Sinopsis
En la tercera temporada de ‘You’ Joe y Love, que ahora están casados y tienen un bebé, se han ido a vivir a Madre Linda, un cálido enclave del norte de California donde están rodeados de empresarios tecnológicos privilegiados, mamás blogueras criticonas y biohackers famosos en Instagram. Joe se entrega a su nuevo papel de esposo y padre, pero teme la impulsividad letal de Love.
Y, por otro lado, está su corazón. ¿Es posible que la mujer que ha estado buscando todo este tiempo viva justo al lado? Escapar de una jaula en un sótano es una cosa, pero ¿qué hay de la cárcel de un matrimonio de postal con una mujer que conoce todos tus trucos? Bueno, escapar de eso será mucho más difícil.
Crítica de la tercera temporada de You
Nuestro sociópata favorito está de vuelta en Netflix y esta vez va haciendo de las suyas con un bebé en brazos. En esta nueva temporada de la serie creada por Sara Gamble y Greg Barlenti, que se basan en las novelas de Caroline Kepnes, nos trasladamos con Joe (Penn Badgley) y Love (Victoria Pedretti) -la de verdad- a Madre Linda, uno de esos pueblos de plástico californianos que sirven como burbuja de ricos y nuevos privilegiados.
Un escenario en donde vemos a estos dos sociópatas sin remedio lidiar con su reciente paternidad y su enfermizo matrimonio. Una unión que lejos de arreglarlos, los rompe todavía más y de una forma agonizante. Así que preparaos para ser testigos de cómo destruyen a los demás y a sí mismos la que con gran probabilidad sea la relación más tóxica de la televisión.
Al principio de esta temporada vemos cómo Joe sigue con su idea de redimirse, pero a su manera, siendo lo que él cree una «buena persona». Lo de que ama a Love es solo una patraña para sobrevivir, pues es mayor el miedo y el asco -no esperéis demasiada autocrítica por su parte en este aspecto- ante los actos cometidos por su ‘alma gemela’ que cualquier otro sentimiento que pueda surgir hacia ella. Su gran preocupación, aparte de Love, claro, es la duda de si podrá ser un buen padre en este entorno tan hostil que puede estallar en un abrir y cerrar de ojos.
Por supuesto, aquí aparecen nuevos intereses a los que se aferra con la misma obsesión de siempre, como su vecina Natalie (Michaela McManus), y también otras formas de hacer justicia alrededor de la subtrama de Marienne (Tati Gabrielle). Y mientras intenta escapar de esa vorágine de egoísmo e hipocresía matrimonial alentada por ambos, en la que cometen una gran cantidad de fallos impulsivos, volvemos a ver esos flashbacks de Joe que explican -justifican- el origen de su sociopatía.
A su vez, Love se percata de que su nueva vida no es todo lo perfecta que esperaba e intenta salvar su matrimonio también a su manera. Poco a poco empieza a sentirse ahogada por su papel de esposa, su hijo, su nuevo empleo y la aparente desgana de su marido hacia su amor, lo que la lleva a intercambiar los papeles con el Joe más impulsivo. Sin embargo, aquí existe un problema: la falta de profundidad de Love.
Sí, cuenta con sus propios momentos de reflexión en off y el doble de cuota de pantalla, pero resulta un aspecto un tanto frustrante que la serie vuelva a obcecarse en desgranar a su protagonista cuando tiene en nómina a un personaje tan interesante como el de Pedretti. Aparte de una revelación obvia, casi no se nos detalla algo insólito sobre su pasado, y parece que los guionistas quieren desviar nuestra simpatía hacia Joe en exclusiva, mostrando a Love como un alma destrozada, maligna e injustificable sin apenas un trasfondo al que poder aferrarnos. Es de suponer que si la historia continúa, Joe sea por fin expuesto en su totalidad sin justificaciones que valgan. Sería lo justo.
Pero en Madre Linda todos están ‘locos’, pues vemos la hipocresía y las excentricidades de la clase privilegiada en todo su esplendor a través de nuevos y carismáticos personajes como Sherry (Shalita Grant) y Cary (Travis Van Winkle), a la vez que también asistimos a su habilidad para tomar ventaja de cualquier cosa con impunidad. Asimismo, en esta temporada el sexo cobra especial importancia, porque Joe y Love experimentan con distintos métodos para salvar su matrimonio o descansar del mismo.
No obstante, aparte de la paternidad en entornos hostiles o la dinámica existente en diversos tipos de matrimonios tradicionales y modernos, ningún otro tema es explorado con demasiada profundidad. Todo esto hace que, desde su anterior entrega, ‘You’ sea una de esas series que no dicen mucho, pero que absorben por sus giros, por lo retorcido que resulta su conjunto, y por la mera curiosidad de conocer cuál será el siguiente acto impulsivo y sangriento de sus protagonistas. Menos mal que Pedretti vuelve a convertir en oro todas las escenas en las que participa.
Además, la ficción ya comienza a tomar caminos en ocasiones demasiado redundantes y no se siente tan fresca, pero el riesgo de adicción sigue siendo bastante elevado. Este es un reflejo inevitable de la tendencia de sus protagonistas a caer constantemente en los mismos errores, solo que esta vez para colmo -o bendición- es por partida doble, aunque se sabe de sobra que más no tiene por qué significar mejor. Tampoco ayuda un desenlace que no da margen a la sorpresa y resulta un tanto anticlimático.
Por no hablar de que en esta entrega aumenta el número de conveniencias de guion y situaciones resueltas fuera de la pantalla sin explicación y casi de forma milagrosa. Aún así, algunos de los nuevos episodios logran alcanzar niveles de locura nunca antes vistos en la serie que hará las delicias de los fans. En definitiva, esta es una temporada que se puede disfrutar como siempre, pero ha quedado en un punto en el que uno se debe preguntar si la fórmula empieza a agotarse. De todas formas, si la historia continúa, no voy a ser yo quien se queje.
Ver ahora
Recuerda que puedes seguirnos en Facebook, Twitter o Instagram.