Sinopsis
‘Después del huracán’ narra el impacto del huracán Katrina y sus secuelas en un hospital de la zona. Cuando subieron las aguas, se cortó la electricidad y el calor se disparó, los exhaustos trabajadores de un hospital de Nueva Orleans se vieron obligados a tomar decisiones que después los perseguirían durante muchos años.
Crítica de Después del huracán
Si ‘Por mandato del cielo’ es una de las miniseries que más nos removerán por dentro este año, la que estrena Apple TV+ este viernes solo podría definirse como una realista y agotadora pesadilla difícil de olvidar. Basada en hechos reales y en el libro ‘Five Days at Memorial’ de Sheri Fink, esta ficción creada por los gigantes de la televisión John Ridley (American Crime) y Carlton Cuse (Jack Ryan) es, por fortuna y desgracia, una sensacional vorágine de terror y dolor que se difumina sin remedio en sus últimos episodios.

Con el sonido del huracán Katrina de fondo, un primer episodio marcado por una ambientación espectacular sirve como introducción a las posteriores consecuencias del desastre. Un grupo de médicos y pacientes sumidos en el miedo, la confusión y las decisiones difíciles; sin un plan de evacuación oficial y sufriendo la incompetencia a la hora de ofrecer ayuda desde el exterior… Y es que este fenómeno meteorológico no solo resultó en una combinación letal de viento, agua, truenos y calor, sino también en una serie de injusticias que la ficción retrata sin piedad. Al final, todo esto nos lleva a preguntarnos qué fue realmente lo peor del mismo.
No duele tanto como la muerte de un ser querido, por supuesto, pero ver cómo el sistema en el que has creído toda tu vida te falla en el peor momento es una de las peores sensaciones de nuestra forma de existencia. No solo eso, sino que además se priorizó la búsqueda de responsables civiles por encima del cumplimiento de las promesas. Una agresividad y eficiencia a la hora de acusar a unos trabajadores que se enfrentaron a lo imposible y que, muy dolorosamente, contrasta con la inutilidad y la lentitud en el momento de ofrecer soluciones a los que tanto estaban sufriendo.
Es otra demostración de un triste pero irrefutable hecho: a la hora de la verdad todas las vidas no importan de la misma manera. Teniendo esto en cuenta, la serie también nos narra la polémica en torno a lo sucedido en el hospital -dos hospitales, de hecho-, en el que 45 personas perdieron la vida durante los cinco días posteriores al huracán. ¿Por qué? ¿Fue por muerte natural? ¿Negligencia médica? ¿Asesinato? ¿Eutanasia por piedad? Preguntas difíciles que no conforman un misterio apasionante, sino un complejo duelo de moralidad que acaba simplificándose demasiado a medida que nos acercamos al desenlace.

De hecho, tras unos primeros cinco episodios realmente potentes, la miniserie agoniza sin remedio y pierde identidad en su recta final. Tres horas que se encuentran más enfocadas en el true crime y la parte legal del caso de Anna Pou -magnífica Vera Farmiga-, un proceso que bien podría haber dado forma a una propuesta totalmente aparte. Al menos es un inteligente ejercicio de objetividad y puntos de vista, pero también es un pausado y temeroso recorrido en el que Ridley y Cuse no terminan de mojarse. Que cada uno se conforme con su propia opinión.
No obstante, son los primeros cinco episodios los que convierten a ‘Después del huracán’ en una de las propuestas más humanas y dolorosas del momento. Y aunque se encuentra plagada de drama, esta es en realidad una historia de terror con todas las letras, de esas en las que la esperanza sube y baja constantemente y de la manera más cruel. Que te golpean en el estómago y no tienen reparo a la hora de mostrar sus peores imágenes. Es más, la miniserie cuenta con algunas de las secuencias más impactantes y varios de los planos más desgarradores que recuerdo en televisión.
Y yo me pregunto, ¿por qué alguien querría ver una propuesta así durante las plácidas vacaciones de verano? Hablamos de sufrir, de indignarse y de apartar la mirada una y otra vez. Sin embargo, esta es una experiencia que vale la pena pese a que la dirección no siempre resulta convincente. Con un reparto excelente, la miniserie es una lección de vida inolvidable para -y por- lo bueno y lo malo, pero sobre todo es una sonora llamada de atención al sistema, la cual resuena en la actualidad tras las discutibles decisiones con respecto a la pandemia. 17 años después todavía seguimos cometiendo los mismos errores. Desde abajo hasta arriba. Ojalá aprendamos a aprender de una vez.
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