Entretenida, simpática y con una Millie Bobby Brown pletórica. Puede ser el
inicio de una franquicia que lo tiene todo para triunfar.
Inglaterra, 1884. La mañana de su 16.º cumpleaños, Enola Holmes (Millie
Bobby Brown) se despierta y descubre que su madre (Helena Bonham Carter)
ha desaparecido. Después de una infancia en completa libertad, Enola queda de
pronto al cuidado de sus hermanos Sherlock (Henry Cavill) y
Mycroft (Sam Claflin), ambos decididos a mandarla a un internado para
‘señoritas’. Pero ella se niega a acatar sus deseos y huye a Londres en busca de
su madre, implicándose en un misterio en torno a un joven
noble fugitivo (Louis Partridge).
Después de la conocida popularidad que Sherlock Holmes adquirió en el
mundo audiovisual en las últimas décadas gracias a dos destacadas películas y
una excelente serie de la BBC, resultaba extraño que hasta ahora nadie
aprovechara el tirón para llevar a cabo una adaptación de la saga de novelas
publicada por Nancy Springer. Así, en este año tan atípico y triste que
estamos viviendo, Netflix estrena esta película basada en el primer
volumen de ‘Las aventuras de Enola Holmes’. La novela llegó en
2006 con el objetivo de darle una vuelta de tuerca al sobreexplotado universo
del mejor detective de la historia, enriqueciéndolo con la introducción de su
ingeniosa hermana pequeña como protagonista y la perspectiva femenina de un país
dominado por hombres durante el victorianismo tardío.
La encargada de dar vida a Enola Holmes es
Millie Bobby Brown (Godzilla: El rey de los monstruos), que por fin
parece haber encontrado un papel con el que alejarse del encasillamiento popular
que le supone su famosísima Once de ‘Stranger Things’. La actriz
nacida en España se encuentra muy cómoda rompiendo constantemente la cuarta
pared y logra hipnotizar con una interpretación llena de carisma y
simpatía. Además, se rodea de un Henry Cavill (Misión Imposible: Fallout,
El juego del asesino) que interpreta a un Sherlock encantador y de un
Sam Claflin (Los ángeles de Charlie,
Amor. Boda. Azar) que borda a ese Mycroft autoritario y agrio que todos odiamos -y
amamos-. También hace acto de presencia Helena Bonham Carter (55 pasos,
Ocean’s 8), aunque su personaje funciona más como un recurso para el arranque de
la historia.
El problema de ‘Enola Holmes’ llega cuando el personaje de
Louis Partridge entra en escena y es que, como no podía ser de otra
manera, en este tipo de historias adolescentes siempre tiene que aparecer un
interés amoroso que aporte un tono romanticón y cursi que opaca de cierta forma
parte del conjunto. Pese a esto, y si le perdonamos un guion algo previsible que
nos plantea un misterio un tanto simple, la película resulta entretenida,
simpática y capta toda la esencia de las novelas. Además, cuenta con una
producción muy cuidada y una excelente banda sonora que acompaña a la aventura
con gran acierto. Desde luego que no va a revolucionar el cine ni mucho menos,
pero sí puede ser el inicio de una franquicia que lo tiene todo para triunfar. Y
a mí, me encantaría verlo.
Puntuación: 7/10
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