Sinopsis
En la cuarta temporada, los dojos Miyagi-Do y Colmillo de Águila se alían para derrotar al Cobra Kai en el Campeonato de Kárate de All Valley para menores de 18 años. El que pierda tendrá que colgar sus gi. Mientras Samantha y Miguel intentan mantener la alianza del dojo y Robby echa el resto en Cobra Kai, el destino de All Valley pende de un hilo como nunca. ¿Qué triquiñuelas se guarda Kreese bajo la manga? ¿Podrán Daniel y Johnny enterrar el hacha de guerra después de décadas para derrotar a Kreese? ¿O se convertirá el Cobra Kai en el referente del kárate en All Valley?
Crítica de la cuarta temporada de Cobra Kai
Netflix despide el año con la cuarta temporada del que ya es uno de sus indiscutibles buques insignia. Podrá gustar más o menos, pero esta serie que se cimenta sobre la nostalgia pura sin renunciar a explorar el presente es una de las mejores y más esperadas de la actualidad.
Así, esta nueva entrega de la secuela de ‘Karate Kid’ nos vuelve a introducir en esa apasionante burbuja del karate como forma de vida que la película generó en su momento, una pompa a punto de explotar que también parece una simple excusa para desatar la violencia a gusto personal de cada personaje. Y es que, a estas alturas de la ficción, existe un aspecto que después de tantos enfados, reconciliaciones y cambios de bando ahora tiene todavía más presencia: la perspectiva.

Recordemos que, al fin y al cabo, las rencillas del pasado han salpicado a unos adolescentes protagonistas que todavía se encuentran en proceso de conocerse a sí mismos. De esta forma, los integrantes de los tres dojos miran a su propio ombligo mientras el espectador debe decidir quien tiene la razón. No obstante, si en la anterior temporada eran los más jóvenes quienes estaban completamente desatados, en esta los adultos cargan con casi todo el peso de la responsabilidad por los eventos que ocurren.
Sí, vale, en realidad siempre lo han hecho de una manera u otra, pero aquí además ganan mucho más protagonismo de lo que hasta ahora nos había acostumbrado la serie. Así que preparaos para ver a cuatro señores poner All Valley patas arriba en su hilarante empeño por revivir unos días de gloria que solo le interesan a ellos mismos.
Por ello, condenados a entenderse -o quizá a nunca hacerlo- para así olvidar sus diferencias con el objetivo de vencer a Cobra Kai, Daniel (Ralph Macchio) y Johnny (William Zabka) se las verán y desearán para llegar a un acuerdo mientras sus alumnos se ven de nuevo en medio de sus caprichos. Por supuesto, su dinámica continúa siendo uno de los aspectos más sólidos de la serie, y ver cómo aquí incluso llegan a ‘traicionar’ los ideales de sus propios personajes resulta una delicia para el más aficionado.
Pero, lejos de anclarse en el mero hecho de agradar a los fans, todo esto también facilita una evolución del dúo que en realidad sirve para acrecentar la empatía entre ambos, aunque desde luego será a través de altibajos, muchos altibajos. Además, por el camino deben enfrentarse a algunos de sus momentos más duros como padres y mentores.

Por ejemplo, Samantha (Mary Mouser) empieza a comportarse de forma rebelde con su padre porque se siente asfixiada por la presión; y Robby (Tanner Buchanan), a quien le encanta enseñar sus mejorados musculitos, se encuentra desquiciado y perdido en su odio a las órdenes de su nuevo sensei, lo que lo convierte en uno de los ‘villanos’ de la temporada.
Por su parte, Tory (Peyton List) vaga a través de una tremenda inseguridad por su estatus y su conflicto interno entre el bien y el mal. En cambio, el peso protagónico de Miguel (Xolo Maridueña) se ha desvanecido y prácticamente su único papel aquí es el de traer de cabeza a Johnny de manera indirecta. Por otro lado, la dinámica entre John Kreese (Martin Kove) y el retornado Terry Silver (Thomas Ian Griffith) tampoco se queda atrás y ambos nos regalan una apasionante demostración de su enfermiza relación.
También se ha introducido una nueva subtrama protagonizada por Kenny (Dallas Young), un inocente y tímido recién llegado, y Anthony (Griffin Santopietro), el hijo de Daniel que ahora parece haber levantado la cabeza de las pantallas para convertirse en un proyecto de abusón. Esta no es una decisión que aporte algo a la historia y se siente como un conflicto innecesario, oportunista y forzado.
Demasiado relleno marca Netflix para esta serie. Eso sí, las mujeres dan un ya muy necesario paso adelante en la ficción, pues a la sensación de levantamiento entre los personajes femeninos principales hay que sumarle un mayor protagonismo para Amanda (Courtney Henggeler), además de unos cuantos otros aspectos relacionados que no se pueden mencionar, pero que sin duda aportan aire fresco a tanto derroche de testosterona perpetrado desde el 84.

Esta cuarta temporada de ‘Cobra Kai’ llega con más flashbacks, más desarrollo, más regresos, mejores interpretaciones y una cantidad de fanservice que se sale de los parámetros, pero en el buen sentido. De hecho, quizá sea la entrega más completa y compleja hasta ahora. Quitando algún que otro cliché adolescente sonrojante, la verdad es que a estas alturas todavía continúa resultando increíble cómo se ha conseguido ampliar el universo de Karate Kid de esta manera.
En este caso, los guionistas profundizan en unos personajes de los que parecía estar todo contado hasta el punto de opacar por completo a los que a priori eran los nuevos protagonistas de la historia. Esto puede gustar más o menos, pero al final es una decisión acertada que remueve aún más la nostalgia sin llegar a romper el equilibrio.
Claro, se le puede achacar que parece estar atrapada en un bucle infinito del que no sabe -o no quiere- salir, pero los guionistas han conseguido aprovechar el regreso de un enrevesadísimo Terry Silver para introducir una serie de conflictos y giros interesantes que rejuvenecen y oscurecen la propuesta. Además, aunque en esta ocasión el grueso de la acción ocurre en el torneo final, la espera vale la pena por lo satisfactorio y espectacular que resulta el mismo.
Sin duda todo esto, unido a un gran cliffhanger, hacen que la ficción encare su futuro como si de un nuevo despertar se tratase, algo que con el paso de los episodios no parecía muy posible. Eso sí, todo el mundo tranquilo, porque la quinta temporada está confirmada y ya ha terminado su rodaje, así que tenemos karate para rato. Más, por favor.
Ver ahora
Recuerda que puedes seguirnos en Facebook, Twitter o Instagram.