Sinopsis
Las hermanas Joana y Mireia Vilapuig son dos jóvenes actrices reales que conocieron el éxito, y todo lo que conlleva la fama, a muy temprana edad. Años después, en ‘selftape’ Mireia vuelve a Barcelona después de triunfar como actriz en Oslo. El frío recibimiento de su hermana Joana no es el que se esperaba. Incapaces de comunicarse y arreglar las cosas, todo da un vuelco cuando le ofrecen a Mireia un papel que tenía que hacer Joana.
A partir de este momento saldrán a la luz secretos, mentiras y traumas del pasado que obligarán a las dos hermanas a replantear muchos aspectos personales de sus vidas, como el trabajo, el lado oculto de la fama, el amor, la amistad o su propia relación.
Crítica de selftape
Tras ‘Autodefensa’, otra serie original semiautobiográfica se estrena en Filmin este primer martes de abril. En este proyecto realmente íntimo, ya queda claro que el interés de la plataforma por hacer metaficción hiperrealista contada a través de sus protagonistas es una absoluta obviedad. No podíamos esperar menos de ellos por lo que, el hecho de que decidan apostarlo todo a este arriesgadísimo formato, ya es en sí una seña de identidad. Así, la ficción creada por las propias hermanas Vilapuig y dirigida por Barbara Farré llega para mostrarnos la realidad de dos actrices que fueron estrellas durante la infancia… hasta que esta terminó.
Tanto Joana como Mireia triunfaron siendo adolescentes en la ya mítica ‘Polseres Vermelles’, y si bien han continuado con su carrera de forma irregular, nunca volvieron a alcanzar tal éxito. Crecieron. Ya no eran niñas bonitas a las que arruinar, ni seres inocentes a las que poder hacerles mil preguntas con repugnantes connotaciones sexuales en las entrevistas de televisión. Al fin y al cabo sabemos que este es un mundo formado por industrias voraces, y la del entretenimiento es una que además se permite el lujo de explotar con impunidad a cualquier infante con talento que se le ponga por delante.

En la serie, Joana se siente algo insegura en su trabajo, pero ha sido capaz de mantener su hogar de siempre y sus amigos. En cambio, Mireia creía tenerlo todo aunque su vida lejos no fuera nada fácil, pero al volver se da cuenta de que lo ha perdido todo. Así, en este estudio de personajes, ambas se abren en canal en su proceso de sanación, de encontrar ese lugar en la vida que merecen, ya sea a nivel personal o profesional. Es un placer ver cómo las dos han evolucionado a lo largo de sus selftapes, los cuales se entremezclan con una ficción en la que su complicada relación intra e interpersonal sana poco a poco a través de nuevas vivencias.
Es cierto que en ocasiones la serie se va por derroteros en los que uno se pregunta qué tiene que ver una cosa con la otra. Sin embargo, la mayoría de las veces estas escenas evolucionan hasta que el pasado siempre acaba saliendo a la luz, influenciando así cualquier momento por muy cotidiano que sea. De esta forma, Farré y las hermanas aprovechan el material real para aportar a la historia un omnipresente componente meta con el que es difícil distinguir la realidad de la ficción. No es que esto importe, ya que Joana y Mireia nos regalan un proyecto donde prima la humildad pese a todo, tanto en el guion como en lo visual.
Quizá, aunque normalmente lo entenderíamos como un aspecto positivo, en esta ocasión el mayor problema de la serie es la breve duración de sus episodios. Hay veces que la historia simplemente necesita más tiempo para desarrollarse, porque hay escenas en las que se queda realmente corta, mientras que pierde metraje en otras que no son tan necesarias. Esto se nota en especial en un episodio final el cual, a pesar de ser tan incómodo como catártico, le hubiera venido bien algo más de espacio para redondear la resolución de sus conflictos.

Además de un ejercicio explícito y sincero de metaficción semiautobiográfica, ‘selftape’ también es un doloroso puñetazo de realidad sobre el oficio de actriz detrás y delante de las cámaras. Un trabajo que te marca, porque hay personas que se aseguran de ello, y que no entiende de edades, ya que puede robarte la infancia tanto como destrozarte la adultez.
No obstante, en vez de caer en el tentador retrato de un irredimible descenso a los infiernos, aquí nos encontramos con todo lo contrario: una historia en la que sus protagonistas se niegan a derrumbarse y en la que cada episodio sirve como un nuevo paso adelante en la escalera hacia el cielo. Y si en la vida real Joana y Mireia son así de maravillosamente imperfectas lo ignoro, porque no tengo el placer de conocerlas.
Sin embargo, si han sido capaces de construir esta narrativa personal que aboga por la sinceridad y la empatía y no por la pena y el narcisismo, no me cabe duda de que ambas se merecen cualquier cosa buena que les pase. No todo el mundo sabe aprovechar la oportunidad de poder contar su vida a su manera, y no como hacen cuatro programas de telebasura que manipulan y se inventan sus propias verdades. Las hermanas lo han conseguido y, gracias a ello, los espectadores tienen una nueva joya que disfrutar en streaming.
‘selftape’ se estrena el martes 4 de abril en Filmin.
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