Una primera mitad maravillosa, íntima y poética se ve lastrada por una segunda
parte mucho menos interesante y superflua.
Mientras la sombra de la Segunda Guerra Mundial asoma por el horizonte,
una viuda adinerada (Carey Mulligan) contrata a
un arqueólogo aficionado (Ralph Fiennes) para que excave los túmulos de
su propiedad. Después de hacer un descubrimiento histórico, los ecos del
pasado de Gran Bretaña resuenan ante la inminencia de un futuro incierto para la
nación
Hay cierto tipo de cine del cual Hollywood huye cada vez más, relegándolo
a la primera plataforma que se interese primero. Seria, íntima y poética, esta
película dirigida por Simon Stone (The Daughter) y con guion de Moira Buffini
(El último virrey de la India) es uno de estos ejemplos. Basada en la novela de
John Preston, que a su vez se inspira en hechos reales, la cinta narra
las crónicas del descubrimiento de objetos anglosajones en Sutton Hoo, a
mediados de 1939. Un retrato minucioso de la auténtica arqueología,
de ese encanto que emanan la pala y la brocha, no de la adrenalina
plástica provocada por el látigo y la pistola. En el filme, el director nos hace
partícipes de todo el proceso de una excavación arqueológica, no solo de la
ilusión por los nuevos hallazgos, sino también
de los conflictos que pueden suceder alrededor de la misma.
Así, con la excavación como eje central de los eventos que transcurren
en la cinta, nuestros protagonistas desentierran un pedacito de historia
mientras el mundo a su alrededor comienza a sepultarse bajo la sangre y la
muerte de una guerra mundial. Ralph Fiennes (Secretos de estado)
interpreta al excavador Basil Brown, que en esos momentos trabajaba
bajo las órdenes de Edith Pretty, famosa terrateniente británica
interpretada por Carey Mulligan (Una joven prometedora). Además de
compartir una química envidiable, es un deleite ver como
ambos se transforman por completo y nos ofrecen una clase ejemplar de
interpretación. La otra cara de la moneda la encontramos en los personajes de Lily James
(Rebeca) y Johnny Flynn (Emma), figuras de una extraña subtrama de romance que provoca una absoluta indiferencia.
‘La excavación’ funciona como
una intimista película dividida en dos mitades. La primera es
hermosa y cautivadora. Cuenta con agradables diálogos y un apartado visual que recuerda a las
formas de cualquier trabajo reciente de Terrence Malick. La segunda es
mucho menos interesante y se excede con una cantidad de metraje
innecesario. Irónico, pues la virtud de esa falta de romance entre Basil y Edith, en
favor de una relación estrictamente laboral e intelectual, acaba enterrada
bajo una superflua trama secundaria de coqueteo juvenil. Singular
decisión que desaprovecha la oportunidad de profundizar en ellos,
los personajes realmente importantes de esta historia. Una lástima que el
resto del filme no sea tan redondo como nos prometían los maravillosos
primeros 50 minutos. Al menos, estos sí valen la pena.
Puntuación: 7/10
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