Llega a ser disfrutable y encantadora gracias al buen hacer del reparto, pero
no destaca por nada más en especial.
Tras la muerte de su esposa poco después del nacimiento de su hija,
Matt Logelin (Kevin Hart) se encuentra navegando por su dolor mientras
asume el trabajo más difícil al que se ha enfrentado: la paternidad.
Matt está decidido a cuidar de Maddy (Melody Hurd) de la manera que
sabía que su esposa Liz (Deborah Ayorinde) hubiera querido, pero
aprende que para criar a una niña -y convertirse en un gran padre-
se necesita un pueblo. Con la ayuda de todos, desde su familia y sus
amigos, hasta su jefe y un nuevo interés amoroso también llamado casualmente
Liz (DeWanda Wise), Matt es capaz de proporcionar a Maddy la vida de
alegría, amor y plenitud que siempre quiso para ella,
por muy diferente que resulte de lo que él imaginaba.
Hoy llega a Netflix una nueva película que busca llegar al corazón de toda
la familia. Dirigida por Paul Weitz (Bel Canto. La última función) y
basada en las memorias personales del escritor Matthew Logelin, la cinta
empieza con una desgarradora tragedia y evoluciona poco a poco hasta convertirse
en una cálida aunque no muy inspirada historia de una relación
paternal. Kevin Hart (Jumanji: Siguiente nivel) es el elegido
para interpretar a este padre que debe superar una terrible pérdida mientras
cría a su hija recién llegada. Tratándose de Hart y de
un papel que fluctúa entre tantos matices emocionales, uno no puede
evitar tener ciertas dudas ante esta decisión de casting, sobre todo después de
asistir a algunos intentos recientes de cómicos que quieren introducirse en
otros géneros más dramáticos -Chris Rock-. No obstante,
en esta ocasión ha ocurrido todo lo contrario a lo esperado.
Y es que Hart como Matt se encuentra sorprendentemente creíble y tierno
sin renunciar por completo a su característico lado jocoso. Gracias a
ello, descubrir esta nueva faceta del actor ha sido una grata sorpresa, y ver como es capaz de llevar el peso de esta película alternando comedia y
drama sin ningún apuro resulta del todo elogiable. También destacan
Alfre Woodard (See) y Thedra Porter como sendas mujeres maravillosas y esenciales
para la estabilidad de Matt. Al igual que DeWanda Wise (Alguien
especial), cuyo personaje llega como un agitador soplo de aire fresco para la
trama. Por otro lado, sus amigos interpretan los papeles que Hart haría en
cualquier otra circunstancia y solo aportan
un humor cansino y sin demasiada gracia.
‘Ser padre’ llega a ser disfrutable y encantadora
gracias al buen hacer de su reparto. También
es lo suficientemente sincera y no peca de sensiblería excesiva, aunque
es verdad que a su vez renuncia a profundizar en sus temas. Otra virtud a
destacar es la pequeña Melody Hurd (Them) como Maddy, la cual realiza una interpretación entrañable y además
comparte una estupenda química con Hart. Sin embargo, a los guionistas no
se les puede perdonar que abusen del humor ‘caca-vómito’ de bebé y de
construir unos personajes masculinos en su mayoría bastante bobalicones. Podría haber sido una mejor película, pero esta historia de amor
paternal, perseverancia y superación no es una mala opción para una conmovedora
tarde en familia durante este fin de semana.
Puntuación: 6/10
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