Sinopsis
En esta última entrega, Cousineau (Henry Winkler) es aclamado como un héroe ya que el arresto de Barry (Bill Hader) tiene consecuencias impactantes. Y todo ha llevado a esto: el explosivo e hilarante capítulo final.
Crítica de la cuarta temporada de Barry
Faltan pocos días para que HBO Max estrene la última entrega de una de las mejores series de los últimos años. Deliciosamente oscura y cómica, la ficción creada por Alec Berg y Bill Hader fue recibida con algo de frialdad en su primera temporada. Sin embargo, Berg y Hader han podido contar la historia tal y cómo han querido, lo que le da una consistencia al proyecto que se ha traducido en una espectacular remontada pese a todas las dificultades. Toda serie tiene un final, pero solo las buenas son capaces de cerrar el círculo en el momento ideal. Y para sumar una más a la enorme lista de decisiones correctas, ‘Barry’ lo hace con todos los episodios siendo dirigidos por Hader.
Como ya nos imaginábamos tras el final de la anterior entrega, en esta temporada nos encontramos a Barry en prisión junto a Fuches. Barry está tan triste que ni siquiera piensa en la venganza, mientras que Fuches busca por cualquier medio recuperar su posición y su dignidad como El Cuervo. Por otra parte, Cousineau se ha convertido en la estrella que siempre quiso ser gracias sus miserias y las de otros, Hank tiene la vida tranquila que soñaba con Cristóbal, y Sally intenta relanzar su carrera en un mundo donde te lapidan con suma facilidad.

Pero aunque Barry y Fuches sí que están entre rejas de las de verdad, el resto de personajes también vive en su propia prisión durante esta temporada. Cousineau está atrapado en su enorme ego, Hank no puede escapar de su pasado y Sally pues… ahora es presa del sistema en general. Incluso se podría decir que los mayores villanos de esta entrega son sus defectos. En concreto, sus obcecadas obsesiones. Esto hace que sus conflictos personales e interpersonales sean prácticamente los mismos entre ellos, lo que los lleva a una serie de choques que pese a todo no se desarrollan como uno cabía esperar.
Lo digo porque, en lo narrativo, esta es una temporada realmente impredecible y sorprendente, ya que de forma repentina la trama se desvía por un camino realmente inesperado. Es de esos momentos confusos, diría que incluso gratuito aunque realmente brillante, que aporta un cambio radical al tono de la serie y cambia la percepción de lo que hemos visto hasta ahora. Aquí, intentando destripar lo menos posible, nuestros personajes intentan rehacer sus vidas, pero es muy complicado alejarse del pasado cuando todavía quedan cabos sueltos. Siempre acaban volviendo a por ti o tú a por ellos. Es la naturaleza humana.
De ello se beneficia especialmente Sarah Goldberg, quien nos ofrece durante estos episodios su mejor interpretación hasta el momento -y eso ya es mucho decir-. Es más, todo el reparto se encuentra a un nivel superior a lo largo de la segunda mitad. Puede que sea porque, la primera parte de la temporada, aunque algo más serena que de costumbre, resulta un terreno bastante más conocido para todos -en este caso es Hader quién brilla sobremanera-. Sin embargo, por algunas circunstancias, ese nuevo escenario del que está prohibido hablar propone más espacio para experimentar en el apartado interpretativo.

En su última entrega, ‘Barry’ nos regala la temporada más oscura, tensa y dramática hasta la fecha. Una donde definitivamente asistimos a un divertidísimo alarde de drama con ciertos toques cómicos. Es esa comedia negra que, como de costumbre, solo aparece cuando la tensión es insoportable o mediante ácidas críticas a Estados Unidos escondidas a simple vista. Siempre ha sido así, lo que pasa es que los nuevos episodios llegan a alcanzar tales cotas dramáticas que, en ocasiones, este recurso puede llegar a frustrar. Pero no a un nivel Marvel, claro. Al fin y al cabo, la serie de Berg y Hader juega en otra liga en todos los sentidos.
Es otra entrega brillante tanto en lo cinematográfico como en su guion. Con imágenes estudiadas al milímetro que fluctúan entre momentos terrenales y oníricos, y las cuales se fusionan con escenas de gran carga dramática e hilarantes diálogos marca de la casa, como si esto de mezclar géneros fuese un juego de niños. Además, cuenta con algunos cameos curiosos y sus personajes son más grises que nunca. Tanto que en estos últimos episodios la serie se vuelve hilarantemente realista en su propuesta. O más que eso, la palabra correcta sería honesta. A fin de cuentas, esta temporada es un apasionante viaje por la naturaleza humana.
Solo hemos podido ver siete de los ocho episodios por lo que, a día de hoy, el desenlace de la serie resulta un completo misterio para todos los que no han estado implicados en su producción. Sea lo que sea, Berg y Hader han logrado que su querido proyecto se coloque bien alto en el panteón de las mejores series de los últimos años. Teniendo en cuenta la enorme cantidad de oferta que existe es un logro al alcance de muy pocos. Y ya, para agrandar todavía más su leyenda, la ficción se despide casi al mismo tiempo que otras como ‘Succession’ o ‘Ted Lasso’. Una época de luto televisivo sin duda, ¡pero qué buenos ratos hemos pasado!
La cuarta y última temporada de ‘Barry’ se estrena el 17 de abril en HBO Max.
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