Sólido drama danés que nos hace dudar sobre nuestra propia percepción de la
verdad.
Holly, una niña de 14 años, ha llamado la atención del profesorado
tras escribir una redacción escolar donde expone con detalles el supuesto comportamiento
violento de su padrastro. El asunto se traslada a Lars Madsen, un veterano trabajador
social que decide profundizar en el caso y cuya primera decisión es separar
provisionalmente a Holly y a su hermanastro, Theo, de su familia mientras se lleva a cabo una investigación. Los padres niegan
las acusaciones y mantienen que la niña se ha inventado todo en
un arranque de rebeldía adolescente. ¿Quién miente entonces y quién dice la verdad?
Movistar+ estrena este mes una nueva serie danesa creada
por Maja Jur Larsen (Borgen) y presentada en España durante
el Serielizados Fest del año pasado, donde también pudieron
verse los dos primeros episodios. Como buena producción
escandinava, la trama se cocina a fuego lento con toda la elegancia y frialdad
características. De esta forma, la ficción habla sobre un tema tan delicado como el de la violencia doméstica, abordando un caso en el que además hay menores implicados. Una
situación del todo peliaguda que empieza a destruir poco a poco y sin piedad a
una unidad familiar aparentemente normal. Asimismo, nos hace testigos del
potencial impacto físico y psicológico que implica desempeñar el oficio de trabajador
social, sobre todo en el ámbito que nos atañe. Un empleo que sin duda exige
una voluntad de hierro y una seguridad impagables.
La pesada carga de una decisión equivocada puede acompañarte durante el resto
de tu vida, pero alguien debe de tomarla. Así es como conocemos a Lars Madsen
(Bjarne Henriksen), un trabajador social que tiene que llevar a cabo la
insoportable tarea de demostrar que Holly (Flora Ofelia Hofman
Lindahl), una niña de 14 años,
no ha mentido acerca de las agresiones sufridas por parte de su
padrastro Simon (Peter Plaugborg). Es aquí donde la serie aprovecha las
magníficas interpretaciones del reparto
para omitir ciertos matices de los personajes, logrando así generar
incertidumbre en el espectador. Gracias a ello, si bien las intenciones de Lars resultan nobles y cercanas,
no hay manera de saber si Holly y Simon dicen la verdad, ya que ni sus
gestos ni reacciones dan pista alguna para poder llegar a una conclusión
definitiva.
‘Que viene el lobo’ es un sólido drama danés que consigue hacernos dudar de nuestra propia percepción de la verdad. Como espectadores, lo más normal sería creer ciegamente en la parte más vulnerable del conflicto, y es de este aspecto del que el guion no duda en beneficiarse en todo
momento. Sin embargo,
¿acaso no es nuestro deber pensar de forma objetiva ante acusaciones no
demostradas?
La teoría dice que sí. La práctica… ya es otra historia. Es
precisamente por esta razón que la serie
funciona tan bien en estos primeras dos episodios, aunque tiene pinta
de que
nuestras dudas crecerán a pasos agigantados con el paso de las horas.
Por desgracia o por suerte,
no parece que la ficción vaya a darnos demasiado pronto todas las
respuestas que necesitamos. Habrá que llegar hasta el final para emitir un veredicto, como debe ser.
Puntuación: 7,5/10
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