Sinopsis
Finch (Tom Hanks) es un ingeniero de robótica y uno de los pocos supervivientes de un cataclismo solar que ha desolado el planeta. Pero Finch, que ha estado viviendo en un búnker subterráneo durante una década, se ha construido un mundo propio que comparte con su perro, Goodyear. Un día crea un robot para que se haga cargo de Goodyear cuando él ya no pueda. Cuando el trío se embarca en un peligroso viaje a través de un desolado oeste americano, Finch se esfuerza en enseñarle a su creación, que se bautiza a sí mismo como Jeff, la alegría y las maravillas de estar vivo.
Crítica de Finch
Otra propuesta más de ciencia ficción llega en apenas unos días a Apple TV+. La película está dirigida por Miguel Sapochnik (Juego de tronos), que se apoya en un guion escrito por el debutante Craig Luck junto al productor Ivor Powell. Sapochnik, director habitual de series de éxito, dirige así su primer filme de gran presupuesto, una de otras tantas producciones atrasadas por la pandemia y que ha quedado relegada a un estreno en televisión con cambio de título incluido.
La cinta se encuentra protagonizada por una peculiar familia formada por un hombre, su perro y dos robots que se rigen por las leyes de la robótica de Asimov, aunque con un cierto giro perruno en su cuarta norma. De esta forma, nuestros protagonistas se embarcan en una road movie postapocalíptica con un aroma relativamente distinto, pues está más centrada en la supervivencia y el aprendizaje de sus personajes que en explorar cualquier aspecto más allá de ellos.

Antes que acercarse a zonas pobladas para relacionarse con otros humanos, el enfermo y solitario Finch (Tom Hanks) es un genio que prefiere estar en compañía de su perro y sus robots. No es la primera vez que Hanks demuestra que no le cuesta nada ser la única cara humana durante la mayoría del metraje, algo que ya pudo verse en ‘Náufrago’. Pero también es cierto que este es un papel muy cercano a su zona de confort, en la que lleva sumido ya muchos años por muy bien que cumpla siempre.
A pesar de que su personaje ha volcado una gran cantidad de información en Jeff, este robot de aspecto simpático es como un niño pequeño que debe aprender las nociones más básicas del movimiento y del comportamiento humano. Esto además resulta inquietante en cierta manera, pues Jeff poco a poco comienza a actuar como una verdadera persona con inquietudes, realizando travesuras, teniendo sus pataletas y reaccionando de forma imprevisible, lo que da pie a mucho de los momentos de alivio cómico de la cinta, pero a su vez mete al grupo en graves problemas.
‘Finch’ es una película optimista, tierna y agradable que peca de ser demasiado inofensiva. A pesar de centrarse casi al completo en la entrañable dinámica entre sus personajes, el guion consigue informarnos sobre su universo con eficacia. Sin embargo, obviando su notable apartado técnico, Luck y Powell no plantean situaciones especialmente interesantes y el conjunto resulta muy previsible. Es más, es muy fácil saber lo que va a ocurrir a lo largo de la cinta una vez se comprende que la misma no ha sido creada para sorprender, sino para que nos regodeemos en su núcleo sentimental –algo así como una versión muy amable y llena de luz de ‘La carretera (The Road)’– y no en los posibles peligros de la aventura.
De hecho, los minutos finales son los más atrayentes, y quizá habría sido mejor plantear el filme a partir de este punto. Por lo tanto, la propuesta se siente como una oportunidad perdida en la que por lo menos Sapochnik demuestra tener un hueco más allá de la televisión. De todas maneras, lo peor de todo es que este viaje hacia la humanidad no pueda ser disfrutado en salas. Una pena.
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