Sinopsis
En ‘El tiempo que te doy’ Lina (Nadia de Santiago) está empezando de nuevo, se muda de casa, busca un nuevo trabajo y prueba nuevas experiencias. Pero lo que Lina intenta hacer en realidad es olvidar a Nico (Álvaro Cervantes), su primer amor. Cada día, Lina intenta pensar un minuto menos en él y es un minuto más que dedica a encontrarse a sí misma.
Crítica de El tiempo que te doy
Netflix estrena este viernes una nueva serie española que llega con episodios de tan solo 10 minutos. Creada por Pablo Santidrián, Inés Pintor y Nadia de Santiago, que además se pone en la piel de la protagonista, esta novedosa propuesta romántica está realizada con la misma duración que las series de la difunta Quibi, la cual, evidentemente, no tuvo demasiado éxito, aunque también es cierto que la plataforma era un producto muy arriesgado en general.
Dicho esto, la ficción explora la superación de una ruptura amorosa, de esas que duelen a rabiar y nos marcan para siempre. Porque el amor es otra de tantas cosas en la vida que cuestan tanto construir, pero que sin embargo pueden destruirse en un abrir y cerrar de ojos.
Puede que todo lo que vemos aquí nos haya pasado alguna vez en la vida. Quizá no al dedillo, pero desde luego que cada episodio ofrece elementos con los que es fácil identificarse. Por ejemplo, el cómo un amor todavía en auge se apaga poco a poco por diferentes circunstancias. Después llega el acto de martirizarnos y autoflagelarnos a diario a base de comernos el coco a todas horas, porque tanto los recuerdos bonitos como los malos resultan prácticamente igual de dolorosos.
Pero todo sea por sanar el corazón aun cuando deba ser a cuentagotas. También la importancia de los amigos y la familia, relaciones imprescindibles que nos recuerdan que no estamos solos aunque en esos duros momentos nos sintamos así.
De esta forma, los episodios narran unos minutos de presente y otros de recuerdos, siendo estos últimos los que menos presencia van adquiriendo con el paso de los capítulos. Estas no son memorias aleatorias colocadas una tras otra sin ningún sentido, todo lo contrario, pues suelen guardan relación con las vivencias actuales de Lina, nuestra protagonista.
Interpretada por una maravillosa Nadia de Santiago (Las chicas del cable) más al natural que nunca, vemos como Lina va superando a su amor un poquito más cada día mientras intenta continuar con su vida. Nico, el susodicho compañero, es el personaje de un Álvaro Cervantes (Donde caben dos) que aquí se erige como el complemento perfecto para de Santiago, lo que desemboca en una gran química entre ambos.
Todo esto hace que ‘El tiempo que te doy’ sea a veces cursi y divertida, mientras que en otras ocasiones resulta melodramática y todo lo cruel que puede llegar a ser una ruptura amorosa de este tipo. También es entretenida, claro, porque sus episodios en forma de pequeñas píldoras ayudan -en exceso- al ritmo. En cuanto a su guion, no sorprende que no escape a lugares comunes y a conversaciones tópicas fruto de la intención del proyecto de ser lo más realista y personal posible, pero aun así se encuentra muy bien hilvanado dentro de lo que el formato permite.
No obstante, no habría estado mal poder conocer más de la perspectiva de Nico, pero la realidad es que estos capítulos de diez escasos minutos no permiten indagar demasiado. De hecho, el montaje tampoco se amilana a la hora de cortar de cuajo alguna que otra escena.
Es normal, ya que este formato, por muy ‘original’ y atractivo que sea, no da margen a la serie para profundizar más en los pequeños matices de los personajes y la relación en sí misma, quedándose relegada a explotar una selección de momentos evidentes que producen un verdadero impacto. Y cuando ese efecto termina, el resto ya no tiene demasiada cabida aquí.
Sin embargo, hay que valorar a la ficción por lo que es, lo que propone y, sobre todo, si lo que intenta funciona. Lo hace, de forma notable, y es muy probable que encuentre a su público entre los amantes acérrimos del género romántico en especial. De resto, ya veremos si esta nueva forma de hacer series triunfa en la plataforma. Por el momento, el comienzo no es malo.
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