El giro final del primer episodio es lo mejor de un thriller que de momento no
destaca por nada en especial.
Los detectives privados Cassie Dewell (Kylie Bunbury) y
Cody Hoyt (Ryan Phillippe) hacen equipo con su ex-policía y ex-esposa,
Jenny Hoyt (Katheryn Winnick), mientras
buscan a dos hermanas que han sido secuestradas por un camionero en una
remota autopista de Montana. Pero cuando descubren que
no son las únicas chicas que han desaparecido en la zona, deben correr
contrarreloj para encontrar a las mujeres
antes de que sea demasiado tarde.
Este martes llega a Disney+, bajo su nueva marca Star,
un nuevo thriller de 16 episodios creado por el incombustible David E. Kelley (The Undoing) y basado en la novela ‘The Highway’ de C.J. Box. Con la
reciente pandemia aportando un ligero trasfondo a la trama, la serie cuenta con
una premisa que ya hemos visto muchas veces antes. Un conjunto de varios
de los últimos trabajos de Kelley y que, sin embargo,
carece del encanto y el nivel de producción de los mismos. Para estar
ambientada en los aledaños de Yellowstone, hay que destacar que impacta la ausencia de representación nativa en la ficción, sobre todo tratándose de un lugar donde desaparecen un gran número de mujeres
indígenas cada año. Asombra especialmente porque la historia gira alrededor de este tema pero, por alguna extraña razón, dicho dato pasa desapercibido por
completo. Un error gravísimo que
no se puede comprender en pleno 2021.
Para empezar, sin habernos acomodado todavía en nuestro sitio,
la serie nos introduce en una discusión entre Jenny y Cassey a consecuencia de
un triángulo amoroso. Sin duda, una ridícula forma de presentar a unas protagonistas
de las que poco más conoceremos en estos dos primeros episodios, más allá
de su aparente ‘dependencia’ por Cody. Tampoco podemos tomarnos demasiado
en serio nuestro primer contacto con Ronald (Brian Geraghty), un pobre
diablo
avasallado psicológicamente por su madre y que funciona como el catalizador
real de la historia. Durante una terrible pataleta de inseguridad, este conductor de camiones
decide secuestrar a Danielle (Natalie Alyn-Lind) y Grace (Jade
Pettyjohn) solo para
demostrarse a sí mismo que es un casi cuarentón fuerte y con el que nadie
puede meterse.
Como puede apreciarse, ‘Big Sky’ tiene
un comienzo un tanto accidentado. Sin un gancho que nos haga conectar con
la historia desde el principio, la serie
se dedica a presentarnos a los personajes durante un largo periodo. Sin
embargo, un interesante y bien estudiado giro al final del primer episodio
logra hacer que la ficción remonte el vuelo. Esto no evita que el segundo
capítulo sea un cúmulo de lugares comunes mil veces vistos antes, además
de que su ritmo continúa siendo demasiado pausado. Tampoco es que
sea una propuesta que destaque por nada en especial, ni su premisa
resulta lo suficientemente fresca como para competir de tú a tú con otros
thrillers disponibles. Por el momento,
no parece que este sea el trabajo más inspirado de un Kelley que rara vez ha
fallado en los últimos años. Habrá que darle el beneficio de la duda y estar atentos a su evolución.
Puntuación: 5,5/10
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