Sinopsis
‘Love & Death’ cuenta la verdadera historia de Candy, Pat Montgomery y Betty y Allan Gore. Estas dos parejas asisten a la iglesia y disfrutan de su vida en un pequeño pueblo de Texas… hasta que una aventura extramatrimonial lleva a alguien a coger un hacha.
Crítica de Love & Death
Si eres de los que saben todo acerca de Candy Montgomery y además has visto ‘Candy’, la ficción protagonizada por Jessica Biel, no encontrarás nada en la nueva miniserie de HBO Max que vaya a aportarte algo nuevo más allá de otro reparto. Y es que, al contrario que la de Disney+, este true-crime se encuentra diseñado para aquellos espectadores que desconocen el caso real en el que se basa. A no ser, claro, que te atraiga su enfoque de culebrón televisivo superficial sobre dos personas que deciden tener una aventura extramatrimonial la cual, por supuesto, sale muy mal.
Sí, ya sé que la historia es así, o al menos parece que el guionista David E. Kelley (The Undoing) está muy seguro de que el material original que está adaptando cuenta la verdad absoluta. Y así lo plasma en la pantalla, sin más. Es una diferencia fundamental con respecto a la de Biel, la cual sí aporta verdadera profundidad tanto a la trama como a los personajes y da la sensación de estar basada en documentación oficial. Y si quizá estoy comparando en demasía es porque, al fin y al cabo, estamos hablando de dos miniseries que hablan sobre el mismo caso y que, además, están producidas casi a la vez por dos gigantes del entretenimiento.

El primer episodio comienza con un par de planos que nos dicen que algo malo va a pasar. Es entonces cuando ‘Don’t Let Me Be Misunderstood’, la canción con la que la miniserie nos introduce en sus episodios, resuena en nuestros oídos como si fuese toda una declaración de intenciones. De esta forma, muy rápidamente Kelley y la directora Lesli Linka Glatter se lanzan de lleno a mostrarnos una Candy Montgomery perfecta en todos los sentidos. Hermosa, con una familia ideal, una reputación intachable y siendo una miembro activa y apreciada dentro de la comunidad.
Es cuanto menos una aspecto chocante, ya que en apenas unas cuantas escenas tiene que quedarnos claro que Candy en realidad es una señora triste e inconforme con la vida que le ha tocado como mujer. Es comprensible, porque al fin y al cabo nuestro conformismo es el alivio de gobiernos y religiones. Otra cosa son los límites morales que uno está dispuesto a traspasar para cambiar esto. Y ella fue demasiado lejos. Sin embargo, para el que no sepa nada de su caso, su decisión de comenzar una aventura extramatrimonial aquí se siente más un capricho morboso que una verdadera y desesperada vía de escape de su depresión.
Esto es culpa de un guion que no se preocupa a la hora de profundizar en sus personajes. Ni siquiera en el de Candy. Además, sin apenas sutilidad ni trasfondo, desde el principio la miniserie explora la infidelidad de Candy y Allan Gore. Todo bajo el mayoritario y unidireccional punto de vista de Candy. Para colmo, la ficción realiza un atroz y vomitivo retrato de Betty Gore, la verdadera víctima de esta historia, a la cual parece que Kelley ha querido retratar como si de una bruja delirante y odiosa se tratara, casi como si fuera merecedora de todo lo malo que le ocurrió. Vamos, lo contrario a la persona profundamente depresiva y real que era.
Es una Betty que se encuentra muy alejada de la versión modosa y realmente triste de Melanie Lynskey, y este puede que sea otro extremo igual de manipulador. Betty era una persona real, no lo olvidemos, y es una gran falta de respeto reducirla a un mero estereotipo secundario que se aleja del retrato algo más complejo y simpático que se hace de Candy. De todas formas, en general los personajes aquí son menos inocentes y mas avispados, directos y pasionales que en la protagonizada por Biel, como si de primeras no pensaran en las consecuencias de sus actos.

Elizabeth Olsen hipnotiza interpretando a Candy Montgomery, pero también es una interpretación engañosa. Más allá de que quizá exagera un poco de más en sus gestos faciales, su caracterización resulta en sí una trampa. A Olsen no la vemos con la permanente característica de Candy y solo lleva las gafas cuando lee o debe dar una imagen de «persona débil». No es auténtica y se aleja demasiado de la realidad. Y si unimos este «embellecimiento» del personaje a la «romantización» que se realiza del mismo es inevitable sentir las ganas que tiene la miniserie de manipular al espectador.
Y aunque la miniserie está bien dirigida e interpretada, con un Jesse Plemons que destaca por encima del resto incluso estando en piloto automático, tampoco es que los demás personajes importen demasiado. En este sentido, la mayoría de ellos aparecen para decir sus líneas y listo. De HBO uno espera mucho más. Se espera calidad no solo visual sino también narrativa. Se espera valentía sin perder de vista la objetividad. Se esperan personajes complejos y un libreto que aproveche todas sus capas. Uno que le saque el jugo a todos los matices psicológicos. Y este era el proyecto perfecto para ello.
Sin embargo, ‘Love & Death’ es una miniserie que no se molesta en plantear preguntas, ni otros posibles escenarios ni hipótesis. Ni siquiera es capaz de hablar de sus temas sociales con rotundidad ni de dar una explicación realmente razonable del crimen, solo lo retrata en la pantalla de forma unidireccional para que cada cual piense lo que le venga en gana. Es decepcionante, sobre todo sabiendo que, aunque lejos de ser perfecta, la ficción protagonizada por Biel hizo mucho más en dos horas menos de metraje -es inevitable encontrarse aquí con situaciones, escenas e incluso diálogos que parecen calcados-.
De hecho, al principio la miniserie no parece concebida bajo la perspectiva del true crime, sino como una historia oscura con cierto toque de romanticismo que escala de forma totalmente lineal y sin mucha intriga. Esto hasta que, en sus últimos episodios, naufraga por completo al convertirse en un drama legal predecible que se aprovecha del morbo del asesinato gráfico para intentar decir algo. Sin embargo, una vez vistos los documentales y las adaptaciones anteriores, nada de lo que hace resulta novedoso ni para el caso ni para el género. Y todo esto, tratándose de HBO y de la segunda adaptación que se realiza de la historia en un año, se siente como un fracaso abrumador.
‘Love & Death’ se estrena el 27 de abril en HBO Max.
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