Sinopsis
En ‘Causeway’, Lynsey es una ingeniera militar que ha regresado a los Estados Unidos desde Afganistán con una lesión cerebral causada por una explosión. La recuperación es dolorosa y lenta, y ella tiene que aprender a caminar de nuevo y entrenar su memoria, ayudada por una cuidadora tierna y muy habladora. Y cuando vuelve a casa en Nueva Orleans tiene que enfrentarse a recuerdos aún más dolorosos que los que guarda del servicio militar: un verdadero ajuste de cuentas con su infancia.
En casa de su madre, con quien tiene una relación tensa, lo único que Lynsey quiere hacer es regresar a su trabajo como ingeniera. Su médico prefiere ser cauteloso por lo que, mientras tanto, consigue un trabajo limpiando piscinas. Cuando su coche se estropea, conoce a James Aucoin, que trabaja en el taller de reparación y le ofrece llevarla a casa. Poco a poco comienzan a contar el uno con el otro para darse compañía y consuelo. James también está reprimiendo su propio trauma del pasado.

Crítica de Causeway
Aunque con una mayor inversión en marketing y distribución de la normal, Jennifer Lawrence vuelve al cine independiente que la vio nacer con la película que estrena Apple TV+ este viernes. Dirigida por la debutante Lila Neugebauer, la cinta ofrece una visión distinta de un tema realmente manido en el audiovisual estadounidense, así como un argumento extraño para situarse en una ciudad como Nueva Orleans. Aquí no hay Katrinas, ni terapias en grupo ni nuestra protagonista es una de esos personajes veteranos de guerra que se ahogan sin remedio en la locura o en la culpa del superviviente.
Todos nos hemos tenido que enfrentar a un trauma en nuestra vida. Es así. Y lo peor es que muchas veces te encuentras completamente solo para afrontarlos, sobre todo cuando los que te rodean no son capaces de ponerse en tu situación. De algo tan complejo como esto nace una película sencilla sobre enfrentarse al dolor, resurgir y empezar de nuevo. Un filme en el cual, dos personas que no se conocen de absolutamente nada, son capaces de encontrar una entrañable conexión que surge «gracias» al sufrimiento que ambos comparten.
En parte debido a su clara influencia teatral, Neugebauer parece que deriva todo el peso del filme en su pareja protagonista, como si sus interpretaciones ejercieran a la vez de directores y guionistas. Es lo que algunos llaman una «película de actores», un tipo de propuesta que escasea cada vez más en el Hollywood de los remakes, los reboots y los superhéroes. Y no me refiero a películas donde el reparto esté repleto de grandes nombres -de esas sí que abundan-, sino porque el mismo logra captar nuestra atención mucho más que cualquier otro aspecto del filme. Esta cinta, para bien y para mal, es un caso flagrante de esto.

Al contrario de lo que parecen hacer otras producciones sobre veteranos, la película iguala la gravedad y la importancia de los traumas de nuestros protagonistas, ambos parecidos en consecuencias mortales pero diferentes en circunstancias y resultados físicos. De esta forma, vemos a Lynnsey y James compartir su trauma sin ningún tipo de elitismo de por medio. El problema es que el guion los coloca en situaciones cliché que, según los guionistas, normalmente entenderíamos como románticas si no supiéramos de antemano la orientación sexual de uno de ellos. Las grandes relaciones de amistad entre hombres y mujeres existen y no son ninguna rareza, a ver si cambiamos el chip de una vez.
Por otro lado, de lo mejor que le ha pasado al cine este año es ver el regreso de Lawrence en un proyecto realmente íntimo y serio como este. La actriz kentuckiana brilla en especial cuando se enfrenta a su proceso de recuperación, pero mantiene siempre un gran nivel pese a que la cinta se desinfle en su segunda mitad. La acompaña un Brian Tyree Henry del todo inspirado que llena de sensibilidad a un personaje que exterioriza su trauma a través de sus malos hábitos. Ambos consiguen mantener a flote a la película, incluso en esos momentos en los que se ven arrastrados por un guion que juega demasiado a lo seguro.
Al igual que el proceso de curación de sus personajes, ‘Causeway’ no es una cinta que quiera resultar violenta, explosiva o excesivamente melodramática -ni de ritmo ligero-. Además, el guion no termina de profundizar en sus temas y siempre hace que sus protagonistas se desvíen por los caminos más fáciles incluso a la hora de generar su mayor conflicto. Y más allá de su pareja protagonista, en realidad la cinta de Neugebauer no consigue destacar en ningún otro apartado. No obstante, esta no es una mala película ni mucho menos, pero tampoco es para todo el mundo. Eso sí, la mejor y puede que única razón para verla sea el poder disfrutar del trabajo de Lawrence y Henry.
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