Sinopsis
Robert Zemeckis (Las brujas de Roald Dahl) dirige este remake en acción real de la archiconocida película de Disney sobre una marioneta de madera que se embarca en una apasionante aventura para convertirse en un niño de verdad. Tom Hanks (Finch) interpreta a Geppetto, el carpintero que construye y trata a Pinocho (Benjamin Evan Ainsworth) como si fuera su propio hijo.
Crítica de Pinocho
En la controvertida y debatible intención de Disney por actualizar sus clásicos, ahora le ha tocado el turno a una de sus películas más aclamadas y llenas de matices. Hablando de forma tajante, la verdad es que este remake de Disney+ dirigido por un decadente Robert Zemeckis (Las brujas de Roald Dahl) no tiene ni por asomo el encanto de la original. Y como es evidente, también carece de todo su impacto ya que, vista de cierta manera, la cinta de 1940 podría considerarse una auténtica película de terror cuya posible interpretación llega a ser realmente compleja -aunque no tanto como la novela en la que se basa, claro-.
No obstante, esta nueva versión es mucho menos valiente, así como más colorida, alegre y adaptada a esta nuestra actualidad en la que nos horrorizamos por cualquier cosa. Esto no quiere decir que todos esos horrores que caracterizan a la historia no se encuentren presentes, pero aquí se les da un tratamiento más ligero e incluso bobalicón, con un montaje algo fallido en sus tiempos y un humor escaso de originalidad que rompe en muchas ocasiones con los momentos más impactantes y tensos de la cinta.

Hay otras decisiones que le restan magia a la película, como el reducir al mínimo la presencia de Figaro o Cleo y cambiar algunas otras secuencias fundamentales para que, un sobreactuado Tom Hanks como Gepetto, pueda gozar de más tiempo en pantalla. Era algo que se veía venir. Al fin y al cabo, alguien como Hanks no iba a participar en esta cinta sin imponer sus condiciones, y seguro que aligerarla de esta forma también ha sido una de ellas. Al menos, esto sirve para ampliar el trasfondo del carpintero y explicar cosas que se pasaban por alto en la original, aunque sea de una manera más bien superficial y anecdótica.
El guion, siendo más simple y vago, arregla algunos sinsentidos de la original, pero en cambio agrega otros que la atontan y hacen de su mensaje algo menos radical, así como más fácil de digerir para toda la familia. Por ello, este remake en acción real de ‘Pinocho’ es otro derroche de dinero innecesario que no aporta ni mejora nada. Gustará a cierto público porque cumple con su propósito de entretener, eso está claro y es perfectamente comprensible, pero la verdad es que no se me ocurre ninguna razón, ni cinematográfica, ni fanática ni filosófica, para preferirla antes que la animada.
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