Una ópera prima correcta pero muy lejos de otras aclamadas propuestas que
exploran la misma cuestión.
Mike Burden (Garret Hedlun), es un joven miembro del Ku Klux Klan que en los años 90 abre una tienda museo de la organización racista en un pueblo de Carolina del
Sur. Influenciado por Judy (Andrea Riseborough), su nueva novia y
madre soltera, decidirá abandonar su violento pasado con la ayuda de un reverendo afroamericano (Forest Whitaker), mientras se enfrenta al manipulador líder del KKK (Tom Wilkinson).
En su modalidad de Estreno Directo, Movistar+ estrena este drama
basado en la historia real de Mike Burden, ahora ex miembro del Ku Klux
Klan, y la lucha del reverendo David Kennedy por acabar con el odio
local. Escrita y dirigida por Andrew Heckler, la cinta es una historia de
redención que está acaballo entre ‘American History X’ (Tony Kaye, 1998)
y la más reciente ‘Skin’ (Guy Nattiv, 2018), aunque la que nos atañe es
mucho menos violenta, más inocente y por lo tanto algo más remilgada.
Desde el principio, Heckler muestra el racismo como
una epidemia que infecta a la sociedad desde los civiles hasta las fuerzas
del orden. ¿Cuál es la mejor forma de combatirlo? Pues…
con el poder del amor, por supuesto. Da igual que esto parezca no ser
suficiente para muchos, pero por muy asombroso que parezca,
recordemos que ocurrió de verdad.
Lo único que ha conocido Mike Burden (Garrett Hedlund) en su vida
es el odio. Como si fuera un hermano, Burden ha crecido con él, ha
actuado con él y se siente orgulloso de él. No obstante, cuando el amor se le
manifiesta por primera vez en la figura de Judy -interpretada por la
siempre destacable Andrea Riseborough (Possessor Uncut)-, el ‘klansman’
empieza a replantearse sus ideales. La interpretación de Hedlund
se basa en balancearse de un lado a otro todo el rato y tampoco puede evitar
sobreactuar en ciertos momentos, lo que lo hace un personaje más frustrante que creíble. Por otro lado, a
Forest Whitaker (El padrino de Harlem)
se le nota muy cómodo interpretando a un
reverendo Kennedy lleno de optimismo y compasión. También encontramos a
un tan sosegado como terrorífico Tom Wilkinson (Belgravia), además de a
un Usher que sigue intentando actuar.
Aunque relevantes y de furiosa actualidad, ‘Burden’ realmente
no nos cuenta nada que no sepamos ya sobre los temas que trata. En dos
horas, Heckler parece
no tener el tiempo necesario para desarrollarlos todos y tampoco consigue
profundizar lo suficiente en la vida de los protagonistas. Una pena, porque hay
material más que de sobra para al menos desarrollar una miniserie en la cual, la
historia pueda permitirse poner más el foco en la comunidad negra y su lucha, y así vanagloriarse menos de narrar otra ‘heroica’ redención blanca con un desenlace más cursi de lo normal. Sin embargo, el cineasta
logra explotar las otras virtudes del filme y sabe sacar partido de su
reparto, ofreciéndonos así una ópera prima correcta pero muy lejos de otras aclamadas
propuestas que exploran la misma cuestión.
Puntuación: 6/10
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