Más allá de su reparto y su apartado visual, la miniserie no ofrece demasiadas
razones para su visionado.
Mopu, Himalaya, 1934. El remoto palacio en lo alto de un acantilado
antiguamente conocido como la ‘Casa de las Mujeres’
guarda oscuros e inquietantes secretos. Cuando las jóvenes monjas de
Santa Fe emprenden una misión allí, sus misterios despiertan deseos prohibidos que parecen destinados a repetir una tragedia.
Disney+ continúa ampliando el catálogo de su nueva marca
Star con más estrenos inéditos en nuestro país. En esta ocasión, la
plataforma nos trae esta miniserie de tres episodios basada en la novela
homónima de Rumer Godden. La historia habla sobre las consecuencias psicológicas del aislamiento y la represión sexual
de un grupo de monjas británicas en un escenario exótico y vertiginoso, con
sus desperdiciados elementos sobrenaturales incluidos. Como dato esencial, ya existe una adaptación de 1947 dirigida
por Michael Powell y Emeric Pressburger que se hizo un
hueco en la historia del cine gracias a su fotografía y su dirección artística.
En la ficción que nos atañe,
todavía pueden apreciarse muchos ecos de la película original, quizá
demasiados como para ser justificables. Además, supone la triste despedida
televisiva de la fallecida Diana Rigg (Juego de tronos).
Como protagonista tenemos a Gemma Artenton (En busca de
Summerland), que nos ofrece
una interpretación interesante aunque algo contemplativa. La siempre
correcta hermana Clodagh, su personaje, es el foco principal de toda la
presión del lugar, al cual también hay que sumarle el doloroso recuerdo
-que conocemos mediante repetitivos flashbacks- de un amor olvidado con
el que las ‘entidades sobrenaturales’ la atormentan constantemente. Como
contrapartida, la actriz emergente Aisling Franciosi (Genius:
Picasso) eleva el interés de la serie gracias a
su acertadísimo retrato de una hermana Ruth vanidosa y en pleno despertar
sexual. El catalizador de la desgracia es el Mr. Dean de Alessandro Nivola
(Rescate en el Mar Rojo) que, por mucho encanto que tenga,
no deja de ser un cliché andante y frustrante.
Si por algo destaca ‘Black Narcissus’ es por
sus sólidas interpretaciones y por su cuidado apartado visual. No
obstante, la ficción parece
más preocupada por copiar todo lo bueno de la película de Powell y
Pressburger que por adaptar la novela de una forma más personal, emocionante y
transgresora. Al final, se conforma con ser excesivamente correcta, fría
y sus temas principales -represión del deseo, aislamiento y soledad-
ni remueven ni provocan la inquietud esperada. En definitiva, más
allá de su reparto y sus escenarios,
la miniserie no ofrece demasiadas razones para su visionado y tampoco
mejora en nada a la primera adaptación. Una pena, porque los ingredientes del
material original dan para algo más.
Puntuación: 5,5/10
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