Prime Video estrena este viernes 3 de junio la tercera temporada de ‘The Boys’, la fantástica serie de superhéroes basada en los cómics de Garth Ennis y Darick Robertson.
Ha sido un año tranquilo. El Patriota está contenido y Carnicero trabaja para el gobierno bajo la supervisión de Hughie, nada menos. Pero los dos están deseando que la paz y la calma dejen paso a la sangre.
Por eso, cuando el grupo se entera de que existe una superarma misteriosa, van directos a por Los Siete, se ponen en pie de guerra y desempolvan la leyenda del primer superhéroe: Soldier Boy.
La tercera temporada está protagonizada por Karl Urban, Jack Quaid, Antony Starr, Erin Moriarty, Dominique McElligott, Jessie T. Usher, Laz Alonso, Chace Crawford, Tomer Capon, Karen Fukuhara, Nathan Mitchell, Colby Minifie, Claudia Doumit y Jensen Ackles, entre otros.

Primeras impresiones de la tercera temporada de The Boys
Tras unos minutos iniciales bastante bizarros, los tres primeros episodios de la nueva temporada de ‘The Boys’ vuelven a cumplir con todas y cada una de las expectativas: violencia y sangre a raudales, excentricidades que a veces traspasan toda línea y un retrato cada vez más mordaz y rabioso de nuestra sociedad.
No es fácil mantener el tipo en el género de superhéroes, tan sobreexplotado hoy en día, y aunque ya hace tiempo que dejó de lado gran parte de su material original, la serie creada por Eric Kripke (Sobrenatural) sigue destacando como pocas. Lo hace a través de nuevos personajes -ojo al Soldier Boy de Jensen Ackles-, alianzas inauditas y giros inesperados que añaden un cierto morbo extra a un conjunto ya de por sí muy retorcido.
Sin duda, uno de los mayores atractivos de esta temporada es poder ver a un Patriota más amenazador e impredecible que nunca. Y es que, para sorpresa de nadie, resulta hipnotizante y extraordinaria la habilidad de Antony Starr a la hora de conseguir que su personaje sea el mejor con diferencia entrega tras entrega. Otra gran carta que utilizan los guionistas es la de un Carnicero quien, para lograr sus objetivos, debe convertirse en aquello que juró destruir.
Parece una clara traición a su personaje pero, tras dos temporadas en las que sus esfuerzos no han dado frutos, su obsesión no ha hecho más que aumentar y es normal que a estas alturas sea capaz de lo peor. Eso sí, algunas cosas no cambian, porque Hughie sigue llevándose todos los golpes.

Es verdad que este inicio de temporada es algo más lento y que, en ocasiones, su brutalidad gana más importancia que su sustancia -y además vuelve a ser víctima de la fiebre por los cameos-. Sin embargo, esta es una serie que sigue maravillando y descolocando por su capacidad para ser enormemente ridícula y seria al mismo tiempo.
De hecho, gran parte de los conflictos de estos tres primeros episodios emergen alrededor de un reality cuyo funcionamiento da auténtica vergüenza ajena. Y como todo lo que en él ocurre afecta al mundo entero los guionistas, de forma muy inteligente, aprovechan los recursos narrativos usados en el mismo para agitar la trama por completo, creando así algún que otro dramón inesperado.
Donde la serie continúa funcionando sin igual es en su sátira del capitalismo y el funcionamiento del mundo actual en todos los ámbitos. Por ello, con especial fijación en el mundillo del espectáculo, la ficción también realiza algunas críticas ácidas contra el racismo sistémico, así como dirigidas a ciertos sectores de la sociedad los cuales, a raíz de los eventos acontecidos durante los últimos años han aprovechado, con todo el peso del significado de la palabra -sobre todo en la era pandémica post Trump-, para alzarse como supuestos salvadores o poseedores de la única verdad universal.
Es por estos matices que ‘The Boys’ sigue siendo la mejor propuesta superheróica que podemos encontrar hoy en día. Al menos es una en la que nada tiene que ser blanco o negro por norma. Es más, si existieran los superhéroes en la realidad, estoy seguro de que este sería su retrato más fidedigno.
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