Sinopsis
En ‘El retorno de las brujas 2’ han pasado 29 años desde que alguien encendió la Vela de la llama negra y resucitó a las hermanas del siglo XVII, y buscan venganza. Ahora depende de tres estudiantes de instituto de impedir que las voraces brujas causen un nuevo tipo de estragos en Salem antes del amanecer de la víspera de Todos los Santos.
Crítica de El retorno de las brujas 2
Disney+ sigue hurgando en la nostalgia de varias generaciones y, esta vez, antes de estrenar series como ‘¡Vaya Santas Claus!’ o ‘La búsqueda’, nos trae la secuela de una de las películas de Disney más míticas de los 90. La primera parte es una película infantil muy divertida que no contaba demasiado realmente, pero cuyo trío de villanas protagonistas elevaba la cinta hasta convertirla en un imprescindible de la noche de Halloween en millones de hogares alrededor del planeta. Por supuesto, en esta moda de recuperar viejas glorias, la idea de continuar la historia y actualizarla a una época en la que el mundo ha cambiado una barbaridad se antojaba curioso, como poco.
Digo esto porque, la casa del ratón, se ha aferrado a un patrón muy claro durante sus últimas producciones. Para bien y para mal, este es un aspecto que en este filme también se ve reflejado. Y no me refiero a que esta secuela se haya convertido en una fábula cuyo mensaje feminista beneficia a ambos bandos -el bien y el mal-. El problema es que vuelve a caer en ciertos errores de unidireccionalidad y redención que no tienen demasiado sentido en una película donde las villanas ‘comen’ niños. Mira que ya eran terribles pécoras de por sí, pero aquí se intenta excusar su peor comportamiento y hacernos empatizar con ellas al más puro estilo ‘Cruella’ o ‘Maléfica’.
A ver, a todos los que hemos crecido con la película nos encantan las hermanas Sanderson aunque sean más desagradables que el Marmite, así que no era necesario. Queda oportunista y demasiado evidente. Al menos, en esta secuela su química y carisma se encuentran intactas, pero es cierto que las interpretaciones no resultan tan enérgicas y creíbles -en especial la de Sarah Jessica Parker-. De hecho, al igual que la original, lo mejor de la cinta ocurre cuando ellas copan la pantalla siendo villanas y se enfrentan a las modernidades de hoy en día. Sí, con sus frases y momentos totalmente anacrónicos incluidos. La verdad es que juntas son del todo hilarantes. No se puede decir lo mismo de un trío femenino protagonista que evoluciona un poco porque sí.
Es tan valiente como soso, carente de conflictos interesantes y muy lejos de la gran Allison -la verdadera heroína de la original, todos lo sabemos- y la maravillosa Dani. Por no hablar de que aquí los hombres son absolutamente idiotas: un novio inútil, un alcalde que solo piensa en comerse una manzana caramelizada, un intento de ocultista bobalicón y un Billy Butcherson que… bueno, existe. No es que en la primera los personajes masculinos fueran la panacea, pero en la película se ve muy clara la intención de minimizarlos todo lo posible para que su mensaje de sororidad tenga más impacto. Por ello, resulta curioso como ‘El retorno de las brujas 2’ se siente tan parecida y a la vez completamente desconectada de su predecesora.
Algunas situaciones parecen ser sucesoras espirituales de escenas icónicas de la primera parte, por no decir calcadas con la intención de intentar elevar el sentimiento de nostalgia. Esto es algo que Disney suele hacer mucho en sus secuelas. Incluso los efectos especiales, o eso quiero pensar, son un homenaje a los que vimos en su día. El problema es que nada en ella hace que se acerque siquiera a la original. Sí, consigue entretener pese a un guion en ocasiones más ensimismado en su mensaje que en ser divertida. Además, esta es una excusa perfecta para ver más de la maravillosa Bette Midler como Winifred, que es a lo que realmente hemos venido. No obstante, unos personajes como las hermanas Sanderson se merecen -y nos merecemos- algo mejor.
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