Un moderado cierre de la saga que destaca por su inocencia, alegría y
optimismo en medio de una curiosa crisis de la mediana edad.
Bill (Alex Winter) y Ted (Keanu Reeves)
siguen siendo dos aspirantes a estrellas de rock que ahora a sus 40 años son
padres de familia e intentan escribir esa canción que les permita cumplir con su
destino que no es otro que salvar el universo. De nuevo, desde el futuro les llegará una última oportunidad para conseguirlo. En esta última aventura serán ayudados por sus dos
hijas: Billie (Brigette Lundy-Paine)
y Thea (Samara Weaving). Y sus respectivas mujeres también
formarán parte de la aventura: Elizabeth (Erinn Hayes)
y Joanna (Jaima Mays). Y, por supuesto, con el regreso de ‘la Muerte’ (William Sadler).
La nostalgia vuelve una vez más a nuestras pantallas -algo demasiado
habitual últimamente- con esta película que
supone el cierre de famosa la trilogía ‘Bill y Ted’. Estrenada
directamente en Movistar+, la cinta actualiza la saga a los tiempos
modernos sin dejar atrás ningún elemento característico de las entregas
que se estrenaron 1989 y 1991. A modo de homenaje, el filme unifica las principales premisas de cada entrega, como es el caso de los viajes en el tiempo en la primera y de la muerte en la
segunda, y las corona con una celebración de la vejez no exenta de los mismos defectos. Así, después de tantos años, nos encontramos con que nuestros protagonistas
todavía no han logrado alcanzar el momento en el que su música influye en la
forma de vida de la civilización futura. Y es que entre sueños rotos, responsabilidades familiares y falta de
inspiración en general, no ha habido manera de que Bill y Ted den con la tecla.
Eso sí, los años no pasan en balde y hasta ellos han madurado… aunque
sea un poquito. Keanu Reeves (John Wick) y Alex Winter (Grand
Piano) repiten los papeles que les dieron a conocer internacionalmente. Lo hacen
con la misma gracia y sobreactuación de siempre,
aunque no con tanta energía y chispa. Lo normal, pues con su edad
este tipo de papeles ya no resulta tan creíbles incluso dentro de su
inverosimilitud. Por otro lado, la película también nos presenta a sus hijas, que son
un claro reflejo de sus yo jóvenes. Interpretadas por Samara Weaving
(Guns Akimbo) y Brigette Lundy-Paine (Atípico), la verdad es que ambas son un
soplo de aire fresco y
juegan un papel mucho más activo e importante que otras mujeres de la saga. Por último, hay que destacar a un hilarante William Sadler (Ruega
por nosotros) como la Muerte. Goza de pocos minutos en pantalla,
pero sabe aprovecharlos al máximo.
‘Bill y Ted salvan el universo’ es un moderado cierre de la
saga que
destaca por su inocencia, alegría y optimismo en medio de una curiosa crisis
de la mediana edad. Además, logra conservar ese agradable puntillo de cutrez ochentera en
los efectos especiales y el carisma, aunque no sea del gusto de todos, de esas
interpretaciones cómicas que abogan por la idiotez y la exageración. No
obstante, comete los mismos errores que las entregas anteriores y también añade
algunos nuevos -difícil obviar el polémico recast de las princesas
por mujeres con más de 10 años de diferencia-. Por no decir que
su argumento no hay por donde cogerlo. ¡Da igual cómo funcionan aquí las
leyes de todo! Sería de locos buscar algo de rigor científico, histórico o
cinematográfico en una de estas películas.
Esto se trata de dejarse llevar, de entrar en el juego y de pasar un buen
rato. Pues tal y como reza la película desde un principio:
«A veces las cosas no tienen sentido hasta el final de la historia». Así,
sin más.
Puntuación: 6/10
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