Interesante versión de la leyenda artúrica con buenas dosis de epicidad y
fantasía, aunque llena de altibajos.
Tras la muerte de su madre, Nimue (Katherine Langford), una
joven con un misterioso don y
destinada a convertirse en la poderosa Dama del Lago, emprende
una expedición para encontrar a Merlín (Gustaf
Skarsgård) y entregarle una antigua espada. En el camino, halla
un compañero inesperado
en Arturo (Devon Terrell), un humilde mercenario. A lo largo de su
viaje, Nimue se convertirá en símbolo de coraje y rebeldía contra los
aterradores Paladines Rojos y su cómplice, el rey Uter (Sebastian Armesto).
La leyenda artúrica es una de las
historias medievales con más adaptaciones realizadas a lo largo de la
historia en teatro, cine y televisión. Ahora le toca el turno a
Netflix que, después del éxito de ‘The Witcher’, vuelve al género de fantasía épica con esta
adaptación de la novela homónima de Tom Wheeler y Frank Miller, que a su
vez hacen de creadores y productores ejecutivos. En esta ocasión,
la trama se centra en la figura de Nimue, la desdichada
Dama del Lago que en algunas revisiones del mito
entrega Excalibur al joven Arturo, sin rocas de por medio.
La ficción cuenta con
un tono que mezcla los estándares violentos de las series de fantasía
actuales, como la mencionada con anterioridad y ‘Juego de tronos’, con
producciones de aventuras más noventeras tipo ‘Hércules: Sus viajes legendarios’
o ‘Xena: La princesa guerrera’. Esto
puede apreciarse en el alto contraste de algunos elementos que, por su
alta calidad o mediocridad, lastran la producción a lo largo y ancho de
sus diez episodios. Atención a las transiciones entre escenas, un regalo
para los fans del estilo Miller.
En esta visión feminista de la Materia de Bretaña, Wheeler y Miller crean
un mundo de pura fantasía rico en mitología tanto artúrica, como de
creación propia. Entre aldeas, castillos y ruinas, todo un abanico de
criaturas sobrenaturales y distintas especies humanoides con habilidades
mágicas conocidas como los Fey, conviven de forma violenta con los dominadores humanos corrientes,
llenos de miedo y rechazo ante lo que consideran anormal.
Así, como una metáfora de las fobias sociales del mundo real,
surgen los Paladines Rojos de Dios comandados por el
hipócrita padre Carden, interpretado por Peter Mullan (Ozark,
Hostiles) y el obediente Monje Llorón de Daniel Sharman (Fear
The Walking Dead, Los Medici), con el objetivo de perseguir y aniquilar a todo aquel que ose ser diferente. Por supuesto, para llevar a cabo tal ‘divina’ tarea,
cuenta con el apoyo del pueblo representado por un patético e
histérico rey Uther Pendragon en la piel de
Sebastian Armesto (Harlots: Cortesanas, El cazafortunas).
Pero, de los escombros de la destrucción, surge la figura de Nimue,
que interpretada por Katherine Langford (Por 13 razones, Puñales por
la espalda), deberá superar la calamidad
con la ayuda de sus poderes, una enigmática espada y sus nuevos
compañeros, entre ellos el Arturo de Devon Terrell. Ambos no terminan de cuajar una buena interpretación
y sus personajes resultan insoportables en algunas ocasiones. Mención
especial a Gustaf Skarsgård (Vikingos, Westworld), que
da vida a un Merlin borracho y pícaro y es sin duda
de lo poco que se puede rescatar del reparto.
‘Maldita’ es una serie amena que realiza una interesante
revisión de la leyenda y está llena de epicidad, magia y fantasía, pero también de altibajos. Como ocurre con ‘The Witcher’, es
una auténtica montaña rusa de calidad que cuenta con
tantos momentos brillantes como fases que rozan lo cochambroso.
Aunque quizá aquí encontramos un poco más de lo segundo, y es una
lástima, porque
cuando sucede lo primero la ficción nos regala un gran espectáculo.
Especial hincapié en las interpretaciones y algunas situaciones,
realmente vergonzosas en varios casos.
Pese a esto, se podría decir que
en esta ocasión su conjunto de defectos y virtudes resulta aceptable. La serie cuenta con un nivel de producción sorprendente, que
plasma con detalle todos los elementos fantásticos de la leyenda y la
novela, tanto en efectos visuales como en vestuario y maquillaje. Tampoco puede
negarse que cumple con creces su propósito de entretener, sobre todo
tratándose de un género que se encuentra de capa caída en su forma más pura.
Suerte que
todavía está a tiempo de corregir sus fallos con una más que probable
segunda temporada.
Puntuación: 6,5/10
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