Sinopsis
Jack Reacher es un veterano investigador de la policía militar que acaba de regresar a la vida civil, un nómada sin teléfono que viaja con lo más esencial por el país para explorar la nación a la que una vez sirvió. Cuando Reacher llega a la pequeña ciudad de Margrave, Georgia, se encuentra con una comunidad que está lidiando con su primer homicidio en 20 años. La policía lo detiene inmediatamente y los testigos oculares sitúan a Reacher en la escena del crimen. Mientras trata de demostrar su inocencia, empieza a surgir una conspiración que requerirá de su inteligencia y fuerza, pero una cosa es segura: han elegido al hombre equivocado para que cargue con la culpa.
Crítica de Reacher
Tras dos polémicos intentos de adaptar la obra con Tom Cruise como protagonista, Prime Video y el creador Nick Santora (Safety) estrenan en unos días una nueva adaptación del famoso personaje de Lee Child. Basada en la novela ‘Zona peligrosa’, la primera de la saga, esta serie de ocho episodios llega con la intención de hacer justicia a un antihéroe que cuenta con una gran legión de fans a sus enormes espaldas.
De esta forma, Santora nos adentra en el universo de Child y Jack Reacher con un piloto que comienza como un ‘western en el este’, pero que poco a poco va asentándose como un thriller de investigación cuya trama, como suele decirse, no ha envejecido demasiado bien tras años y años de thrillers televisivos del mismo corte. Y pese a que el libro es narrado en primera persona, Santora no ha optado por usar ningún tipo de voz en off para emular su narrativa, algo que podría haberse aprovechado para aportarle un cierto toque noir que haría más atractivo el conjunto.
Jack Reacher está interpretado por un Alan Ritchson (Titanes) quien, al contrario que Cruise y sus películas, logra captar mejor la esencia del personaje aunque no cuente con el mismo carisma. Lo consigue en especial gracias a su imponente físico y porque además entiende su papel, pero se queda algo más corto de lo esperado en una interpretación en ocasiones un tanto robótica.
Reacher es una suerte de cruce entre Sherlock Holmes y el Punisher de Netflix. Un llanero solitario rígidamente excéntrico que viaja sin equipaje y al que no se le escapa una. Es letal, implacable, lo sabe todo sobre muchos temas y resulta demasiado sincero y provocador para ser alguien que busca hacer siempre lo correcto. Por si fuera poco, tampoco le tiembla la mano a la hora de partir huesos y matar sin piedad. Es el típico hombretón al que no nos acercaríamos en la vida real, pero al que sin embargo nos encanta ver repartiendo tortas físicas y verbales en televisión.
En Margrave, Reacher encontrará a un par de aliados fieles en las figuras del meticuloso detective Oscar Finlay (Malcolm Goodwin) y la estupenda agente Roscoe Conklin (Willa Fitzgerald). Al igual que nuestro protagonista, a su manera ambos personajes también son solitarios y están dedicados por completo a su trabajo, pero no hacen demasiados ascos a trabajar en compañía aunque alguno se resiste algo más que el otro.
Por ello, no es de extrañar que poco a poco los tres se complementen a la perfección y unidos se erijan como el alma de la serie. Tampoco se puede negar que, tanto Goodwin como Fitzgerald, superan a Ritchson en lo que a dotes interpretativas se refiere. Eso sí, al ser esta una saga basada en historias que se desarrollan en diferentes lugares a lo largo y ancho del planeta, es una pena que con toda probabilidad no los vayamos a ver juntos de nuevo.
Aunque ‘Reacher’ actualiza la obra de Child para introducir algunas inquietudes sociales actuales, como mencioné al principio su misterio se siente algo anticuado, sobre todo en televisión. Al fin y al cabo, pese a que parece ser la adaptación más fiel de la novela que pueda hacerse, no deja de ser otro thriller de investigación más que se desarrolla en un pueblo perdido de Estados Unidos. Tiene sus coincidencias, giros previsibles, polis buenos, malos y unos ricos aún peores.
La única diferencia es que se encuentra amenizado con varias escenas de acción en ocasiones brutales y sangrientas por las formas de Reacher. Dicho esto, lo que termina de poner en jaque a su trama, y ya no digamos a la manera de narrar la misma, es que la serie resulta mucho más interesante cuando se centra en desarrollar a su protagonista y en explotar la divertida dinámica existente entre él y sus acompañantes.
Es en los momentos de investigación cuando, sufriendo incluso a la hora de equilibrar su ritmo y un tono en el que a veces no se sabe si se toma o no a sí misma, Santora no arriesga en nada y provoca que la producción caiga en el limbo de la televisión más convencional. Esto no quita que la ficción pueda gustar a los amantes del thriller y la acción, en especial a aquellos que disfrutan de otra propuesta de Prime Video como es su adaptación de Jack Ryan, otro personaje igual de querido.
Sin embargo, a la compañía de Jeff Bezos se le puede -y se le debe- exigir algo más de calidad, personalidad y riesgo en sus producciones. No me entendáis mal, porque desde luego que Jack Reacher y su mundo cuentan con un enorme potencial que ojalá explote a medida que la serie se adentre en las otras historias de Child. No obstante, de momento nadie lo ha aprovechado.
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