Una fallida mezcla de géneros que ofrece todo lo contrario de lo que promete.
Después de mudarse a una antigua aldea ubicada en el valle del Hudson, una
pareja de Manhattan descubre que su matrimonio está impregnado de una oscuridad siniestra capaz de rivalizar
con la turbia historia de su nuevo hogar.
Basada en la novela de Elizabeth Brundage, hoy se estrena en
Netflix un nuevo thriller de casas encantadas escrito y dirigido
por Shari Springer Berman y Robert Pulcini (Diez mil santos). La cinta, anunciada como una película de terror, engaña en su comienzo utilizando sus elementos sobrenaturales y jugando constantemente con las expectativas de los aficionados al
género que esperan sufrir algún que otro ligero sobresalto. Sin embargo, pronto
nos damos cuenta de que
los terrores que el filme quiere explotar no son los intangibles, sino
los palpables y cotidianos. De esta forma, temas como la bulimia, la crisis
matrimonial, las infidelidades y la soledad
son los verdaderos horrores a los que se enfrentan nuestros protagonistas. Con estas cuestiones… ¿realmente era necesario el factor sobrenatural?
Amanda Seyfried (Mank) interpreta con brillantez a esa esposa solitaria y traumatizada que ha
renunciado a todo para satisfacer los deseos de su marido. Por su parte,
el británico James Norton (The Nevers), que es perfectamente consciente de su encanto, consigue que su personaje
oscile entre lo agradable y lo espantoso con bastante facilidad. También
tenemos a un entrañable F. Murray Abraham (La dama y el vagabundo) llenándonos la cabeza de conceptos sobre la muerte, lo sobrenatural y su
relación con ciertas obras de arte, pero
todos estos elementos se sienten innecesarios. Por último, encontramos a
la siempre bienvenida y tremendamente infravalorada en Hollywood Rhea Seehorn
(Better Call Saul), además de a Natalia Dyer (Velvet Buzzsaw), cuyo personaje
solo existe para hacer más evidente si cabe el desarrollo de cierto
individuo.
‘La apariencia de las cosas’ es una película que
ofrece todo lo contrario de lo que promete. Empieza siendo
una cinta de terror moderna al uso, para rápidamente convertirse en
un popular drama matrimonial que desemboca en
un flojo thriller psicológico de final ambiguo. Este amalgama de
géneros, de núcleo ordinario y desarrollo aún más previsible, intenta
esconderse detrás del buen hacer visual de la pareja de cineastas y un
tan desaprovechado como excelente reparto. No obstante, sus problemas
son demasiado evidentes como para lograr disimularlos. Además, utilizar el
terror sobrenatural como reclamo en este filme
es más bien una estrategia de marketing que un recurso de importancia.
Al final, casi nada en él resulta relevante, ni sorprendente ni interesante.
Puntuación: 5/10
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