Sinopsis
Tras sobrevivir a un accidente de autobús en el que mueren casi todos sus compañeros, Alma se despierta en un hospital sin recordar nada del incidente… ni de su pasado. Su casa está repleta de recuerdos que no son suyos y tanto la amnesia como el trauma hacen que experimente terrores nocturnos y sufra unas visiones que no consigue desentrañar. Con la ayuda de sus padres y amigos, desconocidos para ella, intentará descubrir el misterio que rodea al accidente a la vez que lucha por recuperar su vida y su identidad.
Crítica de Alma
Puede parecer que estemos obsesionados con este tema pero, tras algunos ensayos errados, la nueva serie española que estrena Netflix este viernes es un nuevo intento de la plataforma para crear otro fenómeno como ‘Stranger Things’. No obstante, les ha quedado una producción que recuerda demasiado a la irregular ‘Feria: La luz más oscura’, así como a la prescindible ‘Paraíso’. Eso sí, con un resultado final ligeramente superior.
Si solo nos dejamos llevar por lo que cuentan su sinopsis y sus adelantos, sin duda la serie resulta sorprendente por la cantidad de géneros y elementos con los que juega. Y es que, a medida que avanzan los episodios, nos damos cuenta de que su misterio es más profundo y enrevesado de lo que parecía. Además, la ficción también goza de una mitología propia muy interesante y bien diseñada, pero el creador Sergio G. Sánchez (El secreto de Marrowbone) explica demasiado sobre ella para la poca relevancia que adquiere a la hora de la verdad.

Seres sobrenaturales, demonios y fantasmas son algunos de estos ingredientes fantásticos y terroríficos que se diluyen en una dirección irregular y un guion caótico. Y aunque lo intenta, a veces forzando demasiado la maquinaria, la serie no termina de destacar en ninguno de los géneros ni temas que toca. Incluso llega a perderse del todo en un desenlace en el que se olvida casi por completo de desarrollar varios de estos elementos, quedándose en el aire con vistas a producir nuevas temporadas.
Así, a modo de thriller de misterio, la serie nos introduce en su historia guardándose toda la información posible. Sin embargo, poco a poco la ficción se va convirtiendo en un mejunje de géneros y subtramas en el que tiene cabida casi cualquier cosa. Desde terror psicológico, ‘jump scares’ y dramas adolescentes hasta fantasía, romances forzados y ‘viajes en el tiempo’, la propuesta da la sensación de no tener claro qué quiere ser y a qué darle más importancia.
Más allá del guion, gran parte de la culpa reside en varios fallos en la puesta en escena y la dirección. Sí, por supuesto que la ficción cuenta con algunos momentos realmente inspirados, así como planos que saben aprovechar los hermosos paisajes asturianos. No obstante, Sánchez y compañía no consiguen dominar siempre las secuencias más terroríficas y tensas de la serie, ni representar con el mismo resultado esas imágenes que propone el libreto y que solapan el terror o la fantasía con otros elementos más mundanos y emocionales.

Dicho esto, la serie usa el guion y sus géneros más llamativos a modo de vehículo para hablar de problemas reales como la amistad, la identidad, el duelo, la salud mental o nuestra obsesión con la vida más allá de la muerte. Es una cierta profundidad que se agradece, pero hay otros elementos en él que no tienen demasiado sentido, como pueden ser algunos personajes mal desarrollados, sus motivaciones o varias relaciones que existen simplemente porque sí. Por no mencionar que se encuentra plagado de frases filosóficas de muro de Facebook.
Por otro lado, pese al buen trabajo de intérpretes como la protagonista Mireia Oriol o Claudia Roset -quienes comparten una relación cuyo tratamiento bebe en cierta forma de la ‘Persona’ de Bergman-, algunas interpretaciones simplemente no están a la altura de las circunstancias. Pero lo peor es desperdiciar a actrices como Elena Irureta o Milena Smit en papeles irrisorios y cliché que no les hacen justicia.
Pero ‘Alma’ también cuenta con sus virtudes. Entre ellas, la serie puede presumir de efectos especiales y un diseño de producción de gran nivel, aspecto en el que últimamente España ha mejorado enormemente. Es entretenida y adictiva aunque avance despacio, su misterio es interesante a pesar de ser un tanto más previsible de lo esperado y, cuando quiere, resulta una serie de género con mucho potencial. Una pena que sigamos empeñados en cometer los mismos errores en nuestras producciones, algo que vuelve a lastrar un resultado final que podría haber sido más destacable.
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