Netflix estrena este viernes 28 de enero la serie 'La mujer de la casa de enfrente de la chica en la ventana', una sátira protagonizada por Kristen Bell que deconstruye el
género thriller.
Anna (Kristen Bell) está desolada y para ella todos los días son iguales. Los pasa sentada bebiendo vino y mirando por la ventana, viendo cómo la vida sigue sin ella.
Entonces, un guapo vecino (Tom Riley) y su encantadora hija se
trasladan a vivir en la casa de enfrente y Anna empieza a ver la luz al final del túnel. O al menos hasta que es testigo de un horrible asesinato. ¿O no
fue eso lo que vio?
La serie de 8 episodios está creada por Rachel Ramras, Hugh Davidson y Larry Dorf (Nobodies). Completan el reparto Michael Ealy, Mary Holland, Shelley Hennig, Cameron Britton, Christina
Anthony y Benjamin Levy Aguilar.
Minicrítica de la serie
Aunque podría dar esa sensación durante los primeros minutos, esta no es una
'Scary Movie' del thriller basada en una sucesión de sketches de
humor absurdo. Ni mucho menos. Es más, a medida que avanza, parece que incluso se toma demasiado en serio a sí misma. La parodia y la sátira están ahí, claro, siendo
'La mujer en la ventana' la más evidente a simple vista. No obstante,
tras un par de episodios uno ya no sabe si está viendo una sátira o una
serie que pretende ser un thriller de verdad,
y precisamente ahí es donde radica el encanto -si es que llegas a
encontrárselo- de esta ficción protagonizada por la maravillosa
Kristen Bell. Y es que de eso se trata, de
deconstruir un género explotando sus clichés y tropos que con el paso de
los años se ha vuelto más rebuscados
y, para que lo vamos a negar, hasta ridículos.
Anna, de clase alta por supuesto, está superando una pérdida
terrible, tiene fobia a la lluvia y se llena las copas de vino hasta arriba.
Además, casi todo lo que ocurre parecen ser sueños, alucinaciones o
pensamientos de la protagonista. Y evidentemente, nadie la cree. Así,
a través de estos y muchos otros elementos propios del thriller moderno y
una comedia muy sutil, la serie disecciona el género -o más bien lo
destruye- hasta el punto de mirar al espectador a la cara y decirle:
«Hola, has venido a ver una parodia y acabas de quedarte hasta el final
porque te interesa más la conclusión de su misterio. Lo siento, te lo has
vuelto a tragar». ¿Lo has pillado? ¡La fórmula funciona en cualquier
circunstancia! Por ello, la ficción
tiene el potencial de ser una absoluta genialidad o una de las peores
series que jamás ha producido Netflix. Decididlo vosotros.
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