Sinopsis
En ‘MalaYerba’ Félix, Mariana e Ignacio son tres jóvenes emprendedores, inteligentes y ambiciosos que apuestan por un mercado que acaba de ser legalizado en Colombia: el cannabis medicinal. Su empresa, KannaLab, se convierte rápidamente en el sueño de todo emprendedor y en la envidia de su generación. Sus fundadores son el equipo perfecto: Mariana tiene la tierra para cultivar; Ignacio, la red; y Félix, la semilla perfecta y única con la que dominarán el mundo. Sin embargo, sus vidas se verán alteradas cuando Lola, una ambiciosa periodista, ponga el ojo en su empresa y descubra que hay un oscuro pasado detrás de la famosa semilla.
Crítica de MalaYerba
Esta semana, STARZPLAY (LIONSGATE+) está de celebración con el estreno de su nueva serie, que además tiene el gran placer de ser el primer original en español de la plataforma. Creada por Natalia Echeverri, Andrés Beltrán (Llanto maldito) y Esteban Orozco (El Chapo), la ficción nos propone un thriller dramático con el cannabis como el centro de todos los conflictos.
Una droga natural, legal en Colombia siempre y cuando sea para usos medicinales, que ha sido objeto de adoración y rechazo a lo largo de nuestra existencia. De hecho, esta es una historia de rabiosa actualidad, pues son cada vez más las empresas que están solicitando licencias en el país cafetero para la venta de esta codiciada planta.

La serie se divide en dos tramas fundamentales: la principal, que se centra en los tres protagonistas y el proceso de creación de su nueva empresa de cannabis; y una secundaria, la cual va adquiriendo una presencia gradual y narra un misterio del que va revelándose información muy poco a poco. Entre ambas se encuentra Lola (Carlina Gaitán), una apasionada y ambiciosa periodista que no duda en hacer lo necesario para conseguir sus objetivos.
Entre ceja y ceja tiene a Mariana (María Elisa Camargo), una mujer con una fuerte fachada que esconde a alguien sensible y llena de inseguridades; Ignacio (Juan Pablo Urrego), muy preocupado siempre de su imagen pública debido al estatus familiar: y Félix (Sebastián Eslava), que pasó de rico a pobre e intenta costear el tratamiento de su madre mientras lidia con un trauma del pasado.
Ni Mariana, ni Ignacio ni Félix son personajes que destaquen por encima del otro, pero este no es un aspecto negativo precisamente, porque aquí se agradece que exista un equilibrio que no decante demasiado la balanza a favor o en contra de alguno en específico. Al menos de momento, claro. En este sentido, quizá sea Lola el personaje más llamativo e interesante, pero todos tienen mucho que decir en este thriller en el que el cannabis es el principal espectador de un tumulto de sueños por cumplir, secretos a punto de revelarse, familias disfuncionales, matrimonios que se tambalean, rivalidades empresariales e injusticias sociales.
Además, esta es una historia de superación personal, ya que cada uno de los protagonistas se encuentra asfixiado o exigido por su familia, su estatus o su propia ambición, lo que los lleva a apostarlo todo y demostrar su valía.

‘MalaYerba’ es todo un soplo de aire fresco si la comparamos con las propuestas telenovelescas que normalmente nos llegan desde Colombia. Es una serie que se cocina a fuego lento, al menos durante estos primeros cuatro episodios, pues no se aprecia una evolución demasiado pronunciada en cuanto a ninguna de las tramas se refiere.
Sin embargo, su progresión mantiene un buen nivel de interés gracias a su mezcla de drama y suspense, su ascendente misterio y sus personajes. Pero, sobre todo, sorprenden unos diálogos que sin duda se erigen como una de sus mejores virtudes. Son ágiles, agudos y desenfadados. Casi ‘tarantinianos’ si fueran más largos y tuvieran algo más de mala baba. Estos también colocan encima de la mesa ciertos debates urgentes y primordiales: los altos costes de los tratamientos sanitarios el país, cómo todo el producto colombiano cae en manos extranjeras, o todo lo que tiene que ver con el uso del cannabis en sí mismo.
Eso sí, por el momento, la serie no ofrece la acción ni la violencia que se podría esperar de una trama de este tipo, optando por tomar los caminos de un drama más reconocible pese a su ligera tendencia a lo culebronesco en ocasiones. Normal, si tenemos en cuenta que nuestros protagonistas trabajan bajo el marco legal, lo que en un principio elimina de forma automática la presencia del crimen organizado. Esto no es ‘Breaking Bad’ ni ‘Ozark’, y desde luego no tiene la necesidad ni tampoco pretende serlo.
Sin embargo, no todo son cárteles o mafias, pues en este mundillo de periodistas sedientos de sangre y grandes empresas que quieren hacerse hueco en un nuevo mercado no sorprende que pueda pasar cualquier cosa. Es más, si hay unos villanos peligrosos aquí son la avaricia y la ambición. De lo que sean capaces los personajes por saciar su codicia tendrá importancia durante los próximos episodios. Y me encantaría verlo.
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