A pesar de asumir muy pocos riesgos en todos sus apartados, este thriller internacional resulta un entretenimiento válido.
Claire (Marie-Josée Croze) está comenzando una nueva vida en Abu Dabi
junto a su hijo Zach (Thomas Chomel) y su esposo Lukas (Hannes
Jaenicke), pero su aparente normalidad se verá ensombrecida por la intriga, el
espionaje y un triángulo amoroso explosivo después de
descubrir que su difunto esposo Gabriel (Clive Standen)
todavía está vivo. Durante los últimos 15 años, Claire ha estado
convencida de que Gabriel
murió en el tsunami que asoló Tailandia en 2004. Cuando ve su reflejo
en la ventana de un restaurante una noche, se dispone a buscarlo y, sin darse
cuenta, desata una trágica cadena de eventos que finalmente la empujan
al borde del abismo, mientras el pasado y el presente chocan de forma cruel.
Con 3 millones de euros de presupuesto por episodio, llega a AMC la primera ficción producida por la alianza entre France Télévisions, RAI y ZDF. Con la intención de competir contra la calidad de las producciones ofrecidas por las plataformas de streaming, este trío de productoras nos trae un thriller donde la ciudad de Abu Dabi es un personaje más, aunque en ocasiones apesta a propaganda para atraer viajeros. En ella, vemos como los entresijos de la alta sociedad migrante contienen un sinfín de intereses, traiciones y espionaje industrial. Pero, a pesar de lo que pudiera parecer en un principio esta no es una serie de acción, sino más bien una historia de amor salpicada por la violencia de una mortal conspiración internacional.
Marie-Josèe Croze (MILF) destaca interpretando a Claire, nuestra protagonista. Comenzando una nueva vida con su esposo en un país completamente desconocido para ella, su personaje debe enfrentarse a un pasado que la persigue en lo profesional y en lo personal. Es una mujer fuerte e inteligente que desempeña un trabajo informático de alto riesgo. Sin embargo, la serie la pone en situaciones que deberían escaparse de sus manos, pero por alguna razón siempre consigue salir airosa incluso careciendo de experiencia. Interpretado con cierta sobriedad por Clive Standen (Vikingos), su exmarido mercenario Gabriel hace a las veces de protector e imán para los problemas. Ambos se debatirán constantemente entre su deber y su amor. Como añadido, tenemos una subtrama adolescente que implica a su hijo, pero de momento provoca una total indiferencia.
En estos dos episodios, ‘Mirage’ da la sensación de ser un thriller internacional moderado que asume muy pocos riesgos en cada uno de sus apartados. En cuanto a su trama, esta no aporta nada nuevo sobre ninguna de las materias que toca, ni destaca especialmente por su originalidad. No obstante, la ficción cuenta con un buen ritmo y aprovecha cada rincón superficial de su exótico escenario, aunque desperdicia la oportunidad de profundizar en la ciudad suavizando en demasía sus matices políticos, sociales y culturales. Aun así, pese a sus fallos y la prudente desidia de su guion, la serie ofrece un entretenimiento válido dentro de una oferta de televisión lineal cada vez más menguada por la alta competencia.
‘Mirage’ se preestrena el 5 de febrero en SELEKT y se estrena el 8 de febrero en AMC.
Puntuación: 6/10
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