Los narradores no podemos ser tan populares sin una historia especial.
Con motivo de la 28ª Muestra Internacional de Cine de Mujeres de Barcelona, tenemos el privilegio de entrevistar a Narges Kahlor, directora de ‘In the Name of Scheherazade or the First Beergarden in Tehran‘, el cual supone su primer filme tras haber realizado un largo número de cortometrajes. La cineasta, natural de Irán, respondió a nuestras preguntas amablemente y con una gran predisposición. Esta entrevista fue realizada mediante correo electrónico.
Previamente, has comentado que has sentido como Scheherezade mientras rodabas la película. ¿Hay algún personaje con el cual también te hayas sentido identificada?
¡Sí, por supuesto! Todos los protagonistas de este largometraje afrontan un problema similar: tienen que contar una historia emocionante para poder sobrevivir. No veo ninguna diferencia entre yo siendo cineasta, Scheherezade, un refugiado…
¿Crees que tus compatriotas se verán representados en este filme?
Tenemos dos grupos de iraníes: los que están en Irán y los que no. La mayoría de los que se encuentran fuera entienden muy bien la película. Los que siguen en su país de origen, al haber permanecido por un corto periodo en el poniente, saben muy poco sobre el racismo en Europa. Pasa una temporada hasta que, como emigrante en Occidente, compruebas por qué eres tan popular o insignificante y desempleado. Requiere tiempo descubrir que la sociedad del oeste es exigente con nosotros y cómo podemos sentirnos perfectamente con ello. En mi caso, me tomó diez años saber el motivo por el cual mis largometrajes eran exitosos o no según la audiencia occidental.
Acorde a lo que dijiste en una entrevista, todo el mundo esperaba que hicieras un largometraje sobre ti, razón por la cual decidiste realizar este filme. ¿Cómo habría sido la película que tenías en mente?
Me encantaría crear una película sobre contar historias con el fin de sobrevivir en general por todo el mundo, cómo tenemos que vendernos como personas especiales en redes sociales o entrevistas de trabajo para conseguir mejores objetivos.
Los narradores no podemos ser tan populares sin una historia especial, pero la dirección del largometraje tomó ese camino, el cual tenemos ahora en el festival.
La mayoría de la gente que aparece en el filme son amigos tuyos que tienen algo que decir. ¿Habían más personas con historias que te hubiese gustado que contaran?
(risas) Realmente no, solamente muchas de las historias y personajes principales eran de por sí muy complejas y todo el mundo tenía miedo de que la película no funcionase de la forma que a ellos les gustaría. Queríamos profundizar con Eli siendo refugiado, pero no hubo mucho espacio para ello. Quizás podamos tener más coraje en el siguiente largometraje y acercarnos a las personas como protagonistas.
Entre todos los países de Europa, ¿por qué elegiste Alemania para vivir?
No elegí Alemania, ella me eligió a mí. Estuve ahí en el festival de 2009, y después de eso no pude regresar a Irán a causa de problemas políticos, así que tuve que pedir asilo en la patria alemana ese año. Desde aquel entonces, cuando solicitas refugio es muy difícil cambiar de lugar.
En realidad no estuvo/está mal (guiño). Como ser humano, te acostumbras a toda norma y regulación social. Ciertamente, me habría gustado vivir en un país donde la gente solamente se estuviera riendo escandalosamente y bailando siempre sin necesidad de alcohol o drogas, pero no puedes tenerlo todo junto en cualquier parte.
Éste es tu primera película, pero también has hecho cortometrajes. ¿Qué formato prefieres a la hora de contar historias?
Mi favorito es el de película experimental, especialmente de ensayo.
¿Qué fue lo que te hizo estudiar cine?
No lo sé exactamente, pero tenía doce años cuando le dije a mi padre que quería dedicarme al cine. Hasta este momento, sigo emocionada con el poder de las imágenes en movimiento. Creo que hay mucho por alcanzar en esta industria y, cada vez que veo una buena película, estoy más segura de que era la decisión correcta.
Has rodado en Alemania para este filme. ¿En qué otros países te gustaría trabajar?
Cierto. Sigo deseando filmar películas en Irán, porque con mi lengua materna podría trabajar mucho más fácil en el set que en alemán o inglés. Pero, sin importar el idioma y sistema en el plató, creo que para mí no hay tanta diferencia en cuanto a dónde debería rodar mis largometrajes.
Principalmente trabajo con el mismo equipo, y cuando llegué a Alemania me costó mucho tiempo encontrar personal otra vez. Son muy valiosos para mí, así que no importa dónde haga mi siguiente película que la intentaré crear con ellos.
Actualmente, ¿te encuentras trabajando en algún nuevo proyecto?
Sí, estoy desarrollando un pequeño trabajo con el equipo de ‘Scheherazade’. Esta vez, me gustaría crear una figura de un diminuto superhéroe para los niños y estamos intentando mostrarlo de manera experimental.
¿Has tenido la oportunidad de ver algún cortometraje o película que se haya presentado en el festival?
Sí, hasta ahora sólo he podido ver un largometraje muy bueno, ‘Las vidas de Marona’.
In the Name of Scheherazade or the First Beergarden in Tehran (2019)
Esta película supone un martillazo contra las normas narrativas, un viaje surrealista por ‘Las mil y una noches’, un ovillo de historias deconstruidas, un ejercicio de punk decolonial. Narges Kalhor sigue a cuatro personajes que se han trasladado a Alemania para huir de la nefasta situación política de sus países de origen. Un joven gay sirio que teme la deportación, una chica iraní que sueña construir un Beergarden en Teherán, una joven que intenta terminar su película de final de estudios con los pésimos consejos de su profesor y Scheherezade, que sigue narrando cuentos noche tras noche.
Recuerda que puedes seguirnos en Facebook, Twitter o Instagram.
Esperamos que os haya gustado la entrevista. Muchas gracias por leernos. ¡Hasta la próxima!