Sinopsis
Cada Nochebuena, el Fantasma de las Navidades Presentes elige un alma oscura para ser transformada para siempre mediante la visita de tres espíritus. Pero este año ha elegido al Scrooge equivocado. Clint Briggs le da la vuelta a la tortilla y su fantasmal visitante acaba examinando su propio pasado, presente y futuro. En ‘El Espíritu de la Navidad’, por primera vez, ‘Cuento de Navidad’ de Charles Dickens está contada desde la perspectiva de los fantasmas en esta versión musical descrita como hilarante.
Crítica de El Espíritu de la Navidad
La Navidad está a la vuelta de la esquina, lo que significa que las tan amadas como temidas películas navideñas empezarán a invadir nuestras pantallas sin piedad. Por ello, Apple TV+ no ha querido faltar a la cita y sustituye a Mariah Carey por los buenos de Ryan Reynolds y Will Ferrell, quienes se unen en este musical basado en la archiconocida y sobreexplotada obra de Dickens. Dirigida y escrita por Sean Anders, la película traslada la novela del escritor inglés a la sociedad moderna -por decirlo de alguna manera-, pero a su vez la invierte y le agrega un giro meta inesperado que consigue justificar un poco su existencia.
Por supuesto, esta no sería una película protagonizada por Reynolds y Ferrell si la comedia no copara prácticamente cada escena. Ambos se encuentran en su zona de confort pese a cantar y bailar hasta la extenuación, basan su irregular química en el intercambio de chascarrillos y se rodean de unos Fantasmas de las Navidades algo inútiles que les sirven de alivio cómico en sus momentos más emotivos -hoy en día está de moda ridiculizar a entidades poderosas-. Es por eso que Anders parece más bien una herramienta al servicio de los dos actores que un director con visión propia. Y se nota.

Aunque se encuentra plagada de referencias a todas las modernidades posibles, incluyendo comentarios sobre el funcionamiento de la sociedad actual a todos los niveles, su estilo visual, su humor de adulto que no ha perdido a su niño interior y su pareja protagonista resultan en sí un poco de otra época. De hecho, es extraño ver hoy en día una película que tan solo celebre la amistad entre dos hombres, sin otros adornamientos ni subtramas, y quizá para las generaciones jóvenes este aspecto pueda resultarles algo anticuado. No obstante, la cinta tiene un poco para todos.
La película no cuenta con canciones especialmente memorables, pero están bien estructuradas y son lo suficientemente pegadizas para la ocasión. También hay que admitir que sonarían mucho mejor si estuvieran cantadas por otras voces. Es lo que toca. Tampoco vamos a quejarnos por tener la oportunidad de ver cantar a Octavia Spencer. Eso sí, las hay en abundancia, y quizá por ello a la cinta le sobran algunos minutos -que sea un musical no es excusa-, sobre todo porque en el tercer acto baja bastante el ritmo y su desenlace se siente demasiado alargado.
Pero lo que más llama la atención es que a veces se siente como una parodia de las propias películas musicales, insertando bombásticos y espectaculares números casi en cualquier ocasión, aunque no tenga sentido. Incluso se ríe de su propia existencia como milésima adaptación de la obra de Dickens -y también como musical, no vamos a negarlo-. Todo esto, unido a su aspecto emocional, la convierte una montaña rusa tonal en la que es difícil identificar qué ha sido hecho adrede y qué es producto de la confusión del propio director.
Pese a todo, ‘El Espíritu de la Navidad’ es otra de esas películas navideñas muy entretenidas, divertidas e inofensivas que hará las delicias de los amantes de estas fiestas. Al fin y al cabo, Reynolds y Ferrell se han encargado a conciencia de que la cinta cuente con todos los ingredientes para ello. Y aunque es probable que no se convierta en un clásico instantáneo ni logre escalar puestos en las listas de las mejores, la verdad es que rezuma una magia propia de la que pocas propuestas festivas pueden presumir hoy en día. Eso ya es decir mucho.
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