Sinopsis
En ‘Fácil’, después de toda una vida viviendo en distintos centros, cuatro mujeres con diversidad funcional de Barcelona viven en un piso tutelado que tiene vistas a la Barceloneta. Marga, Nati, Patri y Àngels, son cuatro mujeres buscando lo que son en un mundo que ya ha decidido lo que son sin contar con ellas. Su forma de descubrir su independencia comienza a chocar con todas las normas establecidas para ellas, unas normas que tienen que cumplir para seguir viviendo juntas en el piso.
Crítica de Fácil
Este jueves llega a Movistar Plus+ su nueva serie original, una producción basada en la novela ‘Lectura fácil’ de Cristina Morales que ha estado rodeada de polémica por las recientes quejas de la autora. Creada por Anna R. Costa (Arde Madrid), la ficción es una adaptación libre y ligera de la rompedora obra de Morales, que en sus páginas nos desafía a reflexionar sin pelos en la lengua sobre temas como la hipocresía social, el capitalismo o la farsa de la normalidad a través de la mirada de cuatro mujeres con diversidad funcional.
Estas cuatro maravillosas mujeres cuentan con voces que retumban y dan un vuelco a nuestros cerebros, y no porque hablen alto o no se callen ni debajo del agua, sino porque el contenido de sus diálogos rompe estereotipos, moldes y códigos sociales en cada palabra. Y en la serie ocurre lo mismo, pero quizá Costa y su equipo han pecado un poco de embellecer y suavizar gran parte de todo lo que hace a la novela tan rabiosa y explosiva. A cambio nos ofrecen una ficción tan divertida como tierna, en la que toda su sustancia social y dramática se encuentra más masticada de lo necesario.

No es que este sea un aspecto realmente negativo a grandes rasgos, en especial para aquel que desconozca la novela ni tenga pensado leerla nunca. No obstante, cuando realizas una adaptación de un material tan sensible y relevante como este, lo mínimo sería mantener toda su esencia y no querer esconder tanto. Ahora, si nos centramos en lo que nos ofrece la serie y eres de esos espectadores que huyen del cine social más gráfico y exigente como la peste, aquí nos encontramos ante una propuesta llena de sentido del humor que no renuncia a ser cálida y necesaria, aunque muy lejos de la calidad reivindicativa de otras como ‘As We See It’.
Por supuesto, gran parte de la culpa de su lado más exitoso es de cuatro protagonistas que ya son icónicas. Y es que Marga, Nati, Patri y Àngels son un póker de mujeres que desafían constantemente nuestro concepto de normalidad. Juntas son absolutamente hilarantes y caóticas. Por separado, cada una lucha contra sus propios problemas. Marga tiene depresión y es sexualmente muy pero que muy activa; Nati ha perdido la memoria y odia todas las injusticias de forma radical; Patri es muy consumista y desea formar una familia con su novio rico; y Ángels es una tesorera adicta al juego que sueña con ser escritora.
Con esto la ficción intenta jugar con nuestra percepción, aunque quizá lo hace de una forma no intencionada. Lo digo porque, si analizamos la descripción que he escrito de los personajes, no me extrañaría que viendo la serie muchos pensaran que estamos ante cuatro auténticos desastres con patas. Sin embargo, no hacen nada que no hagamos o hayamos hecho todos en algún momento de nuestra vida. Lo que pasa es que a los demás no nos dicen lo que tenemos que hacer ni cómo debemos comportarnos solo por «no ser normales». Y mucho menos nos echan de casa por ello.
¿Quién no tiene a veces la casa patas arriba? ¿Quién no se ha comprado alguna vez más de lo que puede permitirse? ¿Quién no ha caído en las garras del juego aunque sea durante una tarde? ¿Quién no ha practicado sus necesidades sexuales en lugares dónde no debería? A ellas se les exige y se les persigue más por el hecho de estar marcadas por la expresión «diversidad funcional». Tanto es así que, pese al esfuerzo de algunos psicólogos y cuidadores -que aquí también tienen su protagonismo- por hacerlas sentir independientes, en realidad da la sensación de que son tratadas como una mera propiedad del sistema.

Tanto en perspectiva como en tono, todo esto es retratado en la serie de una forma más edulcorada de lo que debería ser. Es más, a veces sus denuncias resultan tan sutiles que hay que rebuscar mucho entre sus capas de azúcar para encontrar el más mínimo ápice de voz. Así, Costa y compañía han elegido el camino más convencional a la hora de construir el guion, llegando incluso a sustituir la mayoría de los matices políticos, sexuales y sociales de la novela para llegar a toda la audiencia posible. Se puede entender como una decisión algo cobarde, pero aunque sea frustrante es comprensible. Al fin y al cabo, esto es un negocio.
Pero explotar el lado más duro y polémico del asunto no parece que haya sido la intención del equipo. De hecho, Costa se apoya única y exclusivamente en un reparto protagonista que se encuentra a un nivel espectacular. En especial, lo que hace aquí Natalia de Molina no tiene nombre. La actriz andaluza se transforma por completo en ese ser maravilloso que es Marga y su interpretación, unida a una dirección que nos acerca a las protagonistas constantemente, consiguen que su personaje sea uno de los mejores que hayan podido verse este año en televisión.
A su lado nos encontramos con una sensacional Anna Castillo quien, con la mirada perdida, cada frase que suelta es oro y son lo único que consigue recordar a esa rabia característica de la novela. Por su parte, las debutantes Anna Marchessi y Coria Castillo dominan los tiempos de la comedia de una manera muy cálida, personal y tronchante. De esta forma, las cuatro forman un grupo de amigas que nada tienen que envidiar a los más famosos de la cultura popular, y esperemos que si hay una segunda temporada se explote mucho más su dinámica juntas.
Al final, aunque ‘Fácil’ cuenta con una narrativa «fácil», esta una ficción que entretiene, divierte y emociona si somos capaces de reír sin renunciar a comprender su lado más oscuro, por muy escondido que se encuentre. En mi caso, la verdad es que tengo experiencia en este tema y sé que debajo de toda la comedia hay mucho dolor, pero aquellas que no la tengan puede que no consigan discernir la denuncia bajo el chiste «fácil». Es culpa de la serie que no consigue transmitir lo que debería, ya que ni lo busca ni se atreve. No obstante, está lejos de ser un fracaso, sobre todo porque sus personajes valen mucho la pena.
‘Fácil’ se estrena el 1 de diciembre en Movistar Plus+.
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