única en su especie y que en ocasiones incluso consigue superar a la mismísima ‘Breaking Bad’. Una producción cautivadora, salvaje y prodigiosa, cuyo cierre se antoja absolutamente apasionante y asombroso. Y aunque siempre es precipitado confiar en este tipo de afirmaciones, no cabe ninguna duda de que Gilligan y Gould cumplirán de sobra con nuestras expectativas.
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