Un acertado homenaje a la película original y una interesante extensión de
este mundo tan querido.
Tylor Tuskmon es un joven y ansioso monstruo que acaba de
graduarse como el mejor de su promoción en Monstruos University y que siempre ha soñado con convertirse en un Asustador, hasta que consigue un trabajo en Monstruos, S.A. y descubre que lo que mola es la risa. Después de que reasignen temporalmente a Tylor al Monsters, Inc. Facilities
Team (MIFT), debe trabajar con un grupo de mecánicos marginados mientras planea la forma
de convertirse en un Bromista.
Ha llegado el momento en el que Pixar por fin tiene la oportunidad
de explotar sus propiedades en Disney+. Por ello, este miércoles el
estudio empieza a extender sus historias con esta secuela directa de
‘Monstruos S.A.’, una de sus mejores y más queridas películas hasta la
fecha. La serie se centra en las
consecuencias inmediatas del final de la película, cuando los gritos
dieron paso a la risa como fuente de energía y
sacudieron por completo la estabilidad de Monstruópolis. De esta forma,
nos encontramos con problemas para abastecer el suministro, asustadores
perdiendo sus trabajos o teniendo que adaptarse a las nuevas normas, ascensos
inesperados y
un caos generalizado característico de estas apresuradas transiciones
empresariales.
Las enormes ganas que pueda tener el espectador por ver de nuevo en acción a
Mike y Sully no le hacen nada de bien al resto de la ficción,
sobre todo porque en esta ocasión ninguno de los dos es la estrella y, aunque
protagonizan varias escenas -ahora son los jefazos-,
el papel del dúo es más bien secundario. En cambio, aquí el auténtico
protagonista es Tylor, un pobre diablo que ve
todos sus sueños truncados de la noche a la mañana. Imagina que vas a ir
al trabajo de tu vida y te dicen que ya no existe, que tienes que ir a
enroscar tuercas. Pues vaya desgracia. Así que, en esta primera hora de serie,
asistimos a un arco de presentación de nuevos y carismáticos personajes -en
especial la simpática Val– que encantarán a los peques, pero
también hay un humor y
unas situaciones muy ‘de oficina’ con las que los adultos se sentirán
identificados.
Pero, si bien estos dos escasos primeros episodios no son suficientes para
sacar muchas conclusiones, por el momento parece que ‘Monstruos a la obra’ conserva el encanto de la película original,
aunque lo hace de forma moderada. No es fácil balancear a los
personajes de toda la vida con los nuevos, pero
esto es algo que aquí se consigue con cierta eficacia debido a que, en
ocasiones, la serie mezcla sus subtramas con el objetivo de que el espectador
obtenga siempre un poco de cada uno. Además, la ficción derrocha humor para
todos, pero
es quizá en este aspecto donde niños y adultos podrían estar algo más
divididos, ya que algunas situaciones tienen el potencial para funcionar mucho
mejor en unos que en otros. De todas formas, gracias también a una animación
marca de la casa, este spin-off es
un acertado homenaje a la cinta y una interesante extensión de este mundo
tan querido.
Puntuación: 7/10
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