Sinopsis
En ‘Todo lo otro’, atrapada con sus amigos en vidas que no eran las que soñaban, Dafne (Abril Zamora) tiene un trabajo de mierda, su novio la acaba de dejar y para colmo va a descubrir que está enamorada terriblemente de su mejor amigo, un asturiano desmotivado.
Crítica de Todo lo otro
La afortunada producción española que abandera el lanzamiento de HBO Max en nuestro país es esta serie escrita, dirigida y protagonizada por Abril Zamora (Señoras del hAMPA), una historia que habla sobre un grupo de treintañeros madrileños atrapados en vidas que no eran las que soñaban. Además, la propuesta llega para aportar su granito de arena a la normalización del colectivo LGTBI+ tras las cámaras y como protagonista, un asunto bastante pendiente en nuestra ficción.
De esta manera, mediante una ordinaria narración en off que en ocasiones descoloca un poco por su naturalidad, en los primeros minutos conocemos a los personajes, todos ellos muy imperfectos, pero también nos queda claro por donde van a ir los tiros: aquí solo se refleja la verdad de una parte muy específica de su generación, por mucho que pretenda hacernos sentir identificados de una forma más universal.

En la serie todo es sexo, falsos Tinder, jóvenes ahogados en trabajos basura y una buena dosis de superficialidad. Eso sí, por muchos personajes que nos presente, aquí la verdadera protagonista es Dafne, una mujer algo desorientada que siente que su vida primermundista es una mierda. Además, también es una reina del drama, y por lo tanto no hace otra cosa que regodearse en su propia miseria y buscar más razones para seguir llorando en vez de solucionar sus problemas de una vez.
Menos mal que decide tomar las riendas de su existencia, pero es entonces cuando la ficción ya sí que cae de lleno en algunos de los tópicos de siempre. Por su parte, a Zamora se le ve cómoda, honesta y natural en un papel que le permite expresarse en su totalidad, lo que a su vez provoca que esta sea probablemente la mejor interpretación de su carrera hasta el momento. Por supuesto, todo es más fácil cuando tienes toda la libertad creativa y te rodeas de caras bien conocidas.
Es evidente que ‘Todo lo otro’ es un poco más de lo mismo que proponen este tipo de comedias románticas y existenciales españolas -o más bien madrileñas-, pero todo lo que logra aquí Zamora tiene mucho mérito. Lo bueno es que aporta un cierto giro atrayente, cuenta con más corazón, se encuentra mejor realizada y no cansa ni empalaga, pues sabe equilibrar humor y drama en un formato de capítulos de media hora que es de agradecer.
No obstante, quitando el exceso de metros cuadrados por piso tratándose de jóvenes de comedida economía en Madrid, el mayor problema de la serie es que esta se diluye por completo cuando Dafne no participa. Al lado de ella, el resto de personajes se sienten un tanto difuminados y sus conflictos resultan muy poco interesantes en comparación. Una suerte que Zamora brille y su personaje consiga salvar el día, por lo menos durante estos escasos tres primeros episodios. Todavía quedan cinco por delante en los que cualquier cosa puede pasar.
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