Una revisión amena y divertida del personaje, con una eficaz mezcla de géneros
y un puñado de giros interesantes.
En su adolescencia, la vida de Assane Diop (Omar Sy) dio un vuelco cuando
su padre murió después de ser acusado de un crimen que no cometió. 25
años más tarde, Assane se inspira en su héroe, Arsène Lupin, para vengar
a su padre.
Netflix vuelve a utilizar a Francia como el epicentro de una de sus
producciones, con esta
versión contemporánea del icono literario francés Arsène Lupin, el famoso
personaje del escritor Maurice Leblanc. Descrito como
una especie de defensor del bien que actúa en el lado equivocado de la ley, Lupin es un caballero
ladrón conocido por sus imaginativos y sorprendentes métodos para
irse siempre con la suya. Creada por George Kay (Criminal) y
François Uzan (Negocio de familia), la serie es un homenaje que
entremezcla la esencia de las historias antiguas con la vida de
un imperfecto hombre de familia en el París de la actualidad.
Omar Sy (La llamada de lo salvaje, El príncipe olvidado) interpreta a Assane Diop, un
admirador de Lupin que
se inspira en cada una de sus formas para lograr sus objetivos.
Así, nuestro protagonista imita con todo detalle sus trucos, carisma y
autodeterminación a la hora de
infiltrarse, robar o desaparecer sin dejar rastro, siempre con
esa imaginación y estilo característicos. Sin embargo, su modo de
vida ha dificultado su éxito en lo personal y todavía
no ha dado con la tecla para solucionar los problemas con su hijo y su
esposa. El actor francés derrocha encanto y se nota que disfruta con
un papel que le viene como anillo al dedo.
A Assane lo encontramos en plena
venganza por la muerte de su padre (Fargass Assandé), un caso
cuya resolución sin duda oculta algún interés turbio. El desarrollo
de esta tragedia es narrado mediante
una serie de flashbacks que se alternan con eventos del presente,
como viene siendo habitual en la mayoría de ficciones modernas. Gracias a
esto, conocemos también algo más acerca de su esposa
Claire (Ludivine Sagnier), su mano derecha Benjamin (Antoine
Gouy) y el inspector Romain Laugier (Vincent Londez). Sin
embargo,
el resto de personajes están muy poco desarrollados y los policías a
cargo de la investigación, a excepción del agente Guédira (Soufiane Guerrab), desempeñan un papel demasiado superficial.
‘Lupin’ es una serie amena y divertida que nos ofrece un
viaje de
misterio, drama, acción y comedia coronado con un puñado de giros
interesantes. Los tres primeros capítulos dirigidos por Louis Leterrier (Ahora
me ves…) son muy dinámicos y entretenidos. A partir de ahí,
la ficción cae en varios lugares comunes y pierde todo factor
sorpresa con Marcela Said (Los Perros) tras las cámaras. Tampoco es
que su trama de venganza destaque por su originalidad, por mucho que sepa
fusionarse con el atractivo de contemplar a Assane entrar en faena. Sin
embargo, los cinco episodios que conforman esta primera parte
logran el objetivo de dejar al espectador con ganas de más, que ya
es decir bastante.
Su mayor acierto es aportar al estilo clásico de las novelas temas como
inmigración, racismo, clases sociales y abuso de privilegios, además de convertir a su protagonista en un hombre con problemas más
identificables. A muchos les sorprenderá la decisión de realizar una serie
sobre Arséne Lupin protagonizada por un imitador,
en vez de situar al propio Lupin en nuestros tiempos. Incluso, la
ficción podría parecer una aberración y un sacrilegio para los más
fanáticos del personaje. No obstante,
el personaje de Assane Diop resulta lo bastante carismático como
para hacernos olvidar al verdadero ladrón y nos ofrece una aventura algo irregular, aunque lo suficientemente satisfactoria.
Puntuación: 7,5/10
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