Un thriller juvenil adictivo construido de forma arriesgada, retorcida e
inteligente.
La serie muestra los efectos a largo plazo de un secuestro en la ciudad
ficticia de Skylin (Texas) centrándose en
tres días a lo largo de tres años en 1993, 1994 y 1995. En ella,
Kate Wallis, una querida chica popular,
desaparece un día sin dejar rastro. Entonces, Jeanette Turner, una
incómoda marginada, es acusada en el caso de la desaparición de Kate
por no denunciarlo desde el principio, lo que hace que
se convierta en la persona más despreciada del país.
Este viernes llega a Prime Video la esperada
serie de misterio adolescente de Freeform que ha sido todo un
éxito durante su estreno en Estados Unidos. La ficción,
renovada recientemente por una segunda temporada, es una propuesta que se
apoya por completo en una arriesgada narrativa que
juega de forma constante con nuestra percepción de las protagonistas.
Esto es debido a que la historia es contada a través de varios puntos de vista a
lo largo de tres veranos diferentes, algo que facilita la explotación a gran
escala de una característica fundamental en todo thriller:
nada es lo que parece. ¿O sí?
Por ello,
los distintos años van intercalándose entre sí con muy poca sutilidad,
pudiendo pasar de uno a otro
en tan solo un parpadeo dentro de la misma secuencia. No obstante, estas
etapas pueden distinguirse gracias a elementos como la caracterización de los personajes o incluso la
propia fotografía
-de más cálida a más fría-, aunque a veces los cambios son tan bruscos que
no es raro sentirse algo confundido de vez en cuando. De esta forma, la serie nos va dando información a cuentagotas según le
convenga y
cada uno de sus abundantes giros está seleccionado con muchísimo cuidado para confundir y no revelar mucho demasiado pronto.
Y es que aquí, como no podía ser de otra manera, todos y cada uno de
los personajes cuentan con distintas capas que van descubriéndose poco a
poco a medida que el misterio se desarrolla. Nadie en Skylin está libre de
pecado y esta escala de grises se encuentra representada principalmente por
las dos enigmáticas protagonistas: Kate y Jeanette. Ambas,
interpretadas de forma destacable por Olivia Holt (Capa y
puñal) y Chiara Aurelia (La calle del terror – Parte 2: 1978) respectivamente, protagonizan
una persistente batalla moral que impacta y afecta tanto a los habitantes
del pueblo como a nosotros los espectadores.
Todo esto consigue que ‘Cruel Summer’ sea
una serie adictiva y sorprendente que además refleja con precisión
la adolescencia durante los años 90. Sin redes sociales, móviles o fácil
acceso a todo lo que Internet ofrece, en esta ocasión
la nostalgia material queda por suerte opacada por cuestiones meramente
sociológicas. Tampoco se puede negar que la ficción beba mucho de ‘The Sinner’ y
de anteriores éxitos de Freeform como ‘Pretty Little Liars’, pero
está construida de una forma más retorcida -y a su vez da la sensación
de ser más inteligente- aunque la trama nos resulte algo familiar.
De esta forma, con sus virtudes y defectos, Bert V. Royal (Rumores
y mentiras) ha logrado crear una serie fresca que rejuvenece la esperanza en
este tipo de propuestas adolescentes más oscuras y con algo de seso. Desde
luego, la ficción tiene todos los ingredientes para convertirse en
la nueva obsesión veraniega de muchos espectadores jóvenes de más
de 14 años y adultos, además de que llega en el momento preciso para cumplir
este objetivo. Ahora hay que ver si es capaz de mantener estas buenas
sensaciones durante el resto de la temporada.
Puntuación: 7,5/10
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