Sinopsis
Tras el dramático final de la segunda temporada de ‘Ciclos’, los nuevos episodios comienzan con Nikki (Esther Smith) y Jason (Rafe Spall) como padres primerizos de dos niños a los que aún están conociendo. Ahora solo tienen que mantener el control, lo que resulta ser más complicado de lo que pensaban. Lanzados de golpe al mundo de la paternidad, Nikki y Jason verán sus relaciones -entre sí y con sus seres queridos- puestas a prueba, mientras intentan desesperadamente no naufragar en los altibajos de la crianza, aferrándose a sus hijos y a su cordura.
Crítica de la tercera temporada de Ciclos
Una de las comedias más entrañables y divertidas de Apple TV+ vuelve este viernes con su tercera temporada, pero cuidado: ahora sí que hay niños de verdad en la ecuación. Por ello, como el asunto ya no trata tanto sobre el proceso de adopción y el deseo de tener la oportunidad de ser padres, en estos nuevos episodios la serie toma en su mayoría otra clase de rumbo. Así, vemos a Nikki y Jason darse cuenta de que la paternidad no es el camino de rosas que habían imaginado, ni mucho menos… y la travesía resulta todavía más accidentada cuando los pequeños son adoptados. Sin embargo, lejos de rendirse, ambos se enfrentan a las dificultades con ilusión mientras descubren algunas facetas desconocidas.
Nikki y Jason empiezan comportándose algo así como los ‘mejores peores’ padres. Un desastre por aquí, un consejo raro por allá… y poco a poco van dando forma a su deseada familia, pero no sin antes conocer realmente lo que significa educar hoy en día. Esta es una época en la que los niños pueden permitirse expresarse y ser escuchados. Hay demasiadas excepciones todavía, por supuesto, porque el miedo a lo distinto sigue siendo una infección intrínseca de la sociedad. No obstante, al menos ya existe cierto espacio seguro para que puedan empezar a ser quienes son sin que sea demasiado tarde. Y es que la tolerancia y la aceptación son elementos fundamentales de la temporada, ya que también se aplica tanto a nuestra pareja protagonista como al resto de personajes adultos.

Y es que, a lo largo de la temporada, queda claro que ambos comparten sus inseguridades sin convertirlas en un problema para la relación. También es cierto que, en lo que a los personajes adultos se refiere, en el tema de la aceptación y la tolerancia puede parecer que la ficción se contradice. Vemos a Nikki preocupada por no ser divertida, a Jason traicionando a su equipo del alma para gustarle más a Tyler, a Scott (Darren Boyd) sufriendo los peores correctivos posibles… No obstante, se trata más bien de crear ese lugar seguro y agradable, además de aceptar que a veces contamos con más limitaciones de las que nos gustaría, pero eso no significa que debamos rendirnos en la vida. Siempre hay espacio para mejorar si tenemos esto en cuenta.
La mejor característica de ‘Ciclos’ reside en su capacidad para retratar a un grupo de personas reales y cercanas. Son tan reconocibles e imperfectos que, a la hora de la verdad, no importa si sus acciones se desvían un poco de esa línea moral que normalmente pactamos con los personajes de ficción. Por ello, aquí los únicos villanos son el implacable sistema y la terrorífica idea de fallar. Además, en esta temporada la serie genera preguntas interesantes y toca temas más allá de la paternidad, como es el caso de la ciudad de Londres y las críticas hacia su funcionamiento -el cual afecta a nuestros protagonistas-. Eso sí, algún que otro personaje que nunca ha tenido importancia es utilizado de forma descarada con la única intención de cumplir con ciertas exigencias. La representación es necesaria, pero no debería existir solo por obligación.
También es verdad que ese humor británico tan característico, pese a que está presente, ha dado paso a momentos que pueden ser tan entrañables como dar vergüenza ajena, dependiendo del punto de vista de cada persona. A su vez da la sensación de ser menos divertida -a partir del cuarto episodio se vuelve algo más seria de lo esperado-, pero en general sigue resultando igual de reconfortante. Asimismo, quizá esta sea la temporada más equilibrada a nivel emocional, además de contar con interpretaciones llenas de matices entre las que destacan las de unos inspiradísimos Rafe Spall y Nikki Smith. Por ello, ‘Ciclos’ continúa siendo un agradable, simpático y cálido ‘happy place’. Y aunque el desenlace podría funcionar como una despedida definitiva, no me importaría volver una y otra vez.
Ver ahora
Recuerda que puedes seguirnos en Facebook, Twitter o Instagram.