Una adaptación del todo desvirtuada que va de más a menos y cae en todos los
clichés de su género.
Un inventor brillante (Justin Theroux) y su esposa (Melissa George) llevan a su familia a la fuga para protegerlos, pero terminan exponiéndolos a más peligro que nunca. Cada vez que alcanzan un destino, se encuentran con amenazas crecientes y
elecciones morales cada vez más intensas de las que no hay vuelta atrás.
Han pasado 35 años desde que ‘La costa de los mosquitos’, la
adaptación cinematográfica basada en la novela homónima de
Paul Theroux y protagonizada por Harrison Ford, se estrenara allá
por el año 1986. Ahora, Apple TV+ nos trae una nueva interpretación
en forma de serie y esta semana estrena su primera temporada de
7 episodios. Creada por Neil Cross (Luthor), la ficción
da un vuelco radical al material original y convierte su trama, que
originalmente trataba de una familia que intentaba asentar su forma de vida en
una aldea en la selva, en un thriller de huida que mezcla varios
conceptos del libro con algunos elementos que recuerdan a ‘Breaking Bad’
y ‘Ozark’. Además, Cross aporta a los protagonistas
un supuesto pasado criminal que será el detonante principal de esta nueva
versión.
De esta forma, vemos como los Fox inician una desesperada huida para
atravesar la frontera y llegar a México sanos y salvos. El precursor de
este viaje es Allie, un inventor que
manipula y arrastra a su familia hacia el abismo por culpa de
su pasado criminal y su tan revolucionaria como radical forma de pensar. Un
maníaco Justin Theroux (La dama y el vagabundo), sobrino del mismo Paul Theroux, es el encargado de dar vida a este padre
egoísta, casi sociópata, al que
no le importa nada de lo que le ocurra a los demás. Por si fuera poco, su
obsesión lleva a su familia a tomar decisiones de moral bastante cuestionables
que dejan una gran cantidad de daños colaterales a su paso. Además, como
si de McGyver se tratara, da igual que en cada capítulo esté a punto de fallar
en su misión, pues
siempre logra escapar ileso gracias a su astucia.
Al lado de Allie, la Margot de Melissa George (The Eddy)
se debate constantemente
entre seguir los ideales de su marido o huir con sus hijos de una vez por
todas. George es una actriz desaprovechada en la industria, pero aquí logra
destacar entre los demás con suma facilidad. Por otra parte,
Dina y Charlie -interpretados por los talentosos
jóvenes Logan Polish (El granjero astronauta) y
Gabriel Bateman (Salvaje)- han sido criados prácticamente en cautividad. Educados en casa, sin apenas
tecnología ni contacto humano, los retoños no se manejan con demasiada soltura
en las relaciones externas y les cuesta distinguir el bien y el mal. Charlie es más fácil de impresionar y manipular
que Dina. Ella, al igual que su madre,
no termina de tener del todo claro que su forma de vida sea la adecuada y es la contrapartida más clara a su padre.
Después de un destacado episodio piloto, ‘La costa de los mosquitos’ va de más a menos y
termina alejándose a pasos agigantados del material original. Cuenta
con buenas interpretaciones y, visualmente, en ocasiones nos hace olvidar
que estamos antes una serie, sobre todo durante sus primeros episodios. El
problema llega cuando, a medida que la ficción avanza, nos encontramos con
un thriller de huida que
poco a poco va cayendo en los clichés de su propio género. Tampoco
ayuda el hecho de que su guion se haya construido basándose en un misterioso
trasfondo que evita revelar de las formas más absurdas posibles.
Además de abusar de este aspecto, a Cross tan solo parece interesarle
aplicar las capas más superficiales de la novela y eliminar todos los
matices que la hacen destacar. Muy poca ideología y mucha más sangre gratuita.
No cabe duda de que Cross
toma todas estas decisiones pensando en el desarrollo de más
temporadas. Sin embargo, ahora mismo,
las diferencias entre serie y novela son tan abismales que es inevitable
recurrir a una drástica comparación. Así, si en el libro lo fundamental era asentar una nueva forma de vida
para escapar de una sociedad condenada por el consumismo y el lavado de
cerebro constante, aquí todo
se reduce a huir utilizando la violencia más forzada y artificial. Si
a esto le sumamos el típico cártel mexicano, dos agentes del gobierno muy
genéricos y un asesino a sueldo bastante torpe interpretado por un siempre
solvente Ian Hart, pues sobran las palabras. Por ello,
como adaptación resulta terrible y del todo desvirtuada. Como
ficción, eso ya queda a gusto del consumidor. Eso sí,
de la Costa de Mosquitos… ni rastro.
Puntuación: 6/10
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