La serie se mantiene en forma como una de las propuestas más desenfadadas e
inspiradas de la televisión actual.
El violento final de la segunda temporada nos dejó a un Miguel (Xolo
Maridueña) malherido y el futuro de todos los personajes en el aire.
Daniel (Ralph Macchio) recoge las cenizas de la multitudinaria pelea en
el instituto a la vez que se enfrenta a
una situación delicada en el negocio. Por su parte,
Johnny (William Zabka) tiene que debatirse entre ayudar a
su primer alumno o a Robby (Tanner Buchanan), el hijo al que falló, y que en estos momentos se encuentra en la cuerda floja. Además,
John Kreese (Martin Kove) continúa con su idea de retomar las riendas del
dojo mientras
empiezan a esclarecerse ciertos aspectos de su turbio pasado.
Cuando hablamos de ‘Cobra Kai’, sin ninguna duda la palabra
que se nos viene a la mente es ‘nostalgia’. La serie secuela de la saga
‘Karate Kid’ ha conquistado el mundo gracias a un
correcto equilibrio entre los elementos nostálgicos que desprende
y su mezcla de dramedia adolescente y adulta. También destaca por su
habilidad para reírse de sí misma y su inverosímil pero atractiva premisa. Así,
Netflix empieza el 2021 a lo grande con la deseada tercera temporada de
una de las ficciones mejor valoradas de los últimos años. Tras rescatarla
de la ‘inesperada muerte’ de YouTube Premium, la plataforma estrena su
primera tanda de episodios de producción propia casi dos años después de
un desenlace que dejó un montón de preguntas por responder y a todos los
espectadores enloquecidos.
En esta temporada, nuestros personajes
se encuentran todavía más definidos por los errores y traumas del pasado. Ya no son solo Johnny, Daniel y Kreese los que
continúan dando bandazos contra sus rivalidades añejas. Ahora,
cada alumno debe enfrentarse a las consecuencias de la batalla final
acontecida en la anterior entrega mientras acumulan rencor y enfrentamientos.
Miguel intenta recuperarse de sus lesiones, Samantha (Mary
Mouser) libra una lucha interna contra el miedo y Robby, cuya
cuota de pantalla se ha visto bastante reducida, se ve forzado a asumir
las responsabilidades de sus actos. Otros como Hawk (Jacob Bertrand) o
Tory (Peyton List) siguen obcecados en pagar sus inseguridades con los
demás, siempre sin piedad. Al fin y al cabo, el karate no consigue que ninguno
de los integrantes de ambos bandos dejen de lado su condición de adolescentes
con un frustrante gusto por el empecinamiento.
Sin embargo, uno de los aspectos más interesantes de esta tercera
temporada lo encontramos en la figura de John Kreese. A modo de
flashbacks, la serie retrata algunos eventos concernientes a su pasado,
enriqueciendo así al personaje con
un esperado y necesario trasfondo adicional. Además, Kreese ocupa el
lugar del antagonista total demostrando una vez más su talento para
aprovecharse de un puñado de adolescentes fácilmente manipulables con el objetivo de sembrar el terror entre sus rivales. No obstante, si
la ficción funciona tan bien es en gran medida gracias a
William Zabka y su Johnny, uno de esos antihéroes que generan simpatía
por su empeño en redimirse cada vez que mete la pata.
Anclado en las formas ochenteras y siendo un inútil con la tecnología,
el alter ego de Zabka, pese a las limitaciones interpretativas del actor,
es uno de los personajes televisivos más disfrutables que existen en la
actualidad.
Por su parte, Daniel vuelve a ser el catalizador central de toda la
nostalgia que emana la serie. Como ya es bien sabido, en uno de los episodios
asistiremos a su regreso a la isla de Okinawa, lugar de nacimiento del señor
Miyagi y escenario principal de ‘Karate Kid II’, de la que
recomiendo su visionado si se quiere disfrutar de todas las referencias. Con
una crítica hacia la ‘occidentalización’ de Japón, el personaje de
Ralph Maccio se reencuentra, gracias a
una de esas casualidades ridículas que tan bien funcionan en esta
ficción, con algunos conocidos como Kumiko (Tamlyn Tomita) o
Chozen (Yuji Okumoto). Pero además,
Macchio descubre de nuevo su capacidad para la actuación y nos deja con
su interpretación más pulida hasta la fecha.
Especial atención a las nuevas coreografías de lucha. Más abundantes, fluidas, violentas y espectaculares.
Esta tercera temporada es otro insólito logro televisivo, pero también
es un pequeñísimo paso atrás con respecto a su anterior entrega. Los
nuevos episodios cuentan con un ritmo endiablado, tanto que
a veces encontramos algún que otro salto espacio-temporal entre escenas chocante y difícil de justificar. Pero, si hay algo de lo
que adolece el guion, es de
cierta redundancia en lo que a la rivalidad de los diferentes dojos se
refiere, rozando la exageración en varias ocasiones. Aunque no nos vamos a engañar,
pues la sutileza no es que sea una de sus características. Sin embargo,
con más combates, humor y nostalgia bien ejecutada que nunca,
‘Cobra Kai’ se mantiene en forma como
una de las propuestas más desenfadadas e inspiradas de la televisión
actual. Y ojo que, la ya confirmada cuarta temporada, promete ser una auténtica
salvajada gracias a un final que eleva de manera ridículamente divertida y
tensa el nivel de extremismo de la ficción.
Puntuación: 8/10
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