Prime Video estrena al completa este viernes 1 de abril la serie 'Un lobo como yo', una dramedia con toques
sobrenaturales protagonizada por Isla Fisher (Amadrinadas) y Josh Gad (Avenue 5).
Gary (Josh Gad) vive con su hija Emma (Ariel Donoghue) en los
suburbios de Adelaida, en el sur de Australia. Ambos se están recuperando de
la pérdida de la madre de Emma y luchan por conectar entre sí. Una
mañana, el coche en el que van Gary y Emma
es embestido por un Jeep que se salta un semáforo en rojo. Emma sufre
un ataque de pánico y es consolada por Mary (Isla Fisher), la dueña del
Jeep, que, para asombro de Gary,
es capaz de calmar a Emma de una manera que él no es capaz.
Esa misma semana, Gary y Mary empiezan a conocerse durante una cita, pero Mary
se muestra reacia a compartir más sobre ella y, al ver que el anochecer
está cerca, se va. Es entonces cuando sale a la luz que tiene
un oscuro secreto que no se atreve a compartir con nadie, pero después
de otra colisión fortuita, Gary
descubre el oscuro secreto de Mary y huye aterrorizado. Sin embargo,
sus universos siguen chocando y
no pueden negar que una fuerza mayor parece querer unirlos.
La serie de 6 episodios está creada, escrita y dirigida por
Abe Forsythe (Little Monsters). Protagonizan
Isla Fisher, Josh Gad, Ariel Donoghue, Emma Lung, Anthony Taufa, Alan
Dukes, Nash Edgerton, Robyn Nevin
y Paul Pantano.
Minicrítica de los cuatro primeros episodios
Al ritmo del 'If I Had a Tail' de Queens of the Stone Age, la
nueva serie que llega a Prime Video -más vale tarde que nunca- es otra
de esas propuestas que quieren
revitalizar su género aportándole un giro rebuscado. Una premisa
tan interesante como absurda, sobre todo porque, al menos en estos
cuatro primeros episodios, el contexto y la construcción del universo sobrenatural que esconde es
hasta este punto inexistente, por lo que de momento resulta casi imposible creérsela. De hecho, los dos
primeros funcionan como
un comedia romántica al uso con algunos toques dramáticos que nos pide
un poco de paciencia. Sin embargo,
tampoco es que den una impresión del todo engañosa del camino por el que la
producción continúa. Y es que, una vez revelado el oscuro y obvio secreto, en realidad la ficción no sufre un cambio radical ni se centra en su posible
oscuridad. Todo lo contrario, así que ahí os lo dejo como advertencia.
'Un lobo como yo' es una serie
divertida, emotiva y entrañable la cual, para decepción de muchos,
no basa su sustancia en lo sobrenatural. En realidad es una propuesta
original -quizá demasiado metafórica- que habla sobre
aceptarse a uno mismo y aprender a amar más allá de las circunstancias.
Y si logra funcionar es en gran parte a
la estupenda química existente entre el Gary de Josh Gad,
un hombre que, tras la muerte de su esposa,
lleva bastante tiempo cerrado en lo emocional cuidando a su hija con
depresión; y la Mary de Isla Fisher, una mujer con ciertas
complicaciones exóticas que tiende a huir a la más mínima incomodidad.
De esta forma, a base de incontables coincidencias y accidentes, la producción
resulta
una experiencia interesante aunque irregular que veces usa
algunas técnicas convencionales para manipular nuestras emociones. No
es nada terrorífica y mucho menos perfecta, pero a cambio
no puede evitar ser simpática y encantadora.
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