A pesar de su frágil guion, la cinta resulta un thriller muy correcto gracias
a la dirección de Filomarino y la interpretación de Washington.
Beckett (John David Washington), un estadounidense de
vacaciones en Grecia, se convierte en víctima de una persecución tras un brutal accidente. Mientras emprende una huida desesperada por Grecia para salvar el pellejo,
llegar a la embajada de Estados Unidos y lavar su nombre, la tensión va en aumento a medida que las autoridades estrechan el cerco, el malestar político aumenta, y Beckett se va adentrando más y más en una peligrosa e intrincada conspiración.
La película dirigida por Ferdinando Cito Filomarino, segundo
director habitual del mismísimo Luca Guadagnino, es uno de esos thrillers
de persecución y supervivencia
cuya premisa siempre ha funcionado muy bien a lo largo de la historia del
cine, y las claras influencias de filmes como
‘Con la muerte en los talones’, ‘Los tres días del Cóndor’ o
‘El fugitivo’ son buena prueba de ello. Esta es
una pesadilla vacacional algo ‘hitchcockiana’ que, en estos aciagos
tiempos de COVID-19, produce tanta nostalgia por viajar como ganas de no
jugársela y quedarse anclado en la comodidad del sillón de casa. De esta forma,
el cineasta italiano experimenta con un género más que exprimido y traslada la
acción a los bellos paisajes griegos,
aprovechando además para aportar un trasfondo que refleja la alborotada
situación política del país -y de Europa en general, claro-.
En esta ocasión, nuestro ‘no tan reconocible héroe de acción’ está
interpretado por un sorprendente John David Washington (Malcolm & Marie). El actor desempeña uno de sus mejores y más exigentes hasta la fecha,
pues entre carreras, saltos, balas y heridas, su personaje debe enfrentarse a su
sentimiento de culpa,
ofreciéndonos así un rango emocional que difiere de los habituales
protagonistas del género. De su Beckett apenas sabremos nada a lo largo de la película, aunque
sí nos quedará bien claro que
este es un hombre ordinario que sufre de la peor suerte del mundo. De
hecho, hay un cierto tono de incoherencia -incluso cómico- en los
acontecimientos que llega a convertir su figura en la de un superhumano,
pero los límites que somos capaces de traspasar las personas corrientes durante
estas situaciones desesperadas
son precisamente uno de los aspectos que el director explora con ahínco.
La película goza de
una estética setentera que le aporta su encanto, así como de un ritmo
bien medido gracias a
la tensión y acción constantes incluso cuando el director cuece sus escenas a
fuego lento. También cuenta con un reparto secundario de nivel entre los que
destacan Boyd Holdbrook (Superniños), Vicky Krieps (Tiempo) y una Alicia Vikander (The Glorias) que da una lección de interpretación con su escueto papel. Sin embargo,
es en el frágil libreto del debutante Kevin A. Rice donde se encuentran
los mayores defectos de la cinta. Aparte de su empeño por no desarrollar
nada de lo que ocurre alrededor del protagonista, es una pena que
el tercer acto no se encuentre a la altura del resto del filme al caer en
muchos lugares comunes del género y en una resolución poco inspirada. No
obstante Washington, unido a las estimables formas de Filomarino, consiguen
que ‘Beckett’ resulte un thriller muy correcto que a su vez sea
capaz de
crear altas expectativas sobre el prometedor futuro del cineasta italiano.
Puntuación: 7/10
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