Sinopsis
‘The Last of Us’ tiene lugar veinte años después de que la civilización moderna haya sido destruida. Joel, un superviviente de carácter recio, es contratado para sacar de contrabando a Ellie, una niña de 14 años, fuera de una opresiva zona de cuarentena. Lo que comienza como un pequeño trabajo pronto se convierte en un viaje brutal y desgarrador, ya que ambos deben atravesar los EE. UU. y depender el uno del otro para sobrevivir.
Crítica de The Last of Us
Este lunes se estrena en HBO Max la esperada adaptación de unos de los videojuegos más aclamados de todos los tiempos. Creada por Neil Druckmann y Craig Mazin (Chernobyl), la serie llega para proponernos una nueva historia postapocalíptica de monstruos y pandemias, como si no hubiésemos tenido suficientes tras y durante el reciente COVID. En fin, somos así de masoquistas. La cuestión es, ¿debemos juzgarla como la mejor adaptación de un videojuego que se ha hecho nunca? ¿O como otra ficción más del subgénero, pero de gran calidad técnica?
Y es que, la traslación del magistral videojuego de Naughty Dog a serie es un arma de doble filo, pues si eliminamos su rompedor gameplay y su profundidad narrativa, en lo que se refiere al cine y la televisión nos queda una historia algo genérica que no utiliza conceptos precisamente nuevos. De hecho, muchos de ellos los hemos vistos decenas de veces a lo largo de los años en series como ‘The Walking Dead’. Por eso es normal preguntarse, ¿era realmente necesaria? Los propios jugadores dirían que sí, ya que todos ansiamos de forma irracional que nuestros videojuegos, cómics o libros favoritos cobren vida con gente de carne y hueso. Luego vienen las quejas. Por fortuna, aquí no hay mucho lugar para ellas.

Para tratarse de un producto televisivo, su primer episodio de 81 minutos no opta por introducirnos en la historia mediante algún flashforward -o escena espectacular en su defecto-. En cambio, la serie empieza con una entrevista a modo de advertencia, para luego mostrarnos los eventos desde cero y desarrollarse hasta llegar a ese momento dramático clave del videojuego. A partir de ahí, la ficción da un salto de 20 años que nos sitúa de lleno en el futuro postapocalíptico, donde viviremos un viaje a través de Estados Unidos que puede resultar traumatizante para cualquier persona.
De una forma no lineal, ni siempre contada bajo la perspectiva de los protagonistas, la serie también mezcla un poco antes de tiempo algunos elementos de la segunda entrega del videojuego y la expansión ‘Left Behind’, como si tuvieran prisa por mostrar ciertas cosas para amoldarse a las exigencias de la televisión actual. Sin embargo, tanto a nivel narrativo como artístico, en general es una adaptación realmente fiel. Tal es la fidelidad que hay veces en las que parece que estemos viendo un resumen del videojuego, con Joel y Ellie introduciéndose en edificios y enfrentándose a obstáculos, monstruos y humanos aún peores.
A nivel técnico, los dos primeros episodios lucen espectaculares. Sin embargo, es una pena que el resto estuvieran completamente inacabados, por lo que no hemos podido apreciar toda la serie en su esplendor. Lo que sí se puede contemplar es que la ficción traslada a imagen real todo el estilo del videojuego, recreando muchas de sus icónicas postales y manteniendo siempre un gran gusto por el detalle en cada apartado. Además, la mezcla entre CGI, maquillaje y efectos prácticos hace que sus ‘zombies’, aunque más escasos de lo esperado, sean unos de los más terroríficos que se han visto hasta el momento en televisión.
Pese a la polémica que rodea al reparto, tanto Pedro Pascal como Bella Ramsey brillan en sus respectivos papeles. El primero porque logra dar vida de manera muy convincente a un personaje de moralidad ambigua, de lo menos malo entre lo malo. No obstante, es Ramsey quien se merece todos los elogios. La joven actriz calla todas las bocas y abraza con todo a una Ellie que se mueve entre la rabia, la fuerza y la vulnerabilidad sin olvidar que es una adolescente en un mundo postapocalíptico. En este apartado es interesante ver cómo desafía nuestra forma de vida anterior, y la manera en la que evoluciona su relación con Joel está retratada con mucho tacto y emotividad.

‘The Last of Us’ es sin duda la mejor adaptación que se ha hecho nunca de un videojuego, lo que no significa que sea la misma obra maestra, ni siquiera que sea excesivamente superior a otras tantas series o películas postapocalípticas que se han visto antes. Lo que pasa es que, lo que hace, sea basado en clichés o no, lo hace siempre a un nivel altísimo. Y es cierto que algunos episodios se podrían haber estructurado de otra manera, pero todos ofrecen una experiencia casi redonda llena de acción, tensión y emoción con un ritmo medido a consciencia.
Su guion hace más énfasis en lo monstruosos que pueden ser los humanos que en los propios monstruos. También nos lleva a preguntarnos por qué sobrevivimos y por qué lo hacemos rebajándonos a nuestros instintos más básicos, aunque estos sean los que intentamos evitar en nuestra actual forma de vida. Es un poco lo que hizo tan bien ‘Estación Once’ elevado con el añadido de zombies, peores seres humanos y mucho más presupuesto. Además, las desviaciones con respecto al videojuego suman para ofrecer una historia ligeramente distinta para los veteranos. Pero repito: pudiendo jugar una y otra vez al mismo, la verdad es que no tiene demasiado sentido sentarse frente al televisor para ver estas nueve horas.
Y es que, a la hora de la verdad, a nivel narrativo realmente no es capaz de ofrecer nada nuevo dentro del subgénero, ni siquiera cuando intenta alejarse de la trama principal para contar dos historias individuales que se alargan durante dos episodios enteros. Una aporta un trasfondo fundamental para el personaje de Ellie. La otra, aunque se encuentra hermosa y magistralmente interpretada por Nick Offerman y Murray Bartlett, en términos generales no supone de ninguna relevancia, sobre todo teniendo en cuenta la importancia que uno de los personajes tiene en el videojuego y que aquí, por alguna razón, carece de la misma.
De todas formas, está claro que esta va a convertirse en una de las nueva obsesiones de un buen porcentaje de los espectadores a lo largo de la primera mitad del año. Es normal, porque es una ficción muy sólida cuya única fisura se encuentra en su estatus de videojuego traducido a serie. Pero su humanidad, unida al talento en la dirección, en el resto de apartados técnicos y artísticos y en su inspirado reparto, consigue que las dudas con respecto a su trama o a la necesidad de su existencia se disipen durante gran parte del metraje. Y destacar de esta forma haciendo un poco lo mismo de siempre tiene muchísimo mérito.
‘The Last of Us’ se estrena el 16 de enero en HBO Max.
Recuerda que puedes seguirnos en Facebook, Twitter o Instagram.