La serie consigue no derrumbarse del todo gracias al buen hacer de la mayoría
de su espectacular reparto.
Un exclusivo centro de salud y bienestar promete la recuperación y
transformación de nueve estresados urbanitas que
intentan emprender el camino hacia una forma de vida mejor. La directora
del complejo, Masha (Nicole Kidman), los vigila durante los 10 días de
retiro con la misión de revitalizar sus mentes y cuerpos agotados. Sin
embargo, estos 9 desconocidos
no tienen ni idea de lo que les espera.
Este viernes llega a Prime Video otra creación más del prolífico
David E. Kelley (Big Sky), que en esta ocasión se alía con
John-Henry Butterworth (Le Mans ’66) para llevar a cabo una adaptación de la novela homónima de
Liane Moriarty. Dirigida por Jonathan Levine (Casi imposible), la
psicodélica miniserie de 8 episodios explora
los diferentes traumas de un puñado de huéspedes, en su mayoría
adinerados, mientras plantea un misterio discreto y realiza
una crítica satirizada de la industria del bienestar, aunque más bien
está dedicada a las sectas radicales que se encuentran dentro de ella. De esta
forma,
los distintos demonios interiores, inseguridades superficiales, secretos e
intenciones ocultas se van desvelando lentamente a medida que estos personajes se someten a los cada vez más inusuales métodos terapéuticos.
Sin ninguna duda, lo mejor de la serie es el hecho de poder asistir a todas las interacciones entre un lujoso reparto que logra
hacer interesantes a unos personajes llenos de clichés. En la lista de huéspedes del resort Tranquillum nos encontramos a Michael Shannon
(Generación Y), Asher Keddie (Desplazados) y Grace Van Patten
(Maniac), una familia traumatizada por la perdida; a un Luke Evans
(Los crímenes de Pembrokeshire) en su salsa; a Regina Hall (Black Monday) demostrando que también
es válida para el drama; y a una hilarante Samara Weaving (Bill y Ted salvan el universo) compartiendo una relación que no pasa por su mejor momento con Melvin Gregg
(Snowfall). Por último, Melissa McCarthy (Patrulla Trueno) y Bobby Cannavale (Jolt) vuelven a encontrarse después de
‘Superintelligence’
y juntos protagonizan algunas de las mejores escenas.
No obstante, el principal reclamo de la ficción -y cara más importante, claro-
es Nicole Kidman (The Undoing), pero también resulta lo más decepcionante. Kidman se envuelve a sí misma
en un aura ‘rasputiniana’ y realiza un trabajo que
destaca en lo negativo por su forzadísimo acento ruso, además de por su
tendencia a
mostrarse excesivamente enigmática hasta el punto de exasperar. Los
métodos que utiliza su Masha poco a poco van ganando en cuanto a radicalidad,
y su persona es objeto de una subtrama que
se denota algo inconexa con respecto a lo que nos plantea la serie en un
principio. Todo esto, unido a la misteriosa e inusual relación que comparte con los
desdibujados personajes de Tiffany Boone (Cielo de medianoche) y Manny Jacinto (The Good Place), convierten a su tándem
personaje-interpretación en
uno de los más curiosos en lo que llevamos de año.
Aparte de las interpretaciones, la otra virtud de ‘Nine Perfect Strangers’ reside en la excelente dirección que realiza Levine de este imponente
reparto. El problema llega a la hora de escarbar y encontrarse con
un guion defectuoso que busca desesperadamente nuestra simpatía hacia los
personajes. Hay mucho humor, drama, misterio y momentos inquietantes, pero
más allá de plantear ese enigma algo forzado que en ocasiones gana demasiada
importancia -en detrimento del resto de elementos-, Kelley y compañía
no parecen tener demasiados argumentos para solventar una posible falta de
conexión con los huéspedes. Además, se toma su tiempo para mostrar sus cartas más poderosas y va
de menos a más en intensidad. Y si bien
su sexto episodio resulta especialmente explosivo, a esas alturas puede
que muchos espectadores ya hayan abandonado la ficción.
Sí, la serie entretiene y consigue no derrumbarse incluso cuando más se
tambalea, pero no hace gala de toda esa sustancia que promete en su tráiler.
De hecho,
da la sensación de que se apoya en exceso en las interpretaciones de su
grandioso reparto para mantenerse en pie, y después de seis episodios, uno
puede llegar a preguntarse
si en los dos restantes ocurrirá algo que haga justicia a todo este
talento. Debe de haber una revelación espectacular o un giro que nos haga caer del
asiento; o simplemente no es para tanto y todos vieron en la ficción una
excusa perfecta para lucirse de forma individual una vez ojeados los libretos.
También puede quedar un poco dañada por el estreno reciente de la superlativa
‘The White Lotus’, la cual ofrece una mirada mucho más compleja y ácida sobre un grupo de
personajes con el mismo estatus. Aún así, a pesar de sus defectos,
no está de más darle una oportunidad.
Puntuación: 6,5/10
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